"Mañana. Vacunas. Solo por comentar". Con esas palabras, Richard Horton, el polémico editor jefe de The Lancet, daba a entender que hoy la revista traía información jugosa. Y así ha sido: la vacuna contra el coronavirus desarrollada por la Universidad de Oxford parece segura y desencadena una respuesta inmune.
Está noticia se suma a la de Moderna y anuncia una carrera muy ajustada por obtener la primera vacuna útil contra la enfermedad. Y en este caso, como el anterior, los resultados son parecidos: hallazgos prometedores, falta de certezas definitivas y algunos efectos secundarios.
Lo que sabemos sobre la vacuna de Oxford
¿Cómo funciona? Los investigadores de Oxford han usado un virus genéticamente modificado para crear la vacuna. La idea era introducir dos "funcionalidades" nuevas en un virus del resfriado común típico de chimpancés: la primera era asegurarse que no podía hacer enfermar a los seres humanos y la segunda era hacerlo parecerse al SARS-CoV-2. De esta manera, el virus sería inocuo para las personas, pero ayudaría a nuestro sistema inmune a localizar el coronavirus real y combatirlo.
¿Qué resultados ha dado? El equipo ha buscado dos cosas clave en el desarrollo de la inmunidad: la actividad de las células T y la presencia de anticuerpos en sangre. Según los datos de The Lancet, los niveles de células T alcanzaron su punto máximo 14 días después de la vacunación y los niveles de anticuerpos alcanzaron su punto máximo después de 28 días. Aún, como es razonable por el poco tiempo que se lleva desarrollando la vacuna, no se sabe cuánto podrá durar la inmunidad que esta puede llegar a conferir.
Eso sí, por ahora se sabe que es superior a 56 días. Además es interesante, y esto puede suponer una ventaja frente a la vacuna de Moderna, los análisis sugieren que el 90% de los que han recibido la vacuna desarrollan anticuerpos con solo una dosis. Hay un pequeño grupo de personas que se han sometido a dos dosis, pero aún no disponemos de los datos definitivos de ese trabajo.
Efectos secundario Efectivamente, un 70% de los que recibieron la vacuna desarrollaron efectos secundario leves (dolor de cabeza, fiebre, fatiga, etc...). En principio, todos ellos parecen remitir fácilmente con paracetamol.
¿Y ahora? Ahora a seguir trabajando. Estos estudios, con 1077 pacientes, se centran fundamentalmente en la seguridad del producto. Ahora toca estudiar si de verdad es eficaz frente a la enfermedad (sobre todo, frente a otros medicamentos). En esta fase, muchos fármacos fallan por no ser capaces de encontrar una dosis adecuada que permita usarla con pacientes. En los próximos días está previsto que más de 30.000 personas en Reino Unido, Estados Unidos, Sudáfrica y Brasil se inyecten la vacuna para seguir estudiando sus efectos.
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