Hubo un tiempo en el que los paneles QHD sin curvas eran protagonistas en la gama alta. Samsung los introdujo con su Galaxy Note 4 en el año 2014 (ya ha llovido desde entonces), LG con su G3 en 2013 e incluso fabricantes como Google lo llegaban a introducir en móviles como el Pixel XL. La alegría duró poco.
Con la llegada del Samsung Galaxy S6 Edge llegaron las (malditas) curvas, un añadido estético no demasiado funcional que poco a poco ha copado la práctica totalidad de propuestas en gama alta. Si quieres un flagship, tendrá que tener pantalla curva. Por suerte lanzamientos recientes, como el del Xiaomi Redmi K50 Pro muestran que hay luz al final del túnel.
¿El principio del fin en la era de las curvas?
OPPO Find X5 Pro, Samsung Galaxy S22 Ultra, Google Pixel 6 Pro, Xiaomi 12 Pro. Es (casi) imposible hacerse con un gama alta con pantalla sin curvas, más aún si queremos que tenga resolución QHD+ (un 1440p denominado comercialmente por los fabricantes como 2K, aunque no sea realmente 2K).
La industria lleva, desde los últimos años, llevando a los consumidores a pasar por los paneles curvos si quieren disfrutar de la máxima resolución y calidad de pantalla. Las pantallas sin curvas quedan en el segundo plano y, a nivel de tecnologías implementadas, van pasos por detrás si hablamos de luminosidad, eficiencia y calidad final.
Hasta este último mes. Con el lanzamiento del Realme GT 2 Pro se sentó un gran precedente: la primera pantalla AMOLED QHD+ de tipo LTPO sin curvas, algo de lo que incluso llegaban a presumir.
Sí. Resulta que es posible tener un panel QHD+, AMOLED, con alta tasa de refresco y plano. El mismo camino ha seguido Xiaomi en sus Redmi K50 y K50 Pro, que apuestan por paneles QHD+, AMOLED y sin curva alguna (eso sí, con una tecnología del año pasado y menos brillo que el panel visto, por ejemplo, en el Xiaomi 12 Pro).
Aunque a pequeña escala, se trata del regreso de los paneles planos a la gama alta, con esa resolución '2K' que tanto echábamos de menos. Samsung acabó con el QHD+ en los Samsung Galaxy S21 y S21+ (pese a que llevaban desde el S6 con '2K'), Xiaomi ha lanzado el Xiaomi 12 con Full HD+, mientras que el Mi 11 tenía QHD+, Google también apuesta por el Full HD+ en su Pixel 6, pese a que el Pixel 2 XL de 2017, con un panel más pequeño, ya tenía QHD.
¿La buena noticia? Los Realme y Xiaomi anteriormente citados son un indicativo de que la industria está fabricando paneles AMOLED planos y con esta resolución. No están pensados para la gama más alta, pero sí para terminales lo suficientemente competitivos como para satisfacer al grueso de consumidores medios.
El mito del consumo energético con el QHD
A día de hoy persiste el mito de que "los móviles 2K gastan mucha batería". En sus inicios, los paneles LCD de alta resolución eran menos eficientes a nivel energético. Esto se debía, principalmente, a que a mayor resolución tiene el panel, mayor densidad encontramos en la matriz de píxeles. Los paneles LCD necesitaban retroiluminar al completo la matriz y, al ser más densa, la retroiluminación de la pantalla requería más energía. En otras palabras, producir 500 nits en un panel 720p requería menos energía que hacerlo en un panel 1440p.
Del mismo modo, hace 5 o 6 años los procesadores estaban muy lejos a nivel de potencia (sobre todo en la principal implicada en mover resolución, la GPU) respecto a lo que tenemos ahora. Por lo que era más fácil que el móvil sufriera moviendo mayor resolución.
Con la democratización del OLED, donde los píxeles son los encargados de iluminar, las pruebas indican que no hay diferencias significativas en consumo entre FHD+ y QHD+. Puede haber variaciones puntuales según el tipo de uso que le estemos dando al teléfono, pero el QHD no es un enemigo de nuestra batería.
Llevo años queriendo pantallas 2K planas en móviles, el camino empieza a abrirse, y todo apunta a que este 2022 veremos terminales cada vez más cerca de la primera línea en hardware, con su correspondiente panel sin curvas de alta resolución.
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