El diario Financial Times publicaba hace unos días que esta semana podríamos tener noticias del proceso que la Comisión Europea abrió contra Google por "acuerdos anticompetitivos" en el ecosistema Android hace ahora algo más de un año. Tras esta fase de investigación, la Comisión tendrá que valorar toda información recopilada para decidir si se sigue adelante y se acusa a Google formalmente, como ya le ocurrió al gigante buscador con Google Shopping.
Aunque todavía no tenemos una conclusión oficial de dicha investigación, Margrethe Vestager (Comisaria de Competencia) ha vuelto a insistir en que están "vigilando de cerca todos los acuerdos de Google con los fabricantes de teléfonos móviles y los operadores que utilizan el sistema operativo Android". Con, según parece, el fin de la investigación tan cerca, estas declaraciones son bastante significativas.
En la misma conferencia en la que Vestager hacía referencia a los acuerdos, la Comisaria explicaba de nuevo por qué la Comisión tiene a Android en su punto de mira: "Nuestra preocupación es que, al exigir que los fabricantes de teléfonos y los operadores preinstalen un conjunto de aplicaciones de Google en lugar de dejarles decidir por sí mismos qué aplicaciones preinstalar, Google podría impedir una de las principales formas que tienen las nuevas apps de conseguir clientes".
Qué está investigando la UE y qué dice Google
Cuando se iniciaba la investigación de Android en abril del año pasado, ya explicábamos todos los puntos que la Comisión iba a investigar: si Google obliga a "preinstalar exclusivamente las propias aplicaciones y servicios de Google" perjudicando a la competencia, si también está impidiendo que los fabricantes usen "versiones modificadas y potencialmente competencia de Android" y si les está obligando a instalar "packs" con varias apps a la vez (como por ejemplo, si quieres Gmail tienes que instalar XXX e YYY).
Google, también hace un año, se defendía asegurando que se puede usar Android sin Google, que sus acuerdos de distribución "no son exclusivos" y que los fabricantes de dispositivos muchas veces preinstalan también apps de la competencia. Con los rumores de que la decisión estaba próxima, la compañía tecnológica también se ha referido recientemente a la estricta regulación europea, asegurando que ésta puede impedir el proceso y que en algunos lugares de la Unión "la primera inclinación es proteger al pasado del futuro".
¿Y ahora qué va a pasar a Google?
De momento, nada, porque primero tiene que confirmarse si la Comisión Europea va a presentar cargos formales contra ellos. Una vez se presenten, Google podrá presentar alegaciones e incluso en esta fase podría llegar a algún acuerdo con el regulador comunitario para que el proceso no siguiese adelante (como aquel al que llegaron hace tiempo por las búsquedas, aunque al final se canceló). De no llegar a un punto común y de continuar el asunto, Google podría enfrentarse a multas millonarias.
Además, Android no es el único frente de batalla que Google está teniendo con la Comisión Europea. Tras cinco años de investigación, en 2015 la Comisión presentó cargos formales contra Google por monopolio en sus resultados de búsqueda con Google Shopping. De resultar la compañía culpable, las multas podrían ascender al 10% de sus ingresos globales. A esto habría que sumar otras investigaciones en proceso pendientes, como lo son la del abuso de poder dominante en los anuncios y el supuesto trato de favor hacia sus propios servicios en los mapas y las búsquedas de contenido local.
En Xataka | Lo que está investigando la UE sobre Android y lo que Google les ha respondido
Imagen | Scott Akerman
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