Este año el Mobile World Congress promete ser de lo más interesante. Sé que suena a tópico, pero creo que este año hay razones para ser bastante entusiasta. Una de ellas es Samsung quien ha decidido volver a utilizar el escenario de Barcelona para presentar su nuevo tope de gama: el Samsung Galaxy S5.
Hemos hablado sobre lo que podemos esperar de él, Kote hizo un artículo en profundidad fenomenal pero hoy nos planteamos una pregunta ligeramente diferente. ¿Qué podemos esperar de Samsung en este Mobile World Congress? Conociendo a los coreanos, vamos a ver más cosas que un tope de gama.
Principio número uno de cualquier informático: si algo funciona, no lo toques
Todos hemos escuchado esta ley no escrita alguna vez. Si algo funciona, no lo toques. Con Samsung nos pasa algo parecido, resulta complicado pensar que van a cambiar su estrategia en este 2014. Una forma de hacer las cosas cuestionada por parte del sector, lanzar un abanico de terminales tan largo reduce la apreciación de la marca porque muchas veces el producto no es de la calidad esperada.
Sin embargo, los datos dicen que a pesar de esas críticas los coreanos están en lo más alto. Tienen mucho músculo financiero y el haber creado una estructura completamente vertical donde la dependencia de otros socios se reduce a pequeños elementos hace que Samsung tenga dominada su estrategia y que no la vaya a cambiar en este año.
Seguirá teniendo un portfolio con infinidad de terminales, características, nichos y tamaños de pantalla diferente. Le guste a quien le guste. Ahora bien, tiene un reto muy complicado por delante y es seguir en lo más alto, seguir liderando la lista de fabricantes que más smartphones vende y no decepcionar a quienes esperan que su tope de gama sea un verdadero líder de la generación del 2014.
Partiendo de esto, y con el próximo Samsung Galaxy Note esperando en la recámara para IFA, podemos diferenciar una estrategia basada en un líder (Samsung Galaxy S5) y un montón de terminales de gama de entrada que buscarán hacerse un hueco en un patio donde el nivel de exigencia ha subido gracias a terminales del Moto G que nos han demostrado que hacer terminales económicos no se traduce en que tengan un rendimiento mediocre.
Samsung Galaxy S5, el líder de los coreanos
A falta de unos pocos días para que empiece el Mobile World Congress mi gran duda alrededor del próximo Samsung Galaxy S5 es: ¿será capaz de resistir a las voraces filtraciones que se producen previamente? De momento parece que ha aguantado mejor sus competidores como el próximo tope de gama de HTC.
Tampoco es invulnerable y ya hemos conocido algunos detalles como la incorporación del sensor de huellas táctil. Esto me lleva a otra pregunta. ¿Dónde lo va poner? En la parte de atrás como el HTC One Max o en el minúsculo botón de inicio de la parte frontal. ¿Habrá un rediseño notable en esta generación?
Sabemos también que no habrá una renovación espectacular en el chip y, como el año pasado, posiblemente veamos dos modelos según el procesador. Sería raro que no acabáramos viendo unos cuantos S5 con Exynos y otros tantos con el chip de Qualcomm. Otro tema importante: la pantalla.
Algunas filtraciones apuntan a que veremos una pantalla con QHD. Es decir: 2560x1440 píxeles. ¿Cierto? Ya veremos, pero de momento las filtraciones, en general, alrededor de este salto de resolución están siendo muy tímidas. Personalmente espero que sean ciertas por la simple curiosidad de ver con mis propios ojos una pantalla con semejante densidad.
¿Esperamos un salto en los materiales? Con el Note 3 vimos un pequeño avance pero ya son muchas las voces que empiezan a pedir que Samsung debe ponerse a la altura y dejar de aferrarse tanto al plástico y salte al aluminio. Está por ver pero personalmente espero que lo haga.
Tienen una labor muy difícil con el tope de gama porque convencer y seguir siendo líderes no es una tarea fácil tras tanto tiempo en la cumbre. Ahora bajemos a tierra, a esa gran masa de terminales que al final son los que acaban aupando a Samsung a la posición a la que está hoy en día.
Gama media y entrada, renovaciones esperadas pero con más exigencia
De momento la gran incógnita de Samsung para este Mobile World Congress. No hay nada confirmado ni filtrado pero repasando el historial de las anteriores ediciones de la feria de Barcelona vemos que en todas ellas los coreanos han presentado a sus soldados de infantería comandados, y reconocidos, por las gamas Ace y Mini.
Este espectro de teléfonos viene a recoger algunos de los valores de su hermano mayor para ofrecerlos al gran público que no quiere hacer un gran desembolso renovando el móvil: el diseño, el software… Elementos que se pueden escalar fácilmente sin que supongan un coste adicional importante.
Siendo coherentes, casi toda la gama media debería de beber de la nueva línea de diseño que comande el S5. Por lo demás, veremos terminales de todos los tamaños: pequeños, medianos, grandes, muy grandes… Parece que los experimentos de gaseosa y mentos, como el Samsung Galaxy Beam, no se van a repetir.
Especificaciones modestas, sin grandes sorpresas y con dos únicos deseos: que las baterías duren bastante y que la interfaz no sea una barrera para los usuarios que simplemente quieren un teléfono que funcione.
Queda por ver qué ocurrirá con la interfaz. Samsung nos mostró a través de un tweet algunos adelantos como la simplicidad de los iconos. Tras haber visto la nueva familia Pro de tablets, queda por ver si parte de esos elementos se trasladará o bien serán caminos diferentes.
Hablando de interfaz. Hemos omitido menciones al sistema operativo pero no queda dudas de que el grueso del nuevo catálogo lo formará Android. ¿Windows Phone? Parece que hay interés por parte de Samsung en retomarlo, al menos en Estados Unidos. ¿Tizen? No sería un mal momento para estrenarse pero parece que todo lo relacionado con este sistema operativo va muy despacio.
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