Hace tan solo una década la red no se parecía en nada a la que disfrutan hoy millones de ciudadanos
Si resulta fácil olvidar lo que ocurrió hace tan solo unos meses atrás, tratar de recordar lo que teníamos hace cinco o diez años, es un ejercicio complicado. En materia de Internet, es innegable que el escenario actual se parece poco o nada al de la década pasada. En el caso de México, por ejemplo, ha sido abismal. Por eso es tan importante la noticia del posible fin del IFT.
La noticia. Esta semana se ha sabido que los diputados del gobierno de México habían tomado una decisión histórica en la Cámara. El pasado 23 de agosto, algunos aprobaron eliminar al Instituto Federal de telecomunicaciones (IFT). Aunque la decisión aún no es irrevocable (debe pasar al Senado de República), apunta a ello. De acuerdo a una nota en Expansión, se justifica la medida bajo el argumento de que no es una entidad técnica e imparcial, sino que vela por intereses privados.
No solo eso. El gobierno ha llegado a asegurar que "en varios casos el objetivo de estos organismos fue para cooptar núcleos académicos, políticos, económicos y de representación social”, como señala la ONG México evalúa.
Quizás por ello, es un buen momento para retroceder en el tiempo 10 años.
Internet hace una década. El IFT se creó en 2013. Hasta ese momento, el escenario “digital” en México no se parecía en nada al de ahora. La penetración y cobertura era muy baja en comparación con otros países, y la mayoría del acceso se concentraba en áreas urbanas. Además, había una brecha digital entre regiones y grupos socioeconómicos, siendo el acceso de alta velocidad limitado y costoso, adoptado por una parte pequeña de la población.
El mercado entonces estaba dominado por un pequeño número de empresas, especialmente por América Móvil (Telmex y Telcel). ¿Resultado? Poca competencia, altas tarifas, y un servicio de calidad variable. Esto desembocó en falta de (más) competencia, con remotas o nulas opciones de proveedores.
Velocidad y costes hace 10 años. Hoy estamos acostumbrados a que la red nos resuelva cualquier acción en segundos, pero antes de 2013 las velocidades en la red eran bajas en comparación con estándares internacionales. Además, la infraestructura existente no estaba preparada para soportar un crecimiento rápido en la demanda de servicios de Internet de alta velocidad.
Si nos centramos en el precio, el coste del acceso a Internet en México antes de la llegada del IFT era básicamente alto, lo que limitaba aún más su adopción entre la población, especialmente entre los sectores con menos ingresos. Si a ello le sumamos la regulación limitada (todo a cargo de Cofetel) y una infraestructura igual de limitada, el uso de Internet entonces era más bien básico, y mayormente limitado a actividades esenciales como el correo electrónico, la navegación web y, en menor medida, el comercio electrónico y las redes sociales que empezaban.
La llegada del IFT. Todo cambió en 2013 con la aparición del Instituto. Fue un proceso de remodelación profundo con la creación y regulación del Mercado de Telecomunicaciones (Telcel y Telmex se acotaron para limitar su dominio en el mercado), se promovió la competencia en el sector de las telecos, se fomentó la innovación o las Nuevas Tecnologías con proyectos como la Red Compartida (iniciativa público-privada para crear una red mayorista con la que ampliar la cobertura y calidad).
El IFT también promocionó e impulsó la conectividad en zonas rurales y marginadas, se logró un descenso del precio de los servicios, adecuó la legislación a las nuevas realidades tecnológicas y, en general, se convirtió en un actor clave para transformar el panorama de las telecomunicaciones en México. El mapa de hoy y las diferencias con el pasado en el sector se deben, en gran medida, al Instituto.
Qué pasa si desaparece. Después de que la Cámara de Diputados votara por eliminar el IFT, el organismo ha lanzado un comunicado detallando que eliminarlos tendrá implicaciones en el mercado, con precios más altos, menos competencia y un afectado al final del túnel: los usuarios. “Es un grave retroceso”, explican, y piden diálogo antes de tomar cualquier decisión.
Entre otras cosas, el instituto recuerda todos esos cambios ocurridos en materia de telecomunicaciones desde su creación, asegurando que hoy en día los mexicanos pagan menos por sus servicios de Internet y telefonía respecto al 2013, incluso pese al aumento de la inflación. También se subraya que todo ello hace que haya más usuarios en el país que en 2013. Para ser más exactos, 51 millones de personas más que hace once años. Y no solo eso, sino que la red es mucho más rápida, contando con una banda ancha que, de media, supera los 50 Mbps.
La decisión todavía no está tomada. Lo comentamos al inicio, a pesar de que la extinción del IFT ya ha sido aprobada por la Cámara de Diputados, aún falta por ver lo que pasará cuando llegue al Senado de República. De aprobarse, las funciones del organismo pasarían a manos de la Secretaría de Infraestructura, Comunicación y Transportes.
Mientras, figuras destacadas como la de Jorge Bravo, analista de medios y telecomunicaciones y académico de la UNAM, critican la decisión de extinguir el Instituto, analizando el movimiento como "un golpe mortal a esas instituciones y un retorno al centralismo, el control político y la opacidad" y lamentando que muchos ciudadanos no lleguen a enterarse o no les importe, dado que la percepción pública de estos organismos es que "están alejadas de las preocupaciones reales de la gente y que operan en un limbo técnico que pocos entienden", zanja.
Imagen | Tobias Spitaler, Bob Mical
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