No es la primera vez que hemos hablado de dispositivos IMSI-catcher o StingRay, un polémico sistema de vigilancia que utilizan en ocasiones las autoridades para localizar el teléfono móvil de un sospechoso. Sin embargo, estos dispositivos de seguimiento vuelven a estar hoy de actualidad después de que el diario Wall Street Journal asegurara haber descubierto que el Departamento de Justicia de EEUU los ha instalado en aviones.
¿Cómo funcionan? Sencillo: el IMSI-catcher (siglas de International Mobile Suscriber Numbers) finge ser una antena de telefonía, al que cada móvil encendido dentro de su rango de alcance se intenta conectar por ser la "torre" más cercana. Cuando el teléfono manda una petición de conexión, el aparato en cuestión obtiene su número de móvil. Las autoridades descartan, supuestamente, aquellos números que no se correspondan con los del sospechoso.
Para localizar el teléfono que sí es objeto de investigación, el avión se mueve y ve cómo varía la potencia de la señal. Al final, son capaces de localizar el móvil en cuestión (y, por tanto, al sospechoso si lo lleva con él) con una precisión de tres metros.
Este programa, que lleva en funcionamiento desde 2007, utiliza aviones de tipo Cessna, aunque se desconoce el número de aeronaves equipadas con estos dispositivos. Tienen presencia, eso sí, en más de cinco aeropuertos, desde los que pueden cubrir la mayor parte de la superficie de Estados Unidos. Para ahorrar tiempo, y siempre según el WSJ, en cada pasada que hacen buscan el móvil de varios sospechosos a la vez.
IMSI-catchers vs. privacidad
El uso de dispositivos IMSI-catcher no es nuevo, pero siempre ha estado cargado de polémica. En primer lugar porque actúa de torre falsa con todos los teléfonos de las inmediaciones, tanto si se corresponden a criminales como si no. Se descartan, en teoría, aquellos que no forman parte de la investigación pero ¿qué se hace con esa información? ¿Se almacena o se borra? A fin de cuentas, con ella se sabe que cierta persona X ha estado en un lugar Y y a una hora H.
¿Y qué se puede hacer con esos datos? Se lo pueden preguntar a las autoridades ucranianas, sospechosas de haber utilizado esta tecnología en el pasado para localizar y almacenar los números de todos los participantes en las manifestaciones en contra del Gobierno de turno. Después, todos ellos recibieron en su móvil un mensaje amenazador: “Estimado cliente: has sido registrado como participante en un altercado masivo”.
Si esta tecnología ya era poderosa cuando sabíamos que algunos cuerpos de seguridad la utilizaban desde furgonetas para poder hacer rastreos a mayor escala, imaginaos el alcance de uno de estos dispositivos de seguimiento subido sobre un avión. Algunos activistas proprivacidad en Estados Unidos se quejan también de que se "engaña" a los jueces para que aprueben el uso de estos IMSI-catchers limitándose a decir que "se utilizan dispositivos de seguimiento móviles" sin dar más detalles de la intrusiva técnica que estos usan. Otras veces, directamente se usan sin orden judicial.
Además, pueden interferir en las comunicaciones normales de algunos teléfonos, llegando a interrumpir las llamadas. En teoría, y según la fuente, las autoridades han modificado el software para que no interrumpa llamadas de emergencia al 911.
Otros sistemas más avanzados hacen que la torre "falsa" sea simplemente un intermediario, pudiendo espiar todas las comunicaciones que pasan por ella sin que el dueño del móvil se entere
No sólo eso: existen dispositivos de vigilancia de este tipo que no sólo pueden localizar el terminal, sino que pueden monitorizar sus comunicaciones. La torre falsa en cuestión actúa sólo de intermediaria entre el móvil y una torre real, pudiendo leer todo lo que el terminal (información de llamadas, mensajes, etc.) envía en sus comunicaciones. Según el WSJ, no está claro que los IMSI-catcher "aéreos" de este programa tengan esta funcionalidad, pero el caso es que podrían.
Vía | The Wall Street Journal
En Xataka Móvil | StingRay: el arma secreta de la policía de EEUU para localizar cualquier teléfono
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