Yo soy una persona bastante joven. Nací en el 94, última cosecha de millenials, y en mis 26 años de vida he probado varios móviles. Recuerdo el primero, un Sony Ericsson T230 que me regaló mi abuelo. Luego creo recordar que pasé a un Nokia N70, luego a un LG Viewty y luego a un Nokia X6-00. Algo que tienen en común estos cuatro móviles es que su teclado era alfanumérico, una interfaz en peligro de extinción después de la llegada y expansión de su depredador más feroz: el teclado QWERTY.
Con estos teclados es más fácil y rápido escribir porque no tienes que pulsar tres veces el 5 para llegar a la "L". Todos nos hemos acostumbrados a ellos y no sé vosotros, pero yo recuerdo escribir SMS a mis amigos desde el teclado alfanumérico de mi Nokia N70 a la velocidad del rayo. De aquella manera, claro: "ola tio, ns vms oy?", "k tl?", "ya vs", "vnte a m ksa", etc. Eran tiempos más sencillos, los SMS costaban dinero y no molaba quedarse sin saldo.
Pero la cosa es que yo no necesitaba un teclado como QWERTY. Me bastaba y me sobraba con el teclado alfanumérico. Sin embargo, después del X6-00 todo cambió. Me compré el HTC One S, que ya tenía su teclado táctil y Android, y desde entonces los teclados QWERTY entraron en mi vida y hasta el momento no se han ido. Como usuario acostumbrado a los QWERTY me he preguntado "¿Sería capaz de volver a usar un teclado QWERTY ahora mismo?". Pues si estás leyendo esto es porque lo he intentado en un feature phone para personas mayores: el SPC Jasper.
Entendamos el contexto
A ver, que esto puede parecer una chorrada pero no lo es tanto si nos paramos a pensarlo un momento. Desde mi punto de vista, cuando nos comunicábamos con SMS hablábamos menos. Los mensajes de texto costaban dinero, los planes de contrato no eran tan comunes y el saldo era el que era. Además, yo dependía de que mis padres me recargasen la tarjeta SIM y estaba feo pedirle 10 euros todas las semanas. Mis amigos y yo medíamos los SMS con cuentagotas y por eso escribíamos "kmo ns dba la gna".
Creo que todo cambió cuando llegaron los planes de datos y WhatsApp. Recuerdo que cuando mis amigos empezaron a usar WhatsApp los SMS dejaron de llegar. Yo no tenía datos en mi SIM, así que dependía del WiFi, hasta que un buen día mis padres me los pusieron y ya pude empezar a usar Tuenti desde el móvil y a hablar con mis amigos en todo momento sin pagar por cada mensaje. Es que imaginaos el salto: pasar de pagar cinco céntimos por un SMS a tener mensajes ilimitados que se envían por Internet y que apenas gastan datos.
Ahí empezó el principio del fin. Los mensajes gratis hicieron que enviásemos más mensajes. Empezamos a hablar más y el teclado alfanumérico empezó a quedarse corto. Ya era posible mantener varias conversaciones a la vez y a más velocidad. Llegó el primer iPhone, los primeros Android y con ellos los teclados QWERTY. Poco a poco, Symbian dejó paso a Android y iOS y el teclado alfanumérico acabó siendo usado por las personas que se resistían al cambio.
No sé si el teclado QWERTY fomentó que hablásemos más o que empezásemos a hablar más fomentó la implantación del teclado QWERTY. Puede que un poco de todo. Pero el caso es que no me veo mandando la cantidad de mensajes que mando al cabo del día, participando en los tropecientos grupos de WhatsApp en los que participo o discutiendo con mis amigos de cualquier cosa usando un teclado alfanumérico. Pero como decía Samanta Villar, no es lo mismo contarlo que vivirlo, así que todo sea por la ciencia.
¿Cómo se borra una letra?
El móvil elegido es el SPC Jasper (99,90 euros), un terminal de tapa con KaiOS pensado para las personas mayores. Como tal, al abrirlo el dispositivo nos deleita con un enorme teclado alfanumérico, con unas teclas de goma bastante grandes y números y letras con el suficiente tamaño para que una persona que vea mal no tenga problemas. Reconozco que es un golpe de nostalgia en toda regla, pero el encanto propio de retrotraerme a mi época en la ESO empezó a difuminarse cuando empecé a usarlo.
Metí la contraseña del WiFi, me conecté e inicié sesión en mi cuenta de WhatsApp. Primer reto: poner mi nombre de perfil. 5666777733 427772224442, "Jose Garcia". No, mal, es "Jose García", con tilde en la "i". Hay que borrar dos letras. Pero ¿cómo se borra? No hay tecla de borrar, ¿cómo se elimina una errata? Busqué y busqué y no di con la tecla.
Derrotado por un móvil para personas mayores, hice lo que cualquier persona en su sano juicio habría hecho: mirar el manual de instrucciones. Llevaba años si hacerlo, pero allí encontré la respuesta: hay que pulsar el botón de colgar. Vale, vale, tiene sentido. Una vez dominado el teclado, me dispuse a hablar como haría normalmente.
Entiendo que el móvil está pensado para mandar mensajes cortos, tipo "Hola", "Sí" o "Bien", pero no estoy acostumbrado a mandar mensajes así. De hecho, cuando escribo me gusta poner comas, puntos y hacer frases largas, algo que QWERTY ayuda a conseguir y que en un teclado alfanumérico me supone mucho más tiempo de la cuenta.
Lo cierto es que no recordaba que enviar un mensaje pudiera ser tan lento. Al principio me costó bastante, hasta el punto de que tuve que usar el teléfono con dos manos porque con una sola no tenía tacto. Al rato acabé acostumbrándome y empecé a coger velocidad, pero sea como fuere lo que en mi móvil personal me llevaba si acaso un segundo o dos con este dispositivo me llevaba diez.
Algo que me ha retrotraído a cuando era más pequeño es la espera al escribir caracteres que están en la misma tecla. Por ejemplo, "moreno". La "m", "n" y "o" están la misma tecla, el 6, y hay que esperar a que el teclado se "reinicie" para seguir escribiendo. Es decir, para escribir "moreno" hay que hacer: 6, espera, 666, 777, 33, 66, espera, 666. También reconozco haber esbozado una sonrisa al escribir 525252, "jajaja".
Otro punto que no recordaba es que si te pasas el caracter tienes que pasar por todos los siguientes antes de volver a él. Por ejemplo, para poner una coma hay que pulsar 11, pero si te equivocas y pulsas 111 pones un "?", así que tienes que pulsar el 1 varias veces hasta volver al principio y, entonces, seleccionar la coma. Eso, o esperar a que el teclado se reinicie, borrar la errata y volver a pulsar 11. Es curioso que algo tan nimio como esto lleve tanto tiempo.
Dicho lo cual, ¿es viable usar estos teclados actualmente? Sí, pero te quedas fuera de la conversación con mucha facilidad. Cuando estuve haciendo la prueba hubo un pequeño debate en uno de mis grupos de amigos. Era interesante y yo quería escribir mi opinión, pero estábamos varias personas escribiendo y para cuando yo había terminado de escribir mi texto de cuatro líneas mis amigos ya habían enviado otros 30 mensajes. A lo mejor lo que yo iba a decir ya lo había dicho otro o, directamente, se había pasado a otro asunto. No hay margen de maniobra, al menos si escribes con pulsaciones.
¿Dónde encontré consuelo? En las notas de audio y en el asistente de voz. KaiOS tiene Google Assistant, así que puedes dejar pulsado el botón de la cruceta, hablar y que Google transcriba la voz a texto. Eso ya es otra cosa. El sistema funciona muy rápido y sirve para mandar mensajes más largos, pero tiene el problema de que no detecta la puntuación, así que resulta en un enorme mensaje sin pausas. Con las notas de audio no existe ese problema, pero no siempre puedes mandar una nota de audio y no todas las personas las escuchan.
Mi conclusión tras este pequeño experimento casero es que larga vida a QWERTY y a los teclados digitales. Ha sido bonito volver a mi época con 13 años, pero me quedo con los avances actuales. Es verdad que el teclado de mi móvil no tiene ese puntito nostálgico y encantador de las enormes teclas de goma y el teclado alfanumérico, pero me das a elegir entre escribir rápido y la nostalgia y yo, al menos, lo tengo claro.
SPC Jasper Teléfono Móvil con Whatsapp y Botón Sos para Personas Mayores, Gris/Negro
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