Innovar a la hora de fabricar un teléfono no es fácil. Queremos ideas nuevas al clásico terminal de formato panorámico, salir de esas líneas resulta difícil y aunque cambiemos materiales o dimensiones en la fórmula al final todos se acaban rindiendo a unos cánones idénticos. Sin embargo, de vez en cuando nos encontramos con intentos por salirse de las convenciones y lanzar algo diferente.
2014 en ese sentido ha sido fructífero y aunque decir que han sacado cuatro móviles diferentes puede parecer poco cabe destacar que el proceso, y los costes que hay detrás, no son precisamente asequibles. Los hemos ido conociendo a lo largo del año pero además los hemos puesto en la mesa para compararlos uno a uno y descubrir cuál ha sido el mejor en esta singular categoría.
De pantallas diferentes va la historia
Este año los móviles más extraños, de los principales fabricantes, han buscado explorar ideas nuevas cogiendo a la pantalla como protagonista. LG lo intentó a principios de año con el G Flex, una pantalla curva y flexible que a pesar de que venía con buenas intenciones no terminó de convencernos en nuestro análisis.
Pantalla que presentaba algún que otro problema importante en el panel y un factor forma que no terminaba de estar del todo justificado. ¿Más inmersión para ver vídeos? Discutible. ¿Se adapta a la forma de la cara cuando lo cogemos para hacer una llamada? Depende de la forma de la cara. La sensación que nos dejó fue la de un terminal que tenía mucho que pulir y parece que la siguiente generación, lo probamos en el CES, apunta a ser un terminal mucho más atractivo.
Meses más tarde nos llegó BlackBerry con una idea singular: Passport. Pantalla cuadrada de 4,5 pulgadas y un teclado físico marca de la casa. Su razón de ser la encontramos en la productividad y el mundo profesional: una pantalla pensada para tener más caracteres por línea y por consiguiente leer más texto. Una propuesta diferente y sin perder de vista los principios del fabricante canadiense.
Como terminal la apuesta no les ha terminado de salir del todo mal. Es un móvil interesante con una buena pantalla y una autonomía por encima de la media. El problema lo encontramos en las carencias del ecosistema de aplicaciones de BlackBerry, muy dependiente de Android a pesar de tener uno de los sistemas más atractivos a día de hoy. Una propuesta muy sólida pero con tantas buenas ideas como carencias.
En tercer lugar tenemos a Samsung con su Note Edge. Finalmente no se atrevieron a ir muy lejos con el Galaxy Round y decidieron dejar la curva en un lateral de la pantalla. Su función era servir de centro de notificaciones y un acceso directo a diferentes servicios en esa pequeña barra vertical.
La base era buena, estamos hablando de un Samsung Galaxy Note 4, y aunque su rendimiento era excelente la curva de la pantalla no aportaba nada de valor. Su función muchas veces era redundante respecto al centro de notificaciones de Android y las aplicaciones exclusivas para esa porción de la pantalla no resultaban diferenciales. Un buen intento donde además el precio tampoco ayudó.
Por último tenemos Yotaphone 2. Un teléfono que analizamos hace poco y que detrás de su apariencia de “smartphone del montón” esconde una pantalla trasera de tinta electrónica que nos permitía usar Android tal cual o tenerla como segunda ventana para guardar fragmentos de información o ver cierto contenido.
Una idea muy buena y original a pesar de no tener la mejor tecnología de tinta electrónica del mercado. Ser un fabricante pequeño le penalizó un poco pero a pesar de su precio presentó un terminal muy interesante que veremos si acaba teniendo recorrido a lo largo del tiempo.
Cuatro ideas, ningún ganador claro
De los cuatro móviles que hemos puesto sobre la mesa resulta difícil elegir un ganador claro. Todos tienen fortalezas pero algún que otro defecto que les hace difícil despuntar sobre el resto. Llegados a este punto ¿con cuál de los cuatro os quedáis?
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