Samsung, además del Soul, ha hecho otras presentaciones de terminales. Una de las que tenían en la recámara es el modelo realizado junto a Armani, pero sin la marca del diseñador, lo que reducirá considerablemente su precio.
Destaca, sobre todo, por su diseño con una gran pantalla táctil, una de las tónicas de este Mobile World Congress, y por una tapa de piel que, en mi opinión, molesta más que otra cosa, ya que no tiene otra función que cubrir la pantalla, lo cual podría hacerse perfectamente con una funda.
No se han descuidado tampoco en la parte interna, donde la pantalla principal nos ofrece la posibilidad de incluir una serie de widgets en ella y posicionarlos a nuestro gusto, de forma que la podremos personalizar. Claro que el sistema tiene dos pegas. Una es que es propietario, es decir, no existe la posibilidad de añadir nuevos widgets aparte de los que viene instalados, que son pocos y no muy útiles.
La segunda es que resulta difícil gestionar y poner los widgets allí donde queremos, ya que la calidad de la parte táctil de la pantalla no es todo lo buena que debiera.
Si nos fijamos en la parte de características, encontramos una pantalla de 2.8 pulgadas con resolución 320 x 240 y tecnología haptic, una cámara de 5 megapíxeles y conectividad HSDPA.
Destinado a amantes del diseño que no quieran gastarse lo que vale el de Armani.