No ha sido un buen año, en términos generales, para el mercado de los teléfonos móviles. Los datos de noviembre mostraban que no se levantaba cabeza, y todo parece ir más allá de la crisis del COVID. Los móviles son cada vez más caros, cada vez menos diferenciados entre sí, y tan solo dos compañías están aguantando el embate.
Apple sigue mirando desde el trono mientras el mercado cae. Xiaomi también sobrevive
Los ingresos globales de teléfonos móviles han disminuido un 3% interanual. Se trata de una caída relativamente ligera, más aún si tenemos en cuenta que los envíos han caído un 12% interanual. ¿Cómo es posible una caída de tan solo un 3% en ingresos con tan golpe en envíos? Con unos móviles que cada vez son más caros.
Según datos de Counterpoint, el precio medio de venta de los teléfonos ha aumentado un 10%. Esto se debe principalmente a las ventas de teléfonos premium y 5G, que han permitido aumentar la factura final del mercado pese a la caída en envíos. Aquí Apple tiene bastante que decir con los iPhone 14 Pro, aunque desde la consultora apuntan también a buenas ventas en modelos de generación anterior.
Tan solo Apple y Xiaomi han aguantado el embate. Son las únicas que experimentan crecimiento interanual en ingresos, mientras OPPO (cuyos números incluyen a OnePlus), Samsung y Vivo caen. El pastel se sigue repartiendo con una Apple que se queda con más de un 40% del mercado, seguida por Samsung cerca del 20% y una Xiaomi que supera ahora el 8%.
2023 apunta a ser un año de incertidumbre. Nos acercamos el "Peak smartphone", alejándonos de crecimientos desbocados de forma interanual. La madurez de los productos, los mayores ciclos de vida que posponen la renovación de los mismos y una inflación que no termina de controlarse forman un cóctel ideal para que el mercado móvil lo tenga difícil para seguir creciendo el próximo curso.
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