El año pasado LG decidió desmarcarse con un smartphone diferente introduciendo una pantalla curva y flexible. Innovador fue, pero como vimos en nuestro análisis el producto final no estaba a la altura de un tope de gama en cuanto a hardware, sin olvidarnos del siempre cuestionado formato y los beneficios, si los hay, de poner una pantalla con esta forma.
Los coreanos siguen creyendo en este formato y en el CES hemos visto una segunda generación del G Flex. Mejor pantalla, especificaciones punteras y cogiendo como base el LG G3 en el diseño. Tras la presentación, hemos podido probarlo y estas son nuestras primeras impresiones.
Vuelta a la curva con un formato más pulido
Lo primero que sorprende cuando cogemos el G Flex 2 en mano es su ligereza. La sensación que transmite es la de ser un producto mejor acabado que el primer G Flex. Cómodo en mano, con unas proporciones bastante correctas, las 5,5 pulgadas son un tamaño ideal para usar con una mano, aunque eventualmente nos tocará usar dos para ciertos momentos.
La calidad del panel, al menos en esta primera impresión, da un salto importante y no solo en resolución. No se aprecian las líneas que se veían en el G Flex original aunque parece que el gamma de la pantalla es algo cálido. Tiene un buen contraste y de momento resulta difícil hablar de brillos en el cristal ya que la iluminación de la sala no permitía verlo bien.
La función para ver notificaciones sin encender toda la pantalla es útil. Recuerda a lo que hace BlackBerry 10 pero en dirección contraria. En el terminal que había de demo solo se podía apreciar la hora pero LG ha prometido que podremos ver más información como las notificaciones. Buen uso del OLED.
En el procesador Snapdragon 810 no aporta ninguna mejora sustancial en cuanto al uso cotidiano. Fluido, no se aprecian tirones, queda por ver en el análisis si es capaz de ofrecer algo más que puntos en los benchmark. Los 3GB de RAM que ofrece en una de las configuraciones, el resto llevarán dos, tendrá que ser suficiente para gestionar la multitarea.
La cámara de 13 megapíxeles viene con muchas características del LG G3 aunque esta vez el estabilizador OIS promete más calidad. A simple vista las fotos que hemos hecho con él son bastante buenas pero no despuntan en ningún apartado. De nuevo, más dudas que resolver en el análisis.
Las primeras sensaciones con el G Flex 2 han sido bastante positivas. LG ha presentado una propuesta más sólida que la del año pasado y logra poner una innovación en un formato más pulido no solo por fuera sino también en la pantalla. Un salto importante pero que todavía tiene algunas carencias.
Veremos en nuestro futuro análisis si la curva es capaz de aportar algo diferencial más allá del factor forma. De momento, nos quedamos con un terminal mejorado pero con las mismas dudas respecto a la generación anterior.
En Xataka | LG G Flex 2.
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