Hace más de once años desde que Asus presentó el Padfone, un teléfono entre cuyos accesorios estaba un dock, que tan solo era una pantalla con un par de cámaras y altavoces... hasta que le conectábamos el teléfono, insertándolo en el hueco que tenía preparado. Entonces se convertía en una tablet con todas las letras que obtenía la potencia y los contenidos del teléfono.
Aunque hubo varias iteraciones de aquella propuesta (una segunda versión en 2013 y una tercera en 2014), aquello no tuvo continuidad. Es difícil saber si no despertó el interés comercial suficiente, si el precio del conjunto era demasiado alto, si los Samsung, Motorola y Huawei de la época dejaban siquiera competir; o si directamente podemos achacar el fracaso a que Asus nunca ha logrado la relevancia en la industria móvil.
Pero sí sabemos que es un concepto que tenía sentido y para el que Asus fue una adelantada a su tiempo.
¿Y si tuviera software y hardware de 2023...?
La trayectoria del producto, eso sí, fue algo errática. Los lanzamientos de cada modelo acababan estando demasiado pegados, y la distribución internacional no ayudaba: para cuando una versión llegaba a Europa, en América ya se había presentado la anterior.
Los precios algo elevados para la época (700 euros la primera generación, pese a que incluía el dock) y la incógnita de si sería suficiente para obtener la experiencia de una tablet siguieron disuadiendo de una compra peculiar.
Aquello se lanzó en la época de Android 4.0, el GB de RAM y el Snapdragon S4 Plus. También en un contexto audiovisual en el que era mucho más tedioso que ahora ver películas y series en una tablet, sobre todo sin conexión.
Ahora, con los servicios de vídeo bajo demanda y el botón "descargar", unido a los almacenamientos mucho más generosos para nuestros móviles, tendría mucho más sentido un producto así. Sobre todo para quien solo requiere una tablet para el consumo multimedia en movilidad.
Es mi caso: ya me bajé de la burra de la tablet como compañera para la productividad —para eso utilizo el portátil—, y únicamente la valoro como una forma de ver películas y series en un tamaño mínimamente razonable cuando estoy de viaje, o para ver deportes si no tengo a mano un televisor.
Y en estas últimas vacaciones me he acordado mucho de lo conveniente que hubiese sido algo como aquella Asus Padfone en versión moderna. Algo que me deje aprovechar mejor los GB libres que quedan en mi móvil para el consumo multimedia. Sin tener que pagar por componentes que simplemente son secundarios. Aprovechando la potencia de sobra que ofrece un móvil actual.
La primera versión de la Asus Padfone traía incluso un teclado acoplable al dock para convertir el teléfono en un portátil básico. Seguramente habría mucho que hablar sobre su software, pero como idea que traer a la actualidad, tampoco estaría mal tirada. Muy difícilmente se podría conseguir algo decente de verdad con esta combinación (ni siquiera Samsung DeX y propuestas similares han funcionado), pero al menos ofrecía una opción que vitaminaba el teléfono.
Hoy, el peor desafío no sería técnico, sino comercial: ¿quién iba a permitir que se le canibalizaran las ventas de sus tablets a costa de vender teléfonos con dock que los convierten en una?
Quizás alguien a quien no le importa tanto el negocio de su hardware como dirigir las tendencias hacia el resto de fabricantes. Alguien como Google, a quien el dinero le viene de la publicidad pero le interesa dinamizar el mercado Android. Y que ya ha hecho algo similar con una tablet a nivel doméstico. Aunque hay malos precedentes, como el modo escritorio que trajo Android Q en 2019 y no fue a ningún lado. O como Mirabook lanzando un accesorio en esta línea y yendo a ninguna parte.
Quizás algún día vuelva el concepto de la Asus Padfone. Pero parece complicado.
Imagen destacada | Asus, Unsplash, Xataka.
En Xataka | Por qué el "modo escritorio" y lo de plantear un Android para PC parece una oportunidad perdida para Google.
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snakeper
El problema de estos inventos hibridos es siempre el mismo. Tienen sentido siempre y cuando costen menos que sus parte por separado. Es decir, si un movil vale 800€ y una tablet equivalente vale 600€, un hibrido de ambos tiene sentido si no cuesta mas de 1.000-1.100€, si no tiene mas sentido comprarte los dispositivos por separado
kanete
Este tablet tuvo el mismo problema que el resto de cacharrerías modulares que se han llegado a lanzar en algún momento: sobreprecio del aparato justificando los módulos, sobreprecio absurdo de los módulos para que luego en siguientes generaciones dejaran de servir.
Cuando al final alguien se quiso poner en serio con ese tema se encontraron que los usuarios estamos tan escaldados con esas tonterías que vemos módulos de ampliación y decimos: "Meh!".
Thorquemado
Unos pioneros, si no llega a ser porque Motorola ya había lanzado algo similar un año antes.
https://www.xataka.com/moviles/motorola-atrix
ricochet9090
Yo creo que el problema es diferente, en primer lugar el precio si, pero en segunda es que esperamos cosas diferentes del teléfono y el PC.
El teléfono se ocupa para apps autocontenidas, tontear y redes sociales, además de juegos de móvil, el PC se ocupa para trabajo serio, desarrollo, y juegos de PC, el SO en si mismo es diferente, porque se ocupan para cosas diferentes.
Para mí la idea ganadora sería un dispositivo que por si solo fuera un móvil, pero que al conectarlo a una base fuera un PC, pero para esto tendría que tener 2 SO en dual boot, al ser móvil corre android y al conectarlo sería Windows, quiero pensar que con Windows on Arm la idea no es tan descabellada, yo estaria dispuesto a pagar bastante por algo así.
alpy
Bueno, bajo mi punto de vista, es estupido comprar una pantalla que cuesta más que un propio tablet completo. Además, al año siguiente cambias de móvil y ya no te sirve de nada esa pantalla...