Hoy en día, si uno quiere presumir de teléfono móvil, la opción lógica es el smartphone de gama alta. Pero también es la fácil. No es ningún reto.
Porque no será por modelos punteros y destacados con los que lucirse en una cena. Pero, ¿y si en los postres, cuando todos saquen su flamante Galaxy, Xperia, G, Lumia o iPhone tu pones sobre la mesa un Nokia 8210 o un Ericsson T28 sin olvidar el sensual movimiento de apertura de la tapa del teclado?
Despunte de featured phones
En Reino Unido los retromóviles están en auge, con un movido mercado de segunda mano donde incluso modelos exclusivos alcanzan precios incluso más altos que los de los smartphones de gama alta actuales.
Pero más allá del afán coleccionista, en Reino Unido sí que parece que hay una demanda creciente de terminales básicos desde el año 2013, ya sea de segunda mano o nuevos, pero dentro de la gama de featured phones.
En España hemos consultado a sitios de referencia como Milanuncios y Todocolección, que no tienen datos relacionados con este tipo de terminales, pero sí hay signos de un aumento considerable del interés por los featured phones en el mercado de nuevas compras.
En Amazon España las ventas de featured phones en lo que llevamos de año se ha visto incrementadas en casi un 50 % (47,8%), con el Nokia 100 a la cabeza. Su pantalla de 1.8 pulgadas con resolución de 128x160 nos da una idea de que está muy alejado del concepto de smartphone o terminal atractivo hoy en día. El Samsung GT-E1190 y el Nokia 108 le siguen en ventas con especificaciones muy similares.
Dentro de las ventas de teléfonos básicos los mayores crecimientos han sido los del Samsung C3520, con pantalla de 2.4 pulgadas y que ha subido un 958%. El Emporio Click, con un 600% de crecimiento en las ventas en Amazon y el Nokia Asha 206 con un 461% le siguen ya un poco más lejos.
¿Es este aumento del interés por los teléfonos más básicos cuestión solo de apariencias y ser diferente? ¿Hay algo más? Creemos que sí.
¿Cuestión de seguridad? Al menos serás más difícil de localizar
Con el tema de la NSA, su amplísimo catálogo de tecnologías para espiarnos y los problemas de los datos en la nube, el usuario está más que concienciado sobre la seguridad de sus datos personales. Incluso según apuntan en The Economist, hay un perfil de usuario dispuesto a pagar por una tecnología que le ayude a proteger la privacidad que curiosamente la propia tecnología le ha quitado.
Parte de esa pérdida de privacidad del usuario tiene al smartphone como culpable - o protagonista -. Sistemas operativos avanzados vulnerables a la NSA, cientos de aplicaciones listas para usar y sobre todo una conexión permanente a Internet que ya ha advertido incluso el FBI que es una puerta de entrada perfecta para la ciberdelincuencia. Si incluso el acelerómetro de nuestro smartphone puede identificarnos.
La inclusión de toda esa capa de tecnología, especialmente la conectividad WiFi y GPS, es la que hace especialmente vulnerables a nuestros smartphones de cara a la pérdida de privacidad si hablamos de la localización sencilla y constante ... y si los comparamos con los teléfonos de antes o incluso los featured phones actuales.
Donde los teléfonos de hace unos cuantos años sí que son más vulnerables que los actuales smartphones es en la seguridad de las redes que usan para la comunicación. GSM o GPRS no nos ofrece las mismas garantías y protección que las actuales redes 3G o LTE.
Más batería para solucionar el mal de los smartphones
Pero en la elección de un terminal que no sea smartphone en la actualidad tiene más sentido que obedezca a cuestiones relacionadas con la batería. Con pantallas de reducidas dimensiones, pocos colores y mínima resolución, la batería estira su duración a cifras que no muchos recordarán en plena era de los smartphones.
De hecho, más que sistemas de reducción drástica del consumo que incluyen los últimos smartphones, resulta más eficaz contar con un featured phone como segundo terminal, reservado para las llamadas e incluso la mensajería. Observando la pantalla en blanco y negro del Galaxy S5 con el modo de ultraahorro y a lo que queda reducida su utilidad, es algo sensato pensar así. Además, los reducimos precios, tamaño y el poder olvidarse de cargarlo durante días es una gran tentación para usuarios intensivos del smartphone pero con un perfil de llamadas importante.
Pero hay otro factor que podría incitarnos a optar por un teléfono móvil básico: la desconexión. Sin aplicaciones, sin correo entrante en modo push, sin redes sociales ... incluso sin cámara de fotos válida ... es lo más parecido a una desintoxicación tecnológica que hoy en día podríamos alcanzar sin dejar de lado el teléfono.
Al final siempre nos queda el postureo con nuestro terminal vintage
Si, ni tener más batería, ser menos localizable sobre el papel o tener la posibilidad de oblogarnos a desconectar no es suficiente para convencerte de volver a los móviles de los 90, seguramente el postureo te acabe convenciendo. Hoy en día hablamos mucho de materiales de calidad, pantallas gigantes y resoluciones abrumadoras en los smartphones, pero ¿y el diseño? ¿Y la personalidad? Ninguna.
Tan solo mira un Nokia como el 3660 y no te niegues a admitir que, luciéndolo te sientes diferente y especial. Justo, ideal para un selfie en Instagram, aunque para ello necesitarás un smartphone. Lo dicho, mejor dos terminales en el bolsillo.
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