Otoño nuevo, Pixel nuevo, y ya van dos equinoccios con este advenimiento. Y por primera vez en muchas lunas, nadie se ha sorprendido ni ha clamado contra sus precios -649 y 849 dólares respectivamente, 959 euros para el Pixel 2 XL que es el único que llega a España-. Al fin y al cabo, estamos a punto de acabar 2017 y ya hemos asumido que aquel mantra de "smartphone de Google, smartphone barato" no fue una dinámica, sino un oasis. Los Nexus de ayer y los Pixel de hoy han sido, en su mayoría, smartphones de precio premium.
Google únicamente tuvo un escarceo con los precios asequibles durante un par de años: 2012 y 2013. Fueron los tiempos del Nexus 4 y el Nexus 5. Aquellos terminales, puerta de conocimiento definitivo de lo que era Android sin capas de personalización y alegría del sector geek, ávido de experiencias Android reconfortantes sin tener que empeñar las joyas de la abuela a cambio, no tuvieron continuidad.
Sus precios, subvencionados por la propia Google, tenían su origen en la renuncia a beneficios a cambio de introducir a más usuarios en su ecosistema. Cosas que hace quien se lo puede permitir.
Experiencia Google a precio de iPhone y Galaxy S
Después, el hechizo se desvaneció, los 650 dólares del Nexus 6 llegaron como una bofetada y el modelo cambió, dejando tras de sí años de melancolía y nostalgia de cuando los Nexus no costaban un salario mínimo español, sino solo medio.
Estos fueron los precios oficiales de salida en su momento, aunque si ajustamos por inflación, las diferencias, que siguen siendo grandes, se reducen. Sobre todo entre la etapa 2012-2013 y los últimos lanzamientos.
Estas gráficas reflejan bien que la nostalgia suele ser selectiva y endulza nuestros recuerdos: los Nexus baratos fueron más bien pocos. Además, los últimos precios han ido disparándose hasta dejar atrás los 700 e incluso los 800 dólares. Y eso teniendo en cuenta que si hablamos en dólares tenemos que sumar los impuestos estatales. Si hablamos en euros y en precio español, la cosa pinta en arameo. 959 euros, la penúltima barrera psicológica antes de llegar a las cuatro cifras. Hace cuatro años, el magnífico Nexus 5 costaba menos de 350 euros.
Lo llamativo no termina aquí: el Google Pixel 2 XL, con su precio en España, es el tercer smartphone más caro de los últimos diez años, incluso si ajustamos los precios por inflación. Y por supuesto, si hablamos de los modelos base, no con ampliaciones de almacenamiento. Por delante solo quedan el Galaxy Note 8 y el iPhone X. Ni siquiera los iPhone 8 y 8 Plus o los Galaxy S8 y S8+ están por encima.
En esta gráfica podemos ver el precio de los principales smartphones de la última década, con sus precios también ajustados por inflación (en este otro artículo puedes verla con teléfonos anteriores).
Tras varios años sumándose a la tendencia de precios al alza impuesta por fabricantes como Apple o Samsung principalmente, Google no ha dudado en abrazar la escalada de precios. Durante los últimos tres trimestres apenas vendió 3 millones de Pixel, una cifra bastante baja comparada con los 55 millones de unidades que vendió el Galaxy S7 o los 200 millones de iPhone que Apple puede vender en ese espacio de tiempo.
OnePlus ha sido posiblemente la marca que mejor ha aprovechado el vacío dejado por los Nexus 4 y 5, quizás acompañada de Xiaomi, para posicionarse como la referencia entre el mencionado sector geek que busca un smartphone de calidad que se mantenga asequible. ¿Conseguirá Google tener una mejor acogida para sus Pixel con estos nuevos precios?
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