El día previo al comienzo del CES 2012, Nokia anunciaba el lanzamiento, de momento en exclusiva, del Nokia Lumia 900 junto a AT&T. El nuevo smartphone de la finlandesa tiene, a mi juicio, un problema de nomenclatura, y ese problema no es otro que no ser digno del nombre que lleva. Para empezar, no parece un Nokia. Si me lo hubieran entregado para su análisis con la marca tapada lo hubiera catalogado sin dudarlo como una copia china de cierta calidad.
Para continuar, tampoco se merece llevar el nombre de Lumia 900. En teoría la numeración de los Nokia implica que cuanto más elevada sea la cifra, mejor es el movil. Pues bien, este primo americano de la gama sencillamente no le llega a la altura de los talones al Nokia Lumia 800 que, dicho sea de paso, es un smartphone estupendo. En este CES nos ha faltado tiempo para acercarnos al stand de Nokia y comparar ambos modelos. Estas son sus diferencias.
Round 1: Diseño. Punto para el Lumia 800
Nokia ha adaptado la carcasa del 800 a la mayor diagonal del 900 con casi la misma estructura monobloque de policarbonato. Lamentablemente y por motivos que no nos explicamos, se ha dejado el puerto microUSB fuera de la tapa, lo que afea bastante el acabado del Lumia 800 original. El grosor es prácticamente el mismo y el peso sólo aumenta 20 gramos.
Round 2: Conexiones. Round nulo
El Lumia 900 es un terminal LTE con una velocidad de bajada teórica de 50Mbps y de 25 en subida. Decimos teórica porque cualquiera que haya utilizado los servicios móviles de Estados Unidos sabe que las operadoras de allí llaman LTE a cualquier cosa, generalmente a conexiones HSDPA+ que no alcanzan esos ratios ni poniendo una vela a San McDonalds. 3G, la mayoría de las veces significa Edge. en cualquier caso, el que tenga LTE no nos sirve para nada a día de hoy en España.
Round 2: La pantalla. Punto para el Lumia 800
La pantalla del Lumia 900 es su peor marca con diferencia. Para empezar es una 4.3 pulgadas, un tamaño que ya se empieza a disparar para mi gusto. Esto no tendría importancia si Nokia no hubiese mantenido la resolución de 800×480 píxeles, lo que, combinado con la tecnología Pentile Matrix del Amoled estándar, baja la densidad de píxeles a 217 (de los 252 originales, que tampoco eran una maravilla).
Sobre el papel, la pantalla es también una Clearblack con GorillaGlass, pero el caso es que se ve peor y el acabado es bastante chusco. La cobertura GorillaGlass no es la curvada del Lumia 800 que desvía los brillos y hace que parezca una gema incrustada en el policarbonato, sino una pantalla plana en la que incluso se aprecia el borde de goma que hace que encaje y que se lleva toda la magia del Lumia 800. Eso por no mencionar que los negros no se aprecian tan negros, por muy ClearBlack que sea.
Round 3: Potencia: Empate técnico
Procesador a 1.4gHz, 512MB de memoria, almacenamiento… todo se ha mantenido igual entre el Lumia 800 y el 900. Lo único que cambia es que el 900 tiene una cámara frontal VGA para videollamadas, y una batería de 1850mAh en vez de la 1450mAh del Lumia 800. Sea como sea, el mayor tamaño de pantalla hace que la ventaja en autonomía sea muy pequeña.
En definitiva, el Nokia Lumia 900 es una adaptación de última hora del Lumia 800 al gusto americano, o sea, grande. No hay innovaciones técnicas que merezcan la pena, ni suficientes motivos para bautizar con la cifra 900 a un smartphone que, a lo sumo, debería llamarse Nokia Lumia 800-B, con b de ‘big’. Quizá mi decepción con este terminal haya sido una cuestión de que tenía unas expectativas muy altas tras haber probado el excelente Nokia Lumia 800. Quizá sea que el refrito americano se ha hecho con prisa y sin cariño. Lo mejor del Lumia 900 es que, que se sepa, no llegará a España.
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