Ser capaz de controlar toda la cadena de producción de un producto, desde su diseño e i+d, hasta la producción de su hardware y software, supone poder competir mejor en precio y, sobre todo, no estar a expensas de otras compañías que en un momento dado pueden volverse tu competencia. Eso por no mencionar el quitarse de en medio muchos quebraderos de cabeza legales con las dichosas patentes.
Sabedor de la crucial importancia del ‘Yo me lo guiso, yo me lo como’ en el mundo de las nuevas tecnologías, Samsung lleva años desarrollando una estrategia que le permita no depender de nadie a la hora de fabricar sus productos.
Samsung ya fabrica sus propias pantallas y procesadores, pero aún dependía de terceros a la hora de dotar de conectividad a sus smartphones. La coreana ha dado un paso más en su largo plan de emancipación con la compra de la firma británica CSR (anteriormente conocida como Cambridge Radio) cuyas patentes en WiFi, Bluetooth y localización GPS ya estaban presentes en dispositivos de la compañía.
CSR no pasaba por su mejor momento. La compañía había perdido 16.6 millones de dólares en su disputa con su rival Zoran y había quedado maltrecha después de una demanda sobre patentes interpuesta por Nokia y RIM.
Con la compra, Samsung quiere impulsar el desarrollo de sus propios SOC (System on a Chip) o procesadores con todas sus funciones integradas con los que competir con Qualcomm, Texas Instruments o Intel.
Vía | BBC
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