Grundig, fabricante no muy conocido en el mundo de la tecnología, ha lanzado el B700, un smartphone con una apariencia grande y fuerte, cuya mejor baza es que integra un sistema operativo Linux, al igual que el U900, otro móvil de Grundig.
Dispone de una pantalla de 2.4 pulgadas a color, resolución de 320x240 píxeles, cámara de 2 megapíxeles, 100 MB de memoria interna ampliable mediante tarjetas SD, teclado QWERTY, reproductor de audio y vídeo, y conexión USB y Bluetooth. Dimensiones de 105x68x10 milímetros y 89 gramos.
No es un terminal novedoso (excepto quizá por el S.O.), pero dependiendo de su precio (del cual no disponemos) podría incluso ser interesante.