Pasito a pasito las cámaras de los teléfonos mejoran, pero en 10 milímetros de grosor no dan para muchas virguerías. Las solución está en las lentes líquidas, de las que creo que ya hemos hablado. Cualquiera recuerda haber mirado en alguna ocasión a través de una gota de agua y haber visto cómo se magnifica la imagen del otro lado. La idea es usar líquidos, agua incluso, y construir un dispositivo que permita modificar la forma de la gota, esto servirá para variar la distancia focal de la lente y su potencia óptica. Ya hay grupos trabajando en ello, en Dinamarca y Francia, los últimos usan una gota compuesta por agua, sal y aceite (perfecto aliño para ensaladas), y hacen que varíe su forma mediante campos eléctricos. Con 300 millones de teléfonos móviles con cámara que se van a vender el año que viene, mejorar la capacidad de las cámaras es un bocado apetitoso para los fabricantes.
Vía | MobielTracker. Más información | Wired Magazine.