Si la gente pide inteligencia artificial y cámaras, dos tazas, o mejor dicho tres. Ésa podría ser la frase final de la lluvia de ideas para la última joya de la corona de Huawei, que como sus hermanos ha sido presentado tras toda la vorágine del MWC 2018, y nosotros os traemos ahora la toma de contacto con el Huawei P20 Pro tras haberlo podido probar.
Las novedades en este terminal, y lo que le da ese apellido, giran en torno a un claro eje: la fotografía. Así, el fabricante echa sobre la mesa unas cartas que muestran tres lentes y una inteligencia artificial que se hace un mayor acto de presencia con respecto a lo que vimos en el Huawei Mate 10. Os contamos cuáles han sido nuestras primeras impresiones con él.
Se notan, se sienten, las (cuatro) cámaras están presentes
Pocas sorpresas para bien en lo referente a construcción y a sensaciones en mano pese al cambio a cristal que ya hemos comentado en la presentación del producto. Los Huawei se han caracterizado de manera histórica por quedar bien en elección de materiales y en cómo resuelven a este nivel, sobre todo hablando de los terminales de gamas más altas y tras la generalización del aluminio.
Los terminales, de hecho, son bastante similares entre los tres de la línea P20. A nivel del frontal cuesta saber cuál estamos viendo en un primer momento, y tras percibir la diferencia clave más allá del tamaño (la ausencia de lector en el frontal de P20 Lite) nos quedan dos mellizos que comparten gran parte de la estética, salvo esa tercera cámara que puebla la trasera del P20 Pro.
Tenemos de nuevo cámaras protuberantes, sobresaliendo más en el caso del Pro dos de ellas y en disposición vertical. La firma de Leica también va aquí, recordando el acuerdo que mantienen ambas casas y que en este terminal se ha materializado en el primer sistema de Leica con zoom en un smartphone: Vario-summilux-h 1:1.6-2.4/27-80 ASPH (es la cámara que queda separada del módulo que sobresale).
Pasando a la parte frontal, la marca ha apostado por no discriminar y que haya hegemonía tanto de la muesca como del aprovechamiento del frontal. A falta de tener una cifra oficial, viendo otros frontales aparentemente similares en cuanto a proporción no sería de extrañar que tanto el Pro como el resto ronden el 85%, hablando de una pantalla de 6,1 pulgadas OLED con resolución 2.240 x 1.080 y ratio 18,7:9.
Más allá de lo estético, el móvil resulta cómodo en mano con los bordes en semicírculo y siendo bastante compacto teniendo en cuenta el panel que integra. No resulta pesado y en cuanto a sensibilidad táctil y respuesta de la pantalla todo correcto, así como el ajuste de brillo automático en los pocos cambios que hemos podido hacer (buscándole en esto las cosquillas).
Las sensaciones son buenas en cuanto a la calidad de los materiales, teniendo una construcción de metal y cristal con acabado en brillo. La pega inherente a esto es la que vemos en todos aquellos que se suman a esta combinación de moda: las huellas dactilares. Dependerá del color (azul, negro o twillight, que es un degradado de morado y azul) el que se puedan notar más o menos.
Bienvenida, estabilización “mágica”
Sin duda alguna la característica estrella del terminal es esa triple cámara. Recordando lo que ya hemos dicho en el artículo de su presentación, lo que integra el Huawei P20 Pro es un sensor RGM de 40 megapíxeles Light fusion (f/1.8), uno de 20 megapíxeles monocromo (f/1.6) y el teleobjetivo de 8 megapíxeles (f/2.4).
De este modo la marca mantiene la apuesta de doble cámara “tradicional” en su ADN, con esa combinación de un sensor a color (ahora con una dosis de megapíxeles digna de aquel Nokia 1020) y otro monocromo, haciendo un tándem con la que hemos visto en otras marcas de aunar el sensor estándar con un teleobjetivo.
Los fines: mantener un blanco y negro que les identifica sin dejar de innovar (a nivel propio) y mejorar en fotografía, en este caso con un zoom que pudimos probar en la demo en la medida de lo posible, aunque lo que nos logró cautivar fue otra de las funciones de estreno: la estabilización con inteligencia artificial o AIS.
Poniéndonos en contexto al respecto de los esfuerzos y decisiones de la marca en este sentido, la inclusión de la AI la vimos en los Huawei Mate 10 y ese Kirin 970 que también venoms en los P20 “mayores”. Funciones relacionadas con la identificación de escenas y una mejora del rendimiento de la cámara y/o la adecuación a los gustos del usuario que nosotros en el análisis no llegamos a percibir (como mejoras que pudiesen achacarse a esta característica sin duda alguna), pero que en este terminal sí parecen tener una aplicación más clara y más útil.
La establización asistida por AI permite que hagamos disparos con larga exposición (hasta 8 segundos) a mano alzada, sin recurrir a un trípode, obteniendo una imagen aparentemente nítida (nos faltó poder estudiarla bien, pero esperamos tener la oportunidad de hacerlo en un análisis más completo y extenso). Las primeras sensaciones con esto fueron muy buenas, pudiéndolo probar en una zona habilitada para dicho test (una habitación oscura con un escenario emulando una ciudad poco iluminada).
Tenemos muchas ganas de poder probar esto a fondo, porque representa un gran avance con respecto al Modo noche que hasta ahora tenían (que también permitía realizar disparos con larga exposición de manera asistida pudiendo ajustar algún parámetro), y sobre todo una ventaja con respecto a la competencia si efectivamente el disparo acaba cumpliendo expectativas. De momento nos quedamos con que es bastante chocante ver que la foto obtenida tras sostener el móvil con la mano (y un pulso que no es precisamente de microcirujano) no estaba movida, no al menos de manera perceptible al ampliarla.
Buenas sensaciones también con el zoom, el cual como hemos comentado también tenía su demo habilitada con tal de que se comprobase cómo salían las instantáneas de un letrero situado a unos metros del punto de fotografía.
La app de cámara, por cierto, es algo distinta a lo que hemos visto anteriormente y presenta una renovación en la disposición de los modos. Más al estilo de iOS o Samsung Experience, ahora éstos forman parte de la interfaz principal navegándose por swipes a izquierda o derecha, teniendo una pestaña los modos de apertura y retrato (que antes tenían un acceso rápido que, como dijimos en una comparativa reciente, no eran nada cómodos) y habiendo otra para los que antes aparecían al deslizar a un lado en perpendicular a la barra del botón de disparo.
Sigue habiendo mucho modo, el HDR sigue estando escondido y no parece que haya habido mucho cambio en el desempeño de los modos retrato y apertura, si bien era un ambiente (y un rato) un poco limitado para acabarlos de exprimir. Por ello para sacar conclusiones de más peso esperaremos al análisis, por ver sobre todo si la inclusión del teleobjetivo tiene que ver en el desenfoque como ocurre con los iPhones.
Una vieja conocida algo modernizada: EMUI
El funcionamiento de EMUI sobre el Kirin 970 y los 6 GB de RAM no mostró ningún problema de ejecución o desempeño. Las tareas exigentes como la cámara o la reproducción multimedia se ejecutaban correctamente, sin que hubiese cierres o algunos síntomas más o menos de esperar en los software de prueba. Tampoco calentamiento, aunque para esto habrá que ver qué ocurre tras horas de uso.
Pocos cambios en apariencia por parte de EMUI que viste Android como siempre en los terminales Huawei. Más allá de la app de cámara la disposición de las apps y las opciones seguía las líneas de diseño y estructura anteriores, con la dosis de apps de terceros y propias que incluye la capa.
Lo que tenía buena pinta era el audio, al menos en cuanto a potencia, dado que en el ruidoso ambiente de la zona de pruebas el sonido lograba destacar ya sin llegar al volumen máximo. Imposible apreciar bien la calidad, pero no se apreciaba una distorsión llamativa ni carraspeos ni otros problemas que en ocasiones se dan al forzar la salida a volúmenes muy altos. Y ojo, viene sin jack.
Tres cámaras, dos mellizos más diferenciados y una promesa fotográfica
Nos queda buen sabor de boca tras probar lo nuevo de Huawei, tanto para la alta como para la gama media. Sí percibimos que se ha puesto más carne en el asador para el Pro, dando más peso a ese apellido y haciendo que el P20 “a secas” sufra del síndrome del hermano mediano, siendo la apuesta estándar que carece de los reclamos estrella de los otros dos.
El Huawei P20 Pro viene a dar un golpe en la mesa en fotografía, el aspecto donde se están centrando todos los buques insignia tengan las cámaras que tengan, pero habrá que ver si las promesas son hechos cuando todo esto pase por la mesa de análisis de Xataka. Ganas no nos faltan, sobre todo de probar esa estabilización tan aparentemente “mágica”.
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