Uno de los proyectos más ambiciosos relacionados con la telemedicina en Europa es el REMPARK (Personal Health Device for the Remote and Autonomous Management of Parkinson’s Disease), iniciado hace tres años y que está ya cerca de su final de etapa tras haber sido probado con 50 pacientes en entornos de su día a día, no en clínicas ni laboratorios controlados.
Con una financiación de la UE de más de 5 millones de euros y equipos de coordinación en varios países, entre ellos España, su objetivo es doblemente esperanzador: recoger datos y vigilar a enfermos de Parkinson en su día a día en un entorno real y ofrecer soluciones in situ en los momentos en que el paciente presenta bloqueos u otros síntomas de la enfermedad.
Registro pero también estimulación en tiempo real
El sistema REMPARK está formado por un cinturón en el que se incluye una unidad del tamaño de un teléfono móvil y que incorpora una serie de sensores capaces de determinar la situación/fase del paciente en cada momento, identificando por los movimientos los parámetros sintomatológicos de la enfermedad. El sistema es capaz de evaluar la fase en que se encuentra el paciente mientras camino o en su día a día.
Esta monitorización en tiempo real es básica en el Parkinson, pues el estado motor del paciente varia incluso de extremos en un mismo día, sin parámetros establecidos. Es por esto que la primera parte del proyecto ya está siendo de gran ayuda para el tratamiento personalizado de los pacientes.
Pero también se han conseguido buenos resultados a la hora de realizar una actuación en tiempo real. Para ello, el cinturón incluye también estimuladores sensoriales auditivos y otro de estimulación eléctrica, que tras recibir los datos de la unidad sintomatológica, es capaz de realizar una estimulación de tipo auditivo mediante ritmos sonoros en un auricular inalámbrico que por ejemplo saquen a un paciente del estado off que se da cuando hay un nivel bajo del medicamento o queda bloqueado e inmóvil.
Ese primer nivel tiene a un teléfono móvil como enlace entre las unidades receptoras y actuadoras. En un segundo nivel nos encontramos con un servidor central donde los datos que recoge la unidad sintomatológica se almacenan y analizan para conocer la evolución del paciente. En base a ese historial se puede tener constancia exacta del funcionamiento de determinados tratamientos, así como una toma de decisiones casi inmediata por parte el equipo médico.
Más información | Rempark.
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