Una de las marcas que más expectación esta creando de cara a este MWC era Nokia tras su vuelta al ring con sus smartphones propios. Tras conocer el Nokia 6 hace unos meses, los finlandeses aprovechan la feria para mostrarnos su catálogo entero y nosotros hemos aprovechado para probarlos y tener unas primeras impresiones del Nokia 5 y el Nokia 6.
En la última fase de Nokia con Microsoft vimos terminales para cuyo diseño se optó por el metal para los bordes, como el Lumia 830. Pero en esta ocasión el plástico ya sí queda sólo para el recuerdo y ambos terminales visten una unibody de aluminio en mate y sensor de huellas en el frontal. Lo que también queda en el recuerdo es el sistema operativo, dado que Nokia ahora es sinónimo de Android, llevando la última versión del sistema sin capas ni añadidos.
Diseño y construcción: la nueva Nokia no entiende de policarbonato
Los nuevos Nokia al tacto dejan sensaciones muy positivas. El aluminio tiene un pulido que evita que se resbale con bordes redondeados en el caso del Nokia 5 y ángulos en el caso del Nokia 6. Quizás eso le da un toque ligeramente más sofisticado al 6, también porque la banda en el caso del 5 destaca bastante (y no para bien), pero a favor de los dos hay que decir que resultan cómodos en cuanto al agarre, sobre todo el 5 (aunque los ángulos del 6 no molestan para nada).
Buen trabajo en cuanto a lo contenidos que son, si bien el aprovechamiento del frontal podría haberse mejorado un poco (aunque estéticamente tampoco perjudica), con un 68,7% para el 5 y un 70,7% para el 6. En conjunto el fabricante ha hecho un buen trabajo en cuanto a materiales, diseño y acabados de los terminales, con el lector de huellas en el frontal (sin clic) bien integrado y con cámaras al estilo del Lumia 800, con un saliente central para lente y flash.
No tendremos el mítico plástico Nokia, ni en éstos ni en el comentadísimo nuevo 3310 (que aunque sí es de plástico no se acerca ni mucho menos a aquel del 1020 o del propio 3310 original), pero en cuanto a agarre, sensación al tacto y calidad dan muy buenas sensaciones. Y curiosamente el Nokia 6 parece más ligero siendo algo más grande (169 gramos, no tenemos el dato de peso del Nokia 5).
Pantalla: los píxeles justos y ni uno más
Amantes de las K, de las Q y de los miles de píxeles: Nokia ha dejado a un lado la carrera de las resoluciones para quedarse con resolución HD para el 5 y FullHD para el 6, probablemente para ahorrar algo más en costes y en consumo. Quizás bajar a HD es demasiado hoy en día y hubiese sido buena opción que en vez de quedarse ahí como el 3 ya tuviese un grado más como el 6, aunque es un aspecto bastante subjetivo a nivel de apreciación y satisfacción.
Más allá de esto, en cuanto a temperatura, colores, respuesta táctil y brillo en ambos casos cumplen bien al menos en interiores (faltaría hacer la prueba de fuego, bajo en sol). Paneles IPS de 5,2 y 5,5 pulgadas con un frontal que recuerda ligeramente a los iPhone aunque con menores marcos laterales.
Si se vuelve, que se vuelva bien: Pure Android for the win
Muchos nos preguntamos cómo estaría ahora el mercado si Nokia se hubiese sumado a la era smartphone en su momento y si ya lo hubiese hecho con Android directamente. Eso no lo podremos saber nunca, pero lo que sí tenemos esta vez es un Android puro sin capas de personalización ni forks como aquellos Nokia X que vimos hace dos MWC y que pasaron muy pronto a la sombra del olvido.
Llevar un software de esta manera, que de momento sólo era algo propio de los Nexus/Pixel o los Motorola, representa dos ventajas de buenas a primeras: más fluidez y optar a ser la elección de aquellos usuarios que huimos de las personalizaciones por parte de los fabricantes. Veremos si las versiones finales llevan muchas apps preinstaladas o propias, en éstos no había apenas (eso sí, la de cámara es una app propia de Nokia y no es la de Android stock).
Aquí no jugamos en igualdad de condiciones pero casi. Ambos integran un Snapdragon 430, pero mientras el Nokia 5 tiene 2 GB de RAM el Nokia 6 parte de un mínimo de 3 GB con opción a 4 GB (con 32 y 64 GB de espacio respectivamente). Los tres nuevos Nokia vienen con Android Nougat 7.1.1, la última versión disponible públicamente y lo mueven bastante bien, aunque poniéndonos algo detallistas se nota algo más fluido el Nokia 6 en algunos aspectos como la multitarea, el paso de una app a otra o la cámara.
Hemos podido probar también algunos juegos más o menos exigentes a nivel de carga y gráficos. Los inician y ejecutan bastante bien, aunque sí se nota un ligero lag en los más exigentes a nivel gráfico (es muy poco y tampoco resulta molesto si no somos muy, muy detallistas). El Nokia 5 es algo más cómodo para jugar por tamaño y bordes.
A falta de probarlos varios días (y con distintas conexiones y usos), la sensación es bastante positiva en ambos teléfonos sobre todo por lo que comentábamos de la ausencia de capa de personalización. Al menos poniéndolos a prueba con un número considerable de tareas incluyendo multimedia y juegos los móviles cumplían sin renquear, y en cuanto a calentamiento nada fuera de lo habitual (el Nokia 6 se calienta ligeramente más que el 5, pero nada molesto y sólo durante la ejecución de un juego exigente a nivel gráfico).
El mito tampoco llega a las lentes: adiós Zeiss, hola mediocridad
La antigua Nokia era reina en móviles a varios niveles y uno de ellos eran las cámaras, con esa alianza con Carl Zeiss para las lentes y ya destacando en ello en aquel momento (dentro del nivel de calidad que era posible con la tecnología del momento). En la era de los smartphones este aspecto se democratizó en la heterogeneidad de gamas de los Lumia destacando sólo algunos terminales como el bestial 1020 y diferenciándose por un modo manual bastante completo y la interfaz de semicírculos que se convirtió en seña de identidad.
¿Cómo es el presente en las cámaras de Nokia? De momento la excelencia se ha dejado a un lado, sin destacar esta característica en ninguno de los terminales de momento presentados. Los sensores de las cámaras traseras de los Nokia 5 y 6 son de 13 y 16 megapíxeles (con píxeles de 1,12 µm y 1 µm) y las frontales de 8 megapíxeles ambas, pero vamos más allá de los números.
Los terminales que hemos probado aún llevaban una versión de software prematura y según nos han indicado a la app de cámara aún le faltaban algunas revisiones, por lo que puede que posteriormente (ya en el análisis de las versiones definitivas) se obtengan mejores resultados, pero de momento nos encontramos con cámaras algo mediocres en interiores. De hecho, pese a la diferenciación a nivel de hardware los resultados son bastante parecidos entre ellos.
La interfaz es bastante sencilla e intuitiva, con un nivel que aparece automáticamente al centro y con los comandos justos para cambiar de cámara, el temporizador, el flash y el modo HDR, así como cambiar a vídeo o a modo panorama o beauty.
En el Nokia 5 la app tarda un poco más en cargar que en el Nokia 6, aunque tras la apertura el desempeño es parecido en cuanto a velocidad de disparo y sensibilidad al tap cuando enfocamos o cambiamos la fuente de luz. Si no optamos por el HDR manual, el disparo apenas tiene retraso (con el modo HDR siempre se requiere algo más de paciencia en general). Quizás lo que más se echa en falta es algo más de detalle, sobre todo en zonas con menos luz o al disparar con la frontal, así como un modo manual al menos en el 6.
A falta de observarlas en el ordenador, en apariencia las fotografías podrían tener colores más vivos, aunque el Nokia 5 saturaba un poco más que el Nokia 6 y no le sentaba precisamente mejor. Algo de sobreexposición (en parte probablemente por la iluminación) y en macros se defienden bien con luz abundante.
La cámara frontal muestra con más facilidad acuarelas, sobre todo si no marcamos HDR. Los colores también algo apagados, en general el resultado que esperaríamos de una cámara frontal de un móvil de gama baja-media. Se logran defender, y falta ver el resultado con luz natural, pero teóricamente destacan en foto nocturna y según lo probado dudamos un poco que sea precisamente así.
Sonido para todos los gustos
En este caso sí hay diferencias bastante marcadas entre los dos smartphones y el Nokia 6 logra demostrar su papel de hermano mayor con Dolby Atmos (nos han dejado unos buenos auriculares y hemos podido comprobarlo). A volúmenes altos el Nokia 5 pierde algo más de calidad que el Nokia 6, aunque como ocurre en estas experiencias no podemos valorarlo bien del todo. Sí parecen tener bastante potencia, oyéndose el audio de los juegos bastante bien entre todo el bullicio del stand.
El altavoz está colocado en los tres terminales Nokia en el borde inferior, y disponen de jack de 3,5 milímetros. En ambos casos tenemos micro USB estándar, no hay tipo-C para los Nokia de momento.
Un buen regreso y un nuevo papel en lo viejo conocido
Nokia perdió su silla sin irse a Sevilla y prácticamente sin irse siquiera, y ahora que vuelve a querer sentarse está la grada muy, muy llena y nadie está dispuesto a cederle el sitio (ni los más nuevos y menos ambiciosos). El trono individual que un día fue suyo ahora es un podium por el que se pelean titanes más jóvenes que supieron surfear por la cresta de la ola de los smartphones cuando Nokia intentaba mantenerse a flote, recurriendo a barcos amigos que al final la fagocitaron para seguir un rumbo algo dudoso y poco exitoso.
Un panorama así de complejo planteaba una vuelta elaborada y la marca ha regresado con una aparente estrategia dual, postergando parte del antiguo mito, conservando logo y recuperando el Nokia 3310, y presentándose como una alternativa de buena relación calidad-precio a quien no compra por nostalgia, sino por necesidad y conveniencia. Porque la sensación que nos queda con los nuevos Nokia es ésa; el móvil que proponemos si nos preguntan por un terminal Android algo más que básico por debajo de los 200 euros (en el caso del Nokia 3 y 5). Un Moto G de primera generación. Un Lumia 520.
A falta de probar una versión con el software definitivo a fondo, la limpieza del software, la comodidad y la estética nos han dejado muy buenas sensaciones, con una cámara que sin ser mala podría mejorar algo más para satisfacer expectativas en dos terminales de gama media. Quizás el podium está aún lejos, pero los nuevos cimientos pintan bien.
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