Aunque durante todo el año corren peligro, el verano nos suele acercar más a playas y piscinas, y son muchos los que no se separan ni en esas ocasiones de su gadget. Y como es bien sabido, todo aparato electrónico, incluidos smartphones, tablets o wearables, corren un gran peligro si se pone en contacto con agua, causando en muchos casos el adiós definitivo del aparato mojado.
Ahora, por suerte no todo gadget que entre en contacto con el agua sufre consecuencias en su funcionamiento. En el mercado tenemos disponibles distintos smartphones, tablets, wearables y otros dispositivos resistentes al agua y polvo. Pero ¿qué significa realmente esa protección? ¿Hasta qué punto puedo estar tranquilo al sumergir mi gadget en agua? Vamos a explicar esos detalles punto a punto.
Protecciones IP, conoce hasta dónde llegan
Cuando Sony, Samsung o cualquier otra marca presenta un gadget resistente al agua y/o polvo en ocasiones los detalles de esa resistencia son escasos. La pista que nos puede llevar a conocer concretamente esa resistencia es una clasificación estándar, la IPXX. La XX representa siempre un número de dos cifras, siendo la primera la resistencia a polvo u otras particular y la segunda la resistencia a líquidos.
Grado de protección | Resistencia a polvo | Resistencia al agua |
---|---|---|
0 | Sin protección | Sin protección |
1 | Evita entrada de partículas de <50 mm. | Protección contra goteo (10 minutos, 3-5 mm cúbicos/minuto) |
2 | Evita entrada de partículas de <12,5 mm. | Protección contra goteo (10 minutos, 3-5 mm cúbicos/minuto) desde distintos ángulos |
3 | Evita entrada de partículas de <2,5 mm. | Protección contra agua nebulizada (al menos 5 minutos, hasta 60 grados de inclinación) |
4 | Evita entrada de partículas de <1 mm. | Protección contra chorros de agua (al menos 5 minutos, 10 litros por minuto) |
5 | Puede entrar polvo, aunque sin interferir en el funcionamiento. | Protección contra chorros de agua (al menos 3 minutos, 12,5 litros por minuto, a al menos 3 metros) |
6 | Protección total contra entrada de polvo. | Protección contra chorros de agua (al menos 3 minutos, 100 litros por minuto, a al menos 3 metros) |
7 | - | Protección contra inmersión (1 metro durante 30 minutos) |
8 | - | Protección contra inmersión (especificada por el fabricante, pero mayor que la de nivel 7) |
9k | - | Protección contra chorros de agua a alta presión y temperatura (14-16 litros por minutos, a 0,1 metros, 80 grados de temperatura) |
Por ejemplo, con los anteriores valores un dispositivo con protección IP67 no sufriría de ninguna manera entrada de polvo y podría estar bajo el agua a una profundidad máxima de un metro durante media hora sin sufrir daño alguno. Las protecciones más habituales en distintos gadgets suelen ser las IP67 y IP68 (en esta última toca consultar el límite de la resistencia al agua) mientras que muchos wearables no llegan al 7 por el lado de la resistencia al agua.
Para que una marca pueda presumir de protección, a sus dispositivos se les expone a pruebas severas, sobre todo por el lado de la protección contra el agua. Además hay que tener en cuenta que muchos dispositivos con protección IPX7 o IPX8 tienen tapas para proteger ciertos conectores que de ser expuestos al agua dejarían de funcionar, por lo que también se comprueba que por ese lado no haya filtraciones.
No hay única empresa que certifique la protección, pero todas tienen en cuenta el estándar IEC 60529 para realizar las pruebas. En el siguiente vídeo podéis ver el proceso al que se somete una tablet con protección IP66, exponiéndola a potentes chorros y a una auténtica tormenta de polvo. Solo si resiste a dicha prueba podrá presumir de certificación.
Agua salada, ¿misma protección?
Una duda muy importante. Cuando los fabricantes hablan de resistencia al agua, ¿da lo mismo que sea agua dulce o salada? Para nada. Aunque algunos fabricantes han presumido en distintos vídeos de resistencia en el mar, sumergir cualquier gadget en agua salada puede ser sinónimo de que el dispositivo deje de funcionar si no reaccionamos rápido.
En el caso de agua procedente de un mar o de un océano, nos encontramos con la presencia de la sal, un mineral nada recomendable para los componentes electrónicos. Además de su elevada conductividad, el principal problema del agua salada con los gadgets es su poder de corrosión. El cloruro sódico (la sal) provoca corrosión galvánica, ya que el agua salada conduce la electricidad, que contiene iones que atraen a los iones de metales, provocando la corrosión y por tanto el óxido que puede provocar graves averías en cualquier componente electrónico.
El efecto no acaba en la simple sumersión, ya que al secarse el agua salada, los restos de sal pueden quedarse en cualquier resquicio del gadget, continuando la corrosión. En un dispositivo correctamente protegido contra filtraciones aparentemente no es un problema, ya que el agua salada no estará en contacto con ningún circuito, pero teniendo en cuenta que muchos gadgets resistentes al agua tiene distintos conectores visibles (y por tanto al alcance del agua) el riesgo es elevado.
En caso de producirse el contacto con agua salada, para intentar evitar consecuencias es necesario actuar con rapidez, antes de que la sal puede empezar a actuar. Lo más importante es no encender el dispositivo. Lo primero es desmontar el gadget todo lo posible (quitando la batería, por supuesto) y limpiar los componentes electrónicos con un cepillo empapado en alcohol isopropílico (también usado para limpiar lentes de cámaras), ya que se trata de un líquido no conductor y facilitará la eliminación de cualquier resto de sal. Una vez hecho esto, hay que dejar secar (entre toallas o similares, nunca usar un secador porque puede empujar al interior cualquier resto que quede) el dispositivo durante 24-48 antes de poder encenderlo para comprobar si ha sobrevivido.
¿Y el agua con cloro de una piscina?
Vistos los efectos del agua salada en los gadgets, también nos cabe preguntarnos por otro tipo de agua: el agua con cloro. En las piscinas se usa el cloro para eliminar bacterias, hongos, parásitos y virus, a un nivel superior que el cloro aplicado en el suministro de agua de las ciudades. Y de nuevo, el cloro también es un fuerte oxidante, pero disuelto en agua a temperatura normal no supone una amenaza.
Para que el agua con cloro sea capaz de provocar una corrosión en metales similar a que puede provocar el agua salada, la temperatura del agua tiene que superar los 110 grados. Igualmente, es recomendable dar un baño en agua dulce a cualquier gadget tras haberlo usado en agua con altas concentraciones de cloro, como pueden ser piscinas.
Entonces, ¿qué puedo hacer si quiero sacar fotos sumergido en el mar?
Conociendo hasta qué punto llega cada tipo de protección y los problemas que pueden suponer exponer cualquier gadget a agua salada, es momento de sacar conclusiones. Las protecciones IP67 o IP68 dan una seguridad de que ante accidentes puntuales no va a haber consecuencias, pero las propias marcas desaconsejan el uso bajo agua salada de sus dispositivos, aunque no hay gran problema en el caso de agua clorada. Igualmente, ante cualquier duda es mejor consultar previamente el manual de usuario antes de exponernos a una grave y costosa avería.
Llegados a este punto nos planteamos una pregunta, ¿no puedo sacarme fotos en el mar estas vacaciones? Seguramente a lo largo del verano veremos fotos y más fotos de nuestros amigos sumergidos en el mar, y si eso es lo que quieres la opción recomendable es una cámara de acción. Las cámaras de acción no es que cuenten con una protección IP no aplicables a otros gadget. Realmente, este tipo de cámaras van en el interior de cajas de metracrilato herméticas con juntas de goma para que el agua no puede entrar, por lo que el agua salada nunca está en contacto con ninguna parte que pueda resultar dañada.
Por último, otra opción más económica que adquirir una cámara de acción (aquí tienes una selección de las más económicas) es hacerse con una funda para móviles sumergibles. Antes de dirigirte a tu tienda más cercana, la calidad y seguridad de la funda es fundamental, teniendo en cuenta que en su interior puedes estar metiendo un smartphone de no poco valor. En Amazon puedes encontrar fundas con certificación IPX8 de marcas conocidas (1 y 2) por menos de 10 euros y con opiniones positivas de otros compradores.
Con las fundas que hemos mencionado, es posible sumergirse hasta 10 metros sin que el agua entre en la funda o afecte a tu smartphone. Además, permiten el manejo de la pantalla del smartphone, por lo que podrás sacar fotos bajo el agua sin problemas y de paso, no tener que dejar el teléfono en la toalla o protegerlo contra la arena.
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