Renovarse o morir, o al menos no acaparar la atención de los medios tecnológicos. Quizás ésa era la idea de HTC de cara a 2017 cuando tratan de remontar una mala racha demasiado duradera y el motivo para sorprender con una nueva línea de móviles, los U, los cuales hemos podido probar ahora en el MWC, teniendo ya unas primeras impresiones del HTC U Ultra.
Como ya vimos en el momento de su presentación éste es el más potente de los dos, optando por un Snapdragon 821 y 4 GB de RAM y destacando el diseño sobre todo en cuanto a acabado y colores, variando bastante con respecto a la línea que había seguido en la extinta gama One y los Desire. Sobre el papel prometía bastante y en cierto modo era un tope de gama de puente hasta conocer el "HTC 11" (si es que siguen esa nomenclatura), y ahora por fin hemos podido comprobar si es así según nuestro criterio. Te lo contamos con el máximo detalle posible.
Diseño y construcción: la cuestión es brillar, como sea
Podemos ponernos a especular sobre si se va a poner de moda (o ya se ha puesto) el acabado "a lo charol" desde el Jet Black de los últimos iPhones, pero el caso es que HTC ha dado este toque a todos los colores del U, tanto el Play como el Ultra. Más allá de los gustos en cuanto a esto, da una falsa sensación de mala calidad al tacto cuando no es un plástico endeble y no hemos visto ningún arañazo (en parte también por ser un terminal muy ligero).
Pero lo negativo y más objetivo es que esta parte trasera resulta ser un imán de huellas exagerado. Más allá de esto, se trata de un terminal bastante grande teniendo en cuenta los tamaños que se están logrando con la misma diagonal de pantalla; contrasta bastante con el LG G6, con la misma diagonal de pantalla y compactísimo. El U Ultra obliga mucho más al uso a dos manos, aunque a su favor está que es fino y ligero.
Medidas | Ratio pantalla/frontal | |
---|---|---|
HTC U Ultra | 162,41 x 79,79 x 7,99 milímetros, peso 170 gramos | 69,7% |
LG G6 | 148,9 x 71,9 x 7,9 milímetros, peso 163 gramos | 78,6% |
Dos pantallas (sólo si quieres)
Una de las características que se destacaron en su presentación en cuanto a su diferenciación con sus rivales es la función de doble pantalla (es decir, no hay dos paneles, es una partición por software). Una diferenciación relativa dado que esto ya lo vimos en los LG V10 y LG V20, aunque en este caso puede desactivarse.
La función principal de esta segunda pantalla es tener un acceso rápido a contactos y a aplicaciones. Tenemos seis pestañas por las que navegamos deslizando a un lado u a otro (reproducción de música, contactos, accesos directos, recordatorio, tiempo, calendario), siendo bastante intuitiva y pudiendo personalizar su aparición (que esté siempre, en pantalla de bloqueo, etc.) en el menú de ajustes. Un añadido interesante, aunque la posición en el borde superior puede no ser la más cómoda según el agarre.
En cuanto a las sensaciones con el panel en general, tanto resolución como colores y temperatura son correctos (puede que en alguna fotografía parezca muy fría, pero está bastante equilibrada). La respuesta táctil también es correcta y el ajuste de brillo automático funciona aparentemente bien (aunque aquí faltaría ver qué tal se porta al cambiar de ambiente). Lo que sí se echa en falta un mejor aprovechamiento del frontal (en este caso tenemos un 69,7%).
Confiando en Sense para el software y para la "inteligencia"
Una de las características que más nos llamaron la atención en su presentación fue Sense Companion, el asistente personal propio de HTC cuya principal misión es conocer más a su usuario para adaptarse al uso y ponérselo más fácil y cómodo al mismo. Por esto mismo no fue posible probarlo en las primeras impresiones, dado que su funcionamiento depende de los datos que recopila del uso, las páginas visitadas y los servicios de terceros durante días, pero al menos pudimos ver qué tal va el HTC U Ultra en cuanto a fluidez.
Los coreanos taiwaneses siguen confiando en su capa de personalización y sobre Android Nougat 7.0 instala Sense, aunque tampoco resulta demasiado invasiva en general. Los terminales de prueba iban con lo mínimo en apps, no se apreciaba un exceso de bloatware o al menos una cantidad molesta de apps preinstaladas, e iba bastante fluido. No apreciamos lag en la multitarea ni siquiera abriendo gran cantidad de apps y buscando las multimedia o las más exigentes.
A falta de poder probar juegos con alta carga gráfica y ver cómo se porta tras días de uso y más instalaciones, de momento nos quedamos con buenas sensaciones. Tampoco hemos notado un calentamiento llamativo, teniendo en cuenta que es un teléfono relativamente delgado para el tamaño total que tiene.
Jugando con lo conocido para la cámara
HTC no se ha subido al carro de la doble cámara con la línea U y de hecho han recurrido a rescatar el concepto de UltraPixel, siendo más bien conservadores e intentando sacarle jugo a esto sobre todo en la cámara frontal. Las condiciones del stand en la feria no son las mejores para probar las cámaras, pero al menos vemos qué tal se portan precisamente en condiciones poco favorables.
La cámara frontal en su modo estándar nos muestra unos resultados muy en la línea de una frontal de móvil de gama media, con el detalle justo (no exagerado por post-procesado como en algunos casos) y con tendencia al magenta. El modo UltraPixel sí muestra más detalle y menos acuarelas, aunque el color sigue quedándose demasiado hacia los rosas.
La cámara trasera es la misma que la del HTC 10, por lo que esperamos ver unos resultados similares en cuanto podamos probarla en exteriores y en situaciones de iluminación más favorable que el stand. Allí nos encontramos que compensaba bastante bien los contrastes de iluminación del sitio (fondos oscuros con puntos de luz intensa como las propias mesas), y que aún con la pérdida de detalle debida a estos puntos oscuros el ruido brilló por su ausencia.
Un punto positivo en cuanto a su interfaz son las posibilidades tanto en cuanto a modos (vemos que Zoe sigue presente) y algunos controles manuales para quienes buscan llevar el timón un poco más en las instantáneas (temperatura, ISO, exposición, enfoque, balance de blancos y fuente de luz). En el vídeo sí que hemos notado algunos tirones, no sabemos si por las condiciones o por la madurez del software, aunque un punto a favor es que podemos ajustar la exposición en todo momento.
En vista de la producción y reproducción multimedia
A falta de poder comprobar el USonic, que también promete adaptar el sonido según las preferencias de audio del usuario, de momento nos quedamos con que los cuatro micrófonos hacen bien su papel en un ambiente completamente contaminado acústicamente y realizan una buena captación de nuestra voz. La calidad del audio promete ser bastante aceptable, si bien es lo suficientemente potente como para percibirlo en dicho ambiente desfavorable.
En conjunto con la pantalla, las características del audio hacen que sea un candidato para aquellos que busquen en su móvil un centro multimedia. Si el usuario se encuentra cómodo con el tamaño, tenemos un panel con resolución de sobra (QHD), ajuste personalizado de color, un audio prometedor (sobre todo en auriculares) y que no experimenta ningún problema ni calentamiento en la reproducción de vídeo de alta calidad.
Un buen puente hacia un próximo buque insignia, pero algo caro
En perspectiva, y tras unas declaraciones por parte de HTC con respecto al Snapdragon 835, la línea U se planea como un puente, como una renovación de transición hasta conocer al que sí sería el buque insignia de los coreanos para este año. Puede que esté marcando las líneas de éste viendo que la apuesta es diferenciarse por audio, por diseño y con "lo mínimo" en cuanto a lo más potente del momento (un Snapdragon 821 y 4 GB de RAM).
Quizás el punto débil sea la propia construcción, siendo un terminal bastante grande que tampoco integra una batería que destaque (se queda en 3.000 mAh) y que el acabado, lejos de ser un reclamo, es un imán de huellas destinado a gustar a un público que busque el toque glossy más exagerado. Aunque siendo grande, como hemos comentado, es bastante fino y no resulta pesado.
Faltará ver qué tal resulta en cuanto a autonomía en la práctica y si la cámara se defiende. En este sentido HTC podría haber arriesgado con una doble cámara para este modelo, intentando mejorar lo que ya vimos en el One M8 para acercarse algo más a competidores como el iPhone 7 Plus, el Huawei Mate 9 o incluso el LG G6, dado que el precio (749 euros) y las características lo hacen jugar en su misma liga.
HTC parece haberse "acomodado" en una cuesta hacia abajo desde hace ya algún año, de ahí que cada vez sea más interesante seguirle la pista en cuanto a qué estrategia de mercado van a seguir, tanto en relación a su abanico de productos como a los lanzamientos de smartphones. Veremos si esta línea U es un segundo primer paso a una renovación (tras el HTC 10) y si logra recuperarse en el convulso mercado del móvil.
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