Por fin han llegado. Los esperados Galaxy S9 y S9+ han sido presentados por Samsung hace unas horas en el Mobile World Congress. Aunque todo lo que ha sucedido ha seguido el guion previsto, tal y como vaticinaron las filtraciones de las que os hemos hablado durante las últimas semanas, la expectación era máxima. Y lo era porque todos esperábamos que los surcoreanos diesen el «do de pecho» con las cámaras de sus nuevos buques insignia.
Y parece que así ha sido. Aunque aún tendremos que probarlos con más calma y más a fondo, ya hemos tenido una primera toma de contacto con estos dos smartphones, y, efectivamente, sus cámaras pintan bien. No obstante, en este terreno el que «parte el bacalao» es el modelo S9+ porque es el que incorpora la doble cámara. El S9 normal, el que no luce el signo +, cuenta con una sola cámara trasera. Veamos qué podemos esperar de las cámaras de los nuevos buques insignia de Samsung.
Un mayor control de la profundidad de campo
La cámara que el Galaxy S9 y el S9+ tienen en común incorpora una novedad muy interesante: un diafragma con apertura variable que oscila entre f/1.5 y f/2.4. Esta cámara es idéntica en ambos smartphones. Gracias a su apertura variable estos teléfonos móviles pueden controlar con más precisión la luz que incide sobre la superficie del sensor. De hecho, el diafragma se comporta de una forma muy similar a los párpados de nuestros ojos, de manera que puede cerrarse cuando la luz ambiental es intensa, y abrirse al máximo cuando esta escasea.
No obstante, este elemento pone a nuestra disposición la posibilidad de controlar con más precisión un parámetro también muy importante desde un punto de vista creativo: la profundidad de campo. Y es que manipulando distintas aperturas del diafragma podemos modificar la zona de la imagen que estamos capturando que quedará completamente enfocada. Cuando el diafragma está muy cerrado, por ejemplo, en f/2.4 si nos ceñimos a los Galaxy S9, los fotodiodos del sensor recibirán menos luz, pero, a cambio, se incrementará la profundidad de campo.
Por el contrario, si abrimos al máximo el diafragma, optando en el caso de los Galaxy S9 y S9+ por el valor f/1.5, conseguiremos que el captador reciba más luz ambiental, algo apetecible si esta escasea si, por ejemplo, estamos tomando una fotografía nocturna o en un interior poco iluminado. Pero, a cambio, perderemos profundidad de campo, por lo que la zona completamente enfocada de la imagen será más reducida que si optamos por un valor de apertura asociado a un diafragma más cerrado.
Cuanto mayor sea el control que tenemos como usuarios sobre la profundidad de campo, mayores serán también nuestras opciones creativas. Por esta razón, es una buena noticia que Samsung haya decidido integrar en sus nuevos Galaxy S9 y S9+ esta cámara con apertura variable.
En busca del mejor desenfoque del fondo
Este es el punto en el que entra en juego la segunda cámara trasera, con la que cuenta el modelo S9+, pero no el S9. Las dos cámaras tienen la misma resolución, 12 Mpíxeles, pero esta segunda unidad no tiene la apertura variable de la que sí presume la primera cámara. Por esta razón, su único valor es f/2.4, que es lo suficientemente grande como para permitir el paso de mucha luz hacia el sensor. En cualquier caso, el objetivo de esta segunda unidad es asistir a la cámara principal al hacer zoom, algo que veremos con más detalle a continuación, y también ofrecernos un mayor control sobre el desenfoque del fondo.
Podemos recurrir al bokeh, también conocido en español como desenfoque del fondo, cuando queremos que la atención de las personas que van a mirar nuestras fotografías se centre en un objeto en particular, que será el que aparecerá nítido, probablemente en primer plano. Este recurso creativo es muy apetecible cuando estamos haciendo, por ejemplo, un retrato. Además, si el bokeh es uniforme y tiene buena calidad, el acabado estético de la fotografía puede ser muy atractivo.
En realidad, el desenfoque del fondo no es algo nuevo en los smartphones. Durante los últimos tres o cuatro años han llegado a las tiendas muchos teléfonos móviles que nos permiten hacerlo, pero de una forma un tanto artificiosa casi siempre. Lo que Samsung y otros fabricantes pretenden con sus dobles cámaras es ofrecernos un bokeh de más calidad a partir de la información recogida por los dos sensores, y, por tanto, más preciso y con un mejor acabado estético.
Mejorando el teleobjetivo
Como os he adelantado unas líneas más arriba, la segunda cámara con la que cuenta el S9+, además de incidir en el bokeh, también ejerce una gran influencia en las instantáneas en las que utilizamos el zoom. El escaso espacio con el que cuentan los diseñadores para poner a punto los objetivos de las cámaras de los smartphones limita mucho su distancia o longitud focal, que es el espacio que existe entre el centro óptico del objetivo y la superficie del sensor.
Esta limitación es una restricción importante cuando nos disponemos a utilizar el zoom, de ahí que contar con dos cámaras distintas, y, por tanto, con dos sensores recogiendo información de una misma escena, permite al móvil recuperar un mayor nivel de detalle al utilizar el modo teleobjetivo.
En este escenario de uso tiene mucha importancia también el estabilizador óptico de la imagen con el que cuentan tanto la cámara trasera del Galaxy S9 como las dos unidades del S9+. La forma en que se implementa la estabilización óptica puede variar de unos fabricantes de móviles a otros, pero todos ellos persiguen el mismo objetivo: ayudarnos a capturar imágenes más nítidas cuando fotografiamos a pulso objetos en movimiento, y también cuando utilizamos el zoom. Aunque nos tiemblen las manos.
¿Lo mejor de la doble cámara? Su potencial creativo
En definitiva, lo que pretenden las soluciones tecnológicas que ha implementado Samsung en las cámaras de sus nuevos Galaxy S9 y S9+ es lo mismo que persiguen los fabricantes de otros teléfonos móviles que han puesto a punto innovaciones similares: poner a nuestra disposición unas mayores posibilidades creativas y permitirnos obtener capturas de más calidad.
La profundidad de campo y el desenfoque del fondo son dos recursos que, cuando se controlan con la debida precisión, nos permiten dar rienda suelta a nuestra creatividad. De hecho, cuando un aficionado a la fotografía los descubre y se familiariza con ellos corre el riesgo de abusar, precisamente, porque el efecto que podemos conseguir es muy satisfactorio.
En cualquier caso, como os adelanté en los primeros párrafos de este artículo, nos queda pendiente probar más a fondo y con la debida calma las cámaras de los nuevos smartphones de Samsung para averiguar sin ningún género de dudas si son realmente aspirantes con posibilidades de hacerse con el trono al mejor smartphone fotográfico de 2018.
Podemos estar seguros de una cosa: este año ese privilegio va a ser especialmente caro porque son muchos los fabricantes que están haciendo los deberes en esta materia. Así que, por el momento, toca esperar. Seguiremos diseccionando las cámaras de todos los móviles que caigan en nuestras manos.
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