Con el lanzamiento del nuevo Nokia 3310 muchos reavivamos los recuerdos del primigenio, de aquel móvil (no smart) que quedó en nuestro recuerdo entre otras cosas por su construcción y resistencia. Pero, ¿está justificada la fama de ser indestructible del Nokia 3310 original? Hemos conseguido uno que funciona perfectamente y lo hemos sometido a un test de resistencia.
Hemos procurado reproducir situaciones cotidianas, es decir, accidentes que ocurren de manera habitual con los teléfonos como caídas o que el terminal se moje, dejando a un lado otros tests que solemos ver más radicales y que no suelen representar estas situaciones. ¿Qué es capaz de aguantar el mítico terminal de Nokia? Te lo mostramos en un test de cinco grados de resistencia.
A prueba de patosos
Los bolsillos, esos amigos tan traicioneros en ocasiones (sobre todo si pensamos que los tenemos pero no están). Es posible que si tenemos costumbre de guardar el móvil en ellos en alguna ocasión no lo hayamos introducido bien y el móvil haya caído por accidente, por eso en el test hemos intentado emular esta situación (primero probando desde una altura corta, estando sentados).
Lo único que le ocurrió al Nokia 3310 en ese caso era el hecho de que se desmontasen las carcasas por el impacto. El funcionamiento no se vio afectado en este caso ni tampoco probando con una altura mayor, de algo menos de dos metros (representando una llamada telefónica), aunque sí saltó la batería y se hizo una pequeña muesca blanca en la carcasa.
El mayor grado de caída que probamos fue una por las escaleras, con los golpes continuos que conlleva. Pero a pesar del mayor impacto el terminal siguió funcionando (eso sí, tras un reinicio) habiéndose desmontado de nuevo carcasas y batería.
Una característica "sorpresa"
Un móvil que acaba por los suelos no está aún a salvo del ser humano, y por eso decidimos comprobar qué ocurre si un sujeto (que no es precisamente pequeño) pisa el teléfono. La prueba inequívoca del test quedó plasmada en el frontal del 3310 con la huella, pero más allá del desmontaje de la carcasa (y del crac) no hay daños, ni siquiera en la pantalla, y el teléfono sigue funcionando.
Pero más allá de pruebas de impacto, el bonus de nuestro test es un buen bautizo mientras fregamos platos, nada de salpicaduras. Hablamos de un terminal con más de 15 años de antigüedad en cuyas especificaciones no figura ninguna clasificación IP de resistencia al agua (como es ahora algo más habitual), por lo que cabía esperar lo peor.
Pero no, tras recibir el chorro de agua el Nokia 3310 funciona como si nada dando otra lección de resistencia, por lo que pese a las aperturas para el auricular y las hendiduras de las teclas el terminal parece bastante bien sellado y no necesitó un secado previo para seguir activo e incluso recibiendo llamadas.
Por eso, a falta de otras pruebas menos realistas y más duras (os dejamos una escena en los créditos en relación a esto), desde Xataka le damos el visto bueno a su condición de indestructible en cuanto a las situaciones cotidianas (obviamente no lo es de manera absoluta). Y sobre todo nos quedamos con ganas de saber si el nuevo Nokia 3310 aguanta tan bien tras estos desafortunados incidentes.
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