Pensar en la energía solar como una fuente para la recarga de nuestros smartphones ha estado siempre presente. Y de hecho se lleva trabajando en diferentes líneas de trabajo relacionadas desde hace años. Una de las más prometedoras nos llega desde la universidad japonesa de Kogakuin, donde uno de us miembros, Mitsunobu Sato, inició en 2013 el desarrollo de una batería capaz de recargarse con luz sin placa solar separada.
Dicha investigación ha recibido recientemente un impulso sustancial por parte de un grupo de investigadores japoneses, los cuales han conseguido mejorar el diseño de dicha batería para convertirla en un elemento casi transparente que podría ser usado bajo la pantalla de tu smartphone de manera que la misma pudiera recargarse al incidir luz sobre la misma.
Sin casi cambios en la composición de las baterías actuales, la clave
En 2013, el equipo de Mitsunobu Sato redujo a menos de 100 nanómetros el tamaño de los electrodos de una batería de Ion-Li, consiguiendo así que su transmitancia luminosa fuera alta y se pudiera tomar como base para aprovechar la energía generada por los electrolitos, en su mayoría idénticos a los de las baterías actuales, y con características que los hacen transparentes. Esa es la principal diferencia con las baterías transparentes que conocíamos hasta ahora, como la de Standford de 2011, en la cual la composición no se parecía en nada a las de las actuales Io-Li.
El resultado es una batería translúcida en la que por medio de pigmentación, se puede rebajar la transmitancia al incidir la luz sobre ella y aprovechar la que se queda acumulada como si estuviéramos ante una célula fotovoltaica. La luz que pueden recargar las mismas tiene un margen amplio de longitudes de onda, e incluso funciona con la ultravioleta.
El prototipo que ya han desarrollado consigue un voltaje de salida de 3.6 V, y por ahora su ciclo de vida es de tan solo 20 recargas.
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