Siempre puedes venderlo, donarlo o regalarlo, pero aquí te dejamos una lista de posibles usos que puedes darle a tu antiguo smartphone
Llega la Navidad y con ella la época que muchas personas aprovechan para cambiar de móvil. Ya sea porque los Reyes llevan todo el año escuchándote decir que quieres renovar tu vetusto smartphone o porque has aprovechado el Black Friday para darte un capricho, lo cierto es que es posible que ahora mismo te encuentres con dos móviles sobre la mesa: uno nuevo, listo para la acción; y otro antiguo con el que no sabes qué hacer.
Para ello hacemos este artículo, para darte algunas ideas que te permitirán aprovechar tu antiguo terminal y darle una segunda vida.
Lo clásico: venderlo, regalarlo o donarlo
Empecemos por lo básico. Si antes que reusar el teléfono prefieres deshacerte de él, dinero por delante mediante o no, lo más sencillo es venderlo, regalarlo o donarlo. En cualquiera de los casos, lo primero será hacer una copia de seguridad completa y resetearlo de fábrica para que el nuevo dueño no tenga ningún tipo de acceso a tu información personal. Una limpieza "a fondo" para quitar huellas y suciedad tampoco está nunca de más.
Para venderlo, puedes usar plataformas como Wallapop, Milanuncios, foros como HTCMania, el siempre confiable boca a boca, la venta directa vía redes sociales o, si lo prefieres, acercarte a una tienda de segunda mano y venderlo de forma presencial. No obstante, antes de esto quizá te convenga revisar si la marca de tu nuevo móvil ofrece algún tipo de programa Trade-In. Quizá puedas ahorrarte algunos euros si entregas tu viejo móvil.
Convertirlo en una consola retro...
Salvo que tu anterior móvil sea extremadamente antiguo, lo más probable es que tenga potencia más que suficiente para mover juegos retro y emuladores. Eso te permitirá aprovechar tus copias de juegos antiguos y jugarlas en cualquier lado. Una buena opción puede ser comprar un mando como el Razer Kishi o un modelo económico de GameSir para convertir el móvil en lo más parecido a una Game Boy.
... o en una consola en la nube
Y aunque lo retro está muy bien, lo más nuevo también mola bastante, y aquí hablo a título personal: yo tengo un móvil antiguo dedicado sola y exclusivamente a jugar en la nube. Es como una Nintendo Switch, pero con gráficos en ultra, ray tracing y 120 fotogramas por segundo. Es, sin duda, uno de los usos que más me gustan.
Jugar en la nube está muy bien, pero también supone tener la pantalla del móvil encendida mucho rato, un consumo elevado de batería fruto del brillo y del streaming en tiempo real, etc. Eso, a la larga, puede deteriorar tu nuevo y flamante móvil, pero si hablamos del móvil antiguo esto nos importa más bien poco.
Mi recomendación personal si juegas en la nube es que desinstales y desactives todo lo innecesario, quites todas las notificaciones, dejes el teléfono en modo avión con el WiFi encendido, descargues las apps de streaming que uses y te compres un mando que se conecte al móvil por USB (para reducir la latencia). Yo tengo un Razer Kishi (89,99 euros) y un GameSir X2S (59,99 euros) y ambos me funcionan de escándalo.
Usarlo como webcam o cámara de seguridad
Si prefieres un uso menos ocioso, es probable que la cámara de tu móvil antiguo tenga mejor calidad que la webcam de tu portátil o esa que te compraste hace diez años en el Black Friday. Algunos móviles permiten hacerlo de forma nativa al conectar el móvil al PC por USB, pero dado que no es universal, la forma más sencilla de convertir tu móvil en una webcam es usando una app como Camo o DroidCam. Aquí te enseñamos a hacerlo.
Otra opción relacionada es convertir el móvil en una cámara de seguridad, ideal si nos vamos de vacaciones y queremos mantener un ojo en casa. También puede servirnos para ver el estado de la impresión de nuestra impresora 3D, por ejemplo. Hay varias aplicaciones que habilitan este uso, como IP WebCam o AtHome Camera. Tienes más información en este artículo.
Convertirlo en el GPS del coche...
Aunque Android Auto / CarPlay es algo cada vez más común en los coches, no todos tienen por qué tenerlo. Afortunadamente, nuestro móvil antiguo puede hacer de GPS y, si el coche tiene Bluetooth, hasta de centro multimedia. Con este caso de uso pasa algo parecido que con el juego en la nube: el móvil va a pasar mucho rato con la pantalla encendida y conectado al GPS, lo que puede hacer que aumente la temperatura y se quede rápido sin batería. Mejor que eso le pase a un móvil antiguo que al nuevo.
Para el caso que nos ocupa, basta con descargar Google Maps y, a su vez, descargar los mapas que necesitemos sin conexión. Para empezar, podemos descargar el mapa de nuestra ciudad o, si preferimos no andarnos con chiquitas, el de España. Así podremos obtener la ruta e instrucciones para llegar a cualquier lado sabiendo, eso sí, que no tendremos información actualizada en tiempo real, como el tráfico o posibles accidentes.
Lo recomendable sería colocar el móvil en un soporte para el coche o la moto y, si la batería le dura poco, conectarlo por cable a un USB o al puerto del encendedor. Hay adaptadores dedicados. Y un apunte: nunca, jamás de los jamases, olvidemos el móvil dentro del coche. No porque no los roben, que también, sino porque la cabina puede alcanzar temperaturas muy altas y/o muy bajas y jugarnos una mala pasada.
... o incluso en una dash cam
Otra opción es convertir el móvil en una dash cam, es decir, en una cámara dedicada a grabar todo lo que suceda delante del coche o la bici. Para ello podemos usar una app dedicada que registre información como la velocidad, aunque también podemos usar la app de cámara del móvil y grabar vídeo como haríamos normalmente. Ahora bien, es importante tener en cuenta todos los aspectos legales de estas imágenes, no manipular el móvil sobre la marcha y colocar el terminal de tal manera que impida la visión lo menos posible.
Recordemos: la seguridad siempre, siempre, siempre por delante y más al volante.
Utilizarlo como reproductor de música, pelis y series
Si tenemos un viaje largo por delante y no queremos arriesgarnos a que nuestro móvil llegue al final del trayecto sin batería, una opción es usar el antiguo como centro multimedia. Así pues, podemos usar nuestras apps de música, cine, series y anime para descargar contenido para verlo sin conexión y sin sacrificar la batería o el almacenamiento del móvil que realmente nos importa.
La realidad es que en el día a día puede no ser práctico (no lo es, de hecho) cargar con dos móviles porque uno lo usemos como MP3 y otro para todo lo demás. Sin embargo, para trayectos largos sí puede ser interesante. Salvo que tengamos una tablet, claro, en cuyo caso donde se ponga la tablet con su pantalla más grande, que se quite lo demás.
Hablando de trayectos
Ahora que hablamos de viajes y trayectos, yo, personalmente, recomiendo llevar siempre un móvil de repuesto cuando viajes. Nunca sabes qué serie de catastróficas desdichas pueden ocurrirle al móvil durante un viaje y nunca está de más tener un plan B, por si acaso. Yo me llevo siempre mi móvil, pero guardo otro en la maleta totalmente cargado. ¿Recuerdas el móvil que te decía que uso para jugar en la nube? Pues ese.
Convertirlo en el cerebro de tu casa
Nos vamos acercando al final, no sin antes comentar un par de usos adicionales. Si tenemos la casa conectada, convertir un móvil antiguo en el centro de control puede ser una buena idea. Por ejemplo, podríamos dejar ese móvil en el salón con las apps de Alexa, Google Home, las de contenido, etc., activadas para encender las luces a distancia, activar rutinas, encender el robot aspirador, enviar contenido a la tele sin tener que usar las apps nativas... Todo lo que ya puedes hacer con tu móvil, pero al alcance de todos los convivientes.
Este uso quizá tenga más sentido en una tablet, por eso del tamaño de la pantalla y la autonomía, pero si no queremos instalar un altavoz inteligente en casa, el móvil es perfectamente válido.
Sacrificarlo (probablemente) y usarlo como conejillo de indias
Y por último, un uso que puede ser interesante si tenemos algo de curiosidad, tiempo y ciertas herramientas es convertir el móvil en nuestro conejillo de indias para hacerle todo tipo de perrerías. Si siempre habías querido probar a cambiar una ROM, rootear, experimentar con software de terceros y demás, ahora es el momento perfecto. Lo cierto es que muy mal se tiene que dar para que el móvil quede irrecuperable tras una instalación defectuosa, así que si quieres jugar un poco con él deberías poder hacerlo sin muchos problemas.
Un pasito más allá sería usarlo para aprender a abrirlo y hacer cosas como cambiar la pantalla o la batería. Es más, podrías desmontarlo y poner todas las piezas en una composición decorativa como esta. Eso requerirá herramientas especializadas y sí implica un mayor riesgo porque, bueno, estás abriendo un móvil y si rompes algo lo mismo no vuelve a encender. Sin embargo, hay algo bonito en desmontar una máquina, comprender cómo funciona, arreglarla y volver a montarla.
Imagen de portada | Xataka
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