Con el Galaxy S6 aparecieron dos variantes en el mercado, una con pantalla curva, y otra más convencional. Esa jugada parecía arriesgada en el momento - marear con muchas versiones - pero a Samsung poco a poco le va saliendo bien, como dicen las cuentas, y también como se puede ver en los nuevos dispositivos que ha ido lanzando desde entonces.
Si echamos un ojo a los números que nos daba la empresa coreana en la presentación del Note 7, podíamos interpretar que la curva empezaba a ser necesaria: el 60% de los Galaxy S6 que se vendieron correspondían con el modelo “normal”, mientras que el 40% eran “Edge”. Esos datos se deberían repetir o mejorar en el S7, un hecho que parecía complicado teniendo en cuenta que la curva había que pagarla bastante más cara.
Otro punto que hay que poner sobre la mesa son las prioridades de Samsung. Los coreanos no se han cortado en afirmar que primero querían mejorar estéticamente sus terminales, por encima de la funcionalidad que puede aportar una pantalla curva. Creo que esto lo han conseguido, y podemos confirmarlo con el diseño del Note 7. ¿Se apostará todo por el nuevo diseño?
El siguiente paso lo veremos en los Galaxy S, donde la curva no será tanto una opción como una señal de identidad. Es una forma de presentar diferenciación gracias a su tecnología, algo que muchos competidores no podrán replicar con facilidad, a pesar de que en este mercado todo se termina copiando.
“Samsung está considerando que la pantalla curva tiene que ser un signo de identidad en los Galaxy S” Dong-jin Koh, jefe de la división móvil
El tercer aspecto importante a cumplir es el de la producción. De poco sirve que tengas un punto especial si no lo puedes ofrecer a gran escala, o al menos a la que se necesita en un teléfono de estas características. Parece que esto está más controlado en la fábricas Samsung, y van a poder priorizar en los modelos curvos, por lo que cabe la posibilidad de que un próximo Galaxy no tenga una versión plana.
Note 7 es la piedra de toque
Claramente será el Galaxy Note 7 el que ayude a tomar la decisión, ya que es el primero que no se apellida Edge y ofrece la curva por defecto. Con el nuevo Note pasaron a tomar todas las ideas de diseño desarrolladas en los Edge, y si el gran público asume como positivos los cambios, van a ser “conservadores” y llevarlos hasta un Galaxy S8 el año que viene.
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