Durante la última década, y con la proliferación de los smartphones que fueron adaptando la pantalla multitáctil como único método de introducción de información, dejando así al teclado físico fuera de la ecuación, los fabricantes han ido evolucionando en su particular carrera por ver quién era capaz de ofrecer un smartphone con los marcos más reducidos posibles. La pantalla ha ido aumentando más aún su protagonismo.
Esta carrera se ha acentuado en 2017. La llegada del LG G6 en febrero subió el listón de lo que entendemos como "teléfono sin marcos". Antes, Sharp o Xiaomi presentaron apuestas en esta línea, pero LG tiene el mérito de ser el primer fabricante global con un teléfono masivo diseñado con esta premisa. Luego llegó Samsung con los S8, la apuesta de LG fue más allá y hasta Apple, que llevaba diez años limitada en este sentido por el espacio necesario para su icónico botón home, acabó librándose de él para encaramarse a lo alto de este ranking tras años en la cola. Entre medias, se coló Essential, la nueva compañía de Andy Rubin.
Samsung, Apple, LG... y Essential
A fecha de hoy, entre los smartphones con un mayor porcentaje de pantalla frontal se encuentran modelos de Samsung, Apple, Xiaomi, LG y Sharp. Algunos grandes como Sony, HTC, Motorola o Huawei se quedan un paso por detrás, al menos de momento. También OnePlus o los Pixel de Google, casi tan por detrás en la lista como cualquier iPhone que no sea el X. Así queda este ranking realizado con una selección de 28 smartphones presentados en los últimos tiempos y los datos de GSMArena. De los cinco terminales con mayor porcentaje de pantalla en el marco frontal, tres son de Samsung. Los otros dos, de Apple (tercero) y de Essential (el primero). Revelador.
En esta batalla, como en la vida, cada uno escoge quién quiere ser. El diseño industrial es renunciar algunos elementos y asumir otros. Xiaomi y Sharp son los únicos fabricantes de este listado que prefieren recortar marcos superiores a costa de llevar la cámara frontal al marco inferior. Una solución ingeniosa para algunos y mediocre para muchos otros por una simple razón: el ángulo desde el que quedan las selfies y las videollamadas es extraño, salimos menos favorecido y en definitiva aumenta el tamaño de la papada. Manejarse con estos terminales cuando usamos la cámara frontal no es natural ni sencillo.
Si miramos las siluetas de Samsung y LG veremos muchas similitudes. Si con el paso de la era Nokia y BlackBerry a la era iOS y Android se homogeneizó el diseño de los teléfonos, que pasaron a ser rectángulos con un gran panel táctil, con estas pantallas que ocupan casi todo el frontal más de lo mismo. Los diseños más reconocibles, para bien o para mal, son los de Apple y Essential, que se desmarcan del resto dejando muescas para la cámara frontal. Es algo que puede jugar a su favor en la medida en que hace más identificables sus teléfonos para cualquiera que nos vea con él, pero que también le resta simetría. Decisiones.
Con el podio resultante, hay otro factor a tener en cuenta: el caso de Essential merece un aplauso, pero también que arqueemos las cejas: no es lo mismo fabrican con la escala que está demostrando la compañía de Rubin que con la escala de Samsung o Apple. Ser capaz de fabricar un smartphone tan llamativo está muy bien, pero tiene mucho más mérito cuando se pone al alcance de millones de personas en decenas de países. Fabricar unas pocas unidades para uno o dos mercados solo sirve si es suficiente para garantizar una evolución tanto en calidad como en distribución.
Y otro matiz: hay otros smartphones que posiblemente hubiesen merecido entrar en el ranking, como el Elephone S8 o el BluBoo S1, pero por no haber salido de China no disponemos de los suficientes datos verificados como para ello.
Cuestión de componentes
Que hayan coincidido en el tiempo varios fabricantes con productos como este no es casual ni fruto de carreras en paralelo. Lo que la tecnología es capaz de ofrecer en cada momento marca el momento en el que los fabricantes están listos para equipar ciertas novedades. ¿Recuerdan cuáles fueron los primeros smartphones con lector dactilar? El primero fue el Toshiba G500, de 2007. Luego llegó otro de Motorola en 2011. Y después, el iPhone 5s, en 2013. Tras él, muy poco después (lo suficientemente poco como para pensar que podía ser una mera copia a Apple) llegó el HTC One Max. Y con el paso del tiempo se fueron implantando los lectores dactilares en los smartphones, incluso en la gama baja.
Esto no se debe a que Apple fuese el único fabricante capaz de contagiar los ánimos al resto, sino a que fue en ese momento cuando se tuvo la disponibilidad de lectores dactilares lo suficientemente seguros, pequeños, eficaces y baratos como para poder equiparlos en teléfonos móviles. Con los paneles ha ocurrido algo similar: si en 2016-2017 hemos empezado a ver smartphones con pantallas de bordes redondeados y que no requieren apenas marcos es porque los fabricantes de paneles lo han hecho posible. Y de ello se puede beneficiar, con cinco comillas dobles, "cualquiera".
En 2017 hemos llegado a ese rango de entre el 80% y el 85% en los smartphones más destacados en este aspecto. ¿Hasta dónde llegaremos en 2018? Los principales retos para seguir subiendo el listón, una vez está más que superada la forma de solventar vía software la ausencia de un botón home físico, en la ubicación y el tamaño de la cámara frontal y el resto de sensores, incluido el lector de iris en los Galaxy o los LG y el lector facial de Face ID en los iPhone.
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