Con el nuevo Xperia Z5 Sony tenía tres grandes retos que acometer. Uno era demostrar que había llegado a un nivel de producto como para no necesitar lanzar dos iteraciones de su mejor teléfono al año; otro era disipar las dudas que en los últimos tiempos se han cernido sobre la división mobile de la compañía; por último, vender, vender como locos intentando trasladar el éxito que tiene en algunos mercados (por ejemplo España), al resto del mundo.
Para ello ha armado una estrategia continuista en los aspectos en que considera que sus antecesores (el Z3 en casi todo el mundo, el Z4 en Japón) eran lo suficientemente fuertes y ofensiva en los puntos en los que ha encontrado armas para hacerlo. Veamos si lo ha conseguido con nuestro análisis del Sony Xperia Z5.
Sony Xperia Z5, principales especificaciones
Antes de arrancar con nuestro análisis, toca repasar sobre el papel lo que Sony ha puesto en su quinta (o sexta, según mercado) generación de Xperia Z:
Sony Xperia Z5, especificaciones técnicas | |
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Dimensiones físicas | 146 x 72,1 x 7,45 mm, 156,5 gramos |
Pantalla | IPS 5,2 pulgadas |
Resolución | 1080p píxeles |
Procesador | Qualcomm Snapdragon 810 (MSM8994) |
RAM | 3 GB |
Memoria | 32 GB (ampliable microSD hasta 200 GB) |
Versión software | Android 5.1.1 |
Extras | Resistencia agua y polvo (IP65 e IP68) |
Cámaras | 23 megapíxeles (1/2,3 pulgadas / Vídeo 4K). Frontal de 5 megapíxeles |
Batería | 2900 mAh (no extraíble) |
Precio | 699 euros |
Sony Xperia Z5, review en vídeo
Para que tengas la "foto" completa de este análisis del Sony Xperia Z5, te dejamos primero con la review en vídeo donde repasamos todos los detalles del nuevo Sony Xperia:
El diseño de siempre con mejoras interesantes
Basta mirar dos segundos al z5 para – conociendo a los anteriores protagonistas de la gama z – concluir que el diseño es estéticamente bastante continuista. Lo que tenemos entre manos es una nueva edición de Omnibalance, el lenguaje de diseño de los Xperia con las líneas clásicas de Sony y algunas mejoras interesantes.
La primera gran apuesta que mantiene Sony es la de resistencia al polvo y al agua, algo en lo que en lo que se han quedado solos a la hora de ofrecerlo en su teléfono franquicia. De hecho hay una mejora sustancial en este aspecto, dado que en anteriores ediciones el puerto USB debía ser cubierto por una tapa que teníamos que abrir y cerrar con mucho cuidado para protegerla del agua, algo que ha provocado accidentes y quejas en usuarios de los dispositivos. El que ahora pueda ir descubierto y lo único a tapar sean elementos que se cambian poco (microSD, SIM) mejora la experiencia de uso y aumenta la tranquilidad a la hora de mojarlo.
Algo a anotar en ese lado es que Sony ha dado un paso atrás en como plantea el teléfono y su resistencia al agua. Si hace años los publicitada como dispositivos para llevarnos a la piscina y hacer fotos bajo el agua, ahora se ha vuelto más prudente y tal como lo comunica, aboga por la capacidad de resistir a la lluvia o ponerlo bajo un grifo más que como elemento sumergible (además de insistir que es para agua dulce).
Hemos decidido probarlo bajo el agua en todo caso (varios baños, uso bajo el agua continuado tirando fotos gracias al botón dedicado) y la experiencia nos proporcionó un pequeño susto: el dispositivo necesitó de unas dos horas de secado para recuperar el correcto funcionamiento de algún elemento como los altavoces y la carga del dispositivo.
En todo caso el no tener tapa para el USB no es el único elemento de diseño que constituye un acierto por parte de Sony con el Xperia Z5. A eso hay que sumar la permanencia del botón dedicado para fotografía (algo que otros fabricantes articulan mediante doble click en el botón físico) y la apuesta por soportar tarjeta microSD. En un dispositivo muy orientado a fotografía y a grabar vídeo con 4K los 32 GB se pueden quedar cortos y aquí Sony acierta dándonos la opción de usar memoria suplementaria de hasta 200 gigas.
Un cambio importante es el del botón de encendido. Aquí pasamos del circular a uno con más recorrido que integra sensor de huellas. La decisión de integrarlo en esta zona obedece a que es el punto en el que usuario empieza con el dispositivo y por tanto puede tener más sentido que colocarlo en la parte trasera. La experiencia es bastante buena, rápida (con cierto margen de mejora, son dos minipasos, encender y pasar huella) y precisa.
La integración de la huella va un paso más allá al poder articularse como identificador para los distintos usuarios que admite un móvil Android. De esta forma es muy fácil prestar el Z5 a otro miembro de la familia y que este no tenga acceso a los contenidos y aplicaciones de uno, sino sólo a los suyos.
Un contexto en el que no resulta cómoda la posición de este botón es en el de “tengo el móvil sobre la mesa y lo quiero encender para echar un vistazo o identificarme para atender una notificación”. En ese caso los sensores de huella integrados en botón físico en el frontal a lo Apple o Samsung son bastante más manejables.
El alargamiento de este botón provoca que los botones de volumen vayan más abajo en el lateral del Xperia z5, algo que nos ha resultado menos cómodo cuando los utilizamos para su funcionalidad original (quizás por la costumbre de usar el resto de terminales que los colocan más arriba) y que encaja mejor cuando estamos con la cámara y los usamos para operar con el zoom.
El botón para fotografía queda al final de este lateral (ideal para cuando hacemos foto de paisajes, quizás no tanto para foto rápida en otro tipo de situación) mientras tenemos el microUSB (que se queda en 2.0) desplazado hacia la parte inferior del teléfono. En el diseño también tenemos la referencia a NFC en la trasera (algo que algún fabricante nos obliga a adivinar cuando lo queremos usar) y que esta vez la marca aparece por partida cuádruple: dos veces Sony (frontal y trasera) y dos veces Xperia (trasera abajo y en el lateral izquierdo como novedad).
El jack del Xperia Z5 lo mantienen en la parte superior – algo de lo que uno es declaradamente partidario, en contra de lo que promueven entre otros Samsung y Apple – y como en anteriores ediciones es “waterproof”: no necesitaremos taparlo para mantener la resistencia al agua del teléfono. El último elemento noticiable es la poquedad para llevarlo con un cordón que está abajo, junto al puerto USB.
En materiales la gran novedad está en la trasera, en la que esta vez la apuesta es por el cristal esmerilado, lo que ha dado un tacto más agradable, menos agresivo al dispositivo. Puede ser una pérdida para quienes gustaban del tacto más puro a cristal de anteriores móviles Xperia, pero sólo al tocar un z3 y luego un z5 se percata uno de lo que ha ganado en mano el móvil de Sony.
En las esquinas tenemos protección de policarbonato que complementa al resto del marco en aluminio pulido. Con estas dos apuestas Sony logra complementar un gran diseño con una mayor sensación de seguridad frente a caídas y roturas. Eso sí, la trasera sigue siendo cristal y eso hace que duplique el riesgo de rotura que ya tiene la pantalla.
En cuanto a tamaño y peso, Sony no está en la guerra por tener el teléfono más delgado del planeta y el Z5 en mano no ofrece esa sensación de ligereza en la que se han empeñado algunos competidores. En el equilibrio del teléfono esto debería redundar en poder ofrecer una batería de gran capacidad, pero esta vez Sony se ha quedado en los 2900 mAh, un tanto por debajo de lo que esperábamos, teniendo la culpa del grosor el nuevo sensor para la cámara (más sobre ambos aspectos más adelante), que al menos, eso sí, no sobresale cual joroba como sucede en otros móviles de gama alta.
El punto que sigue siendo una asignatura en diseño para Sony y la gama Z es el tema de los marcos. Por tamaño el Z5 podría ofrecer una pantalla de 5.4, sin embargo se queda en unos 5.2 con unos marcos superior e inferior demasiado grandes para los elementos que tienen: speakers y cámara frontal que no necesitan tanto espacio.
Intentando salvar el componente subjetivo – a uno le gustan los teléfonos grandes con pantalla a su vez voluminosa – esta es la gran asignatura de Sony en diseño. El Z5 es un teléfono muy atractivo, fruto de la iteración de uno de los lenguajes de diseño más acertados de la historia de la telefonía, pero se deja como asignatura pendiente una optimización de la superficie aprovechada del terminal. El caso es que en Z5 Compact se ha conseguido un avance en esa dirección que no hemos visto en el hermano mayor.
En lo que a colores se refiere, me reafirmo en lo que comentamos en las primeras impresiones, nos ha tocado probar el gris pero el que está un peldaño por encima del resto es el verde: un hallazgo de personalidad en la industria móvil frente a los, parece, inevitables dorados, negros y blancos.
Un último aspecto de las características del Z5 que dejamos en los pendientes de analizar más a fondo: es el único móvil del mercado que apuesta por el audio de alta resolución. Nos ha faltado equipamiento esta vez (los auriculares a la altura), por lo que os exhortamos a nuestra comparativa de audio en teléfonos de final de año en la que prestaremos especial atención al audio.
La pantalla, fiel a la estrategia de Sony: equilibrio
La estrategia de Sony este año parece clara: si alguien quiere ir a por una pantalla de muy alta resolución ahí tienen el Premium y su UHD con las cifras más bestias del mercado; si por el contrario uno es partidario de una resolución FullHD que para una pantalla de 5.2 ya ofrece una gran experiencia sin necesidad de consumir mucha batería, ahí está el Z5.
Son 5.2 pulgadas IPS LCD a 1,080 x 1,920 píxeles (lo que nos lleva a unos nada desdeñables 428 ppp) con protección Dragontrail en lugar de Gorilla Glass en la que Sony incorpora el conjunto de tecnologías del grupo que puede aprovechar: Mobile BRAVIA Engine 2, X-Reality y Triluminos.
Lumia 950 | Sony Xperia Z5 | HTC One M9 | LG G4 | iPhone 6s | Galaxy S6 Edge | Huawei Mate S | |
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Diagonal | 5,2 | 5,2 | 5 | 5,5 | 4,7 | 5,1 | 5,5 |
Tecnología | OLED | IPS | SuperLCD3 | IPS | IPS | SuperAMOLED | AMOLED |
Resolución | 1440p | 1080p | 1080p | 1440p | 1334x750 | 1440p | 1080p |
Densidad | 563 | 428 | 441 | 538 | 326 | 577 | 405 |
En el aspecto en que el Z5 si brilla es, valga la redundancia, en el brillo máximo. Sony llegó a mencionar que llegaba a 700 nits y, aunque uno no es amigo de quedarse en las especificaciones, tenemos una pantalla que resuelve con muy buena nota la experiencia de uso en cada situación.
El Z5 se comporta muy bien en todas las situaciones: una gran experiencia bajo el sol, una reproducción de vídeo notable y unos negros mejorados respecto a sus versiones anteriores de IPS LCD. No es la mejor pantalla del mercado, pues tiene margen de mejora en cada aspecto como podemos comprobar con las soluciones ofrecidas por la competencia.
Algo a destacar es que Sony ofrece varios modos de pantalla. El que viene por defecto no mejora la imagen y luego tenemos X-Reality y el modo “súper vívido”. En ambos el dispositivo introduce cambios en el contraste y la saturación de las imágenes, haciendo más espectacular – y según la situación más o menos fiel – el consumo de fotografías y vídeos.
Eso sí, puede introducir un tanto a un autoengaño a la hora de editar fotos, dado que el teléfono ya te las muestra más contrastadas que como las verá el resto de usuarios una vez compartidas con ellos.
Batería: de modelo a seguir a destacar por muy poco
Como os venimos contando la apuesta en la autonomía de Sony este año no viene dada por aumentar o siquiera mantener el tamaño de batería, sino por optimizar el consumo en forma de una pantalla que no exija tanto y complementar con soluciones como el modo Stamina, ya clásico en la compañía japonesa.
De hecho si el Xperia Z3 tenía 3200 mAh, el Z3+ o Z4 bajó a 2930 mAh y ahora con Z5 nos quedamos en 2900 mAh, una decisión arriesgada cuando un aspecto que catapultó al Z3 a lo alto del sector fue precisamente su gran equilibrio en todos los aspectos y la buena autonomía conseguida con ello.
El caso es que aunque Sony habla de hasta dos días de autonomía, en nuestro uso hemos conseguido que en una jornada que podríamos llamar normal para un uso algo intensivo (mucho correo y mensajería, algo de navegación web, dos o tres vídeos, tirar unas 15 fotos y dos vídeos y Spotify de fondo un par de horas) llevarlo hasta el día de uso. En caso de un uso bastante más intensivo hemos tenido que recurrir a cargarlo antes de la noche o hacer uso del modo Stamina, que viene a ser una suerte de alargador de la autonomía menos agresivo que los “ultra power savings”.
Con la dificultad que supone comparar en autonomía más allá de los tests, mi impresión es que el Xperia Z5 está por encima en autonomía entre todos los modelos de gama alta que no se van al concepto de phablet. Lo cual da para una buena nota en este apartado pero no para la excelencia que hubiese supuesto dar un golpe encima de la mesa en este apartado.
En los test “artificiales” para comparar autonomía no sale mal parado, estando en la parte de arriba de autonomía, pero tampoco destacando frente a quienes apuestan por mayor batería (phablets sobre todo) o como el caso Z5 compact por una pantalla de menos resolución, siendo todo esto coherente con lo que hemos detectado en nuestras pruebas.
A eso hay que sumar que no han avanzado tanto como la competencia en términos de carga rápida y de carga inalámbrica. Aquí sí que esperábamos un poco más del Z5, porque si en las ocasiones de días muy intensos vamos a necesitar cargarlo, la posibilidad de añadir mucho tiempo de autonomía con 15 minutos de carga es un gran alivio para no quedarnos off.
Una cámara con más megapíxeles y en mejora continua
Que Sony parte con ventaja en la fotografía móvil no es un secreto: es quien fabrica sensores para el resto de la industria, equipando a casi todos los gama alta del sector de los últimos años. Cada novedad que introduce primero la incorpora a Xperia y más adelante empezamos a verla en la competencia, por lo que cada salida de un nuevo Z nos ayuda a asomarnos al futuro del sector.
En este Xperia Z5 no hay excepción: el nuevo sensor permite hasta una resolución de 23 megapíxeles, pero más allá del tamaño (lo hemos discutido mil veces pero no está de más volver a traerlo a colación, esto nos ofrece valor a la hora de imprimir en grande, recortar o hacer zoom pero por supuesto no mejor calidad de imagen per sé) lo interesante esta vez está en otros aspectos.
El primero de ellos es el autoenfoque híbrido que en Sony apuntan a que consigue enfocar en 0.03 segundos. Efectivamente es muy rápido gracias a la combinación del enfoque por contraste y el de detección de fase. Ahí Sony al menos nos transmite la sensación de estar como mínimo al mismo nivel que los mejores smartphones que hemos probado este año en ese campo.
Antes de continuar, un inciso importante: los 23 megapíxeles se obtienen cuando escogemos el formato 4:3. Si queremos disparar en 16:9, que será lo habitual pues las pantallas donde lo veremos principalmente adoptan esa proporción, la resolución baja hasta los 20 MP. Es una de las primeras "confusiones" que se encuentra el usuario asociada a la cámara del Xperia Z5. Y la mayoría están en la interfaz.
La que nos encontramos en la actualidad, con el terminal ya en el mercado, es la que ya conocíamos de anteriores años: demasiado complicada, pide a gritos una actualización. Sony dice que en noviembre llegará, será una buena oportunidad para entender cómo han encontrado un nuevo balance entre el modo automático (el que usa la mayoría de usuarios) y dar opciones para quienes desean más control sobre la exposición que hace la cámara.
En la ínterfaz nos encontramos con dos modos principales que son el automático superior y el manual. Desde este segundo modo ya podemos acceder a varias escenas, pero es cuando no estamos en esos modos cuando conseguimos más control con el acceso a los parámetros de exposición, balance de blancos, ISO o compensación de la exposición.
Otro reflejo de la inconsistencia de la interfaz y opciones de la cámara del Xperia Z5 si consideramos la función de apuntar y disparar, es que una de las situaciones que peor detecta el modo automático es aquella en la que hay sujetos en movimiento. En nuestras pruebas hemos apreciado que suele trepidarnos algo, pero podemos solucionarlo si volvemos a hacer la foto yendo a manual y escogiendo la escena adecuada. Entonces ya no tenemos trepidación: con nuestro control la cámara nos da una experiencia mejor que la del software automático que incorpora Sony.
Si nos ceñimos al aspecto más físico de la cámara, la del Sony Xperia Z5 está quizás demasiado pegada al lateral, lo que provoca que a veces el dedo de sujección, incluso sin ser conscientes de ello en el momento, se vea. En el lado más positivo, no debemos olvidarnos del extra que supone contar con un botón físico de disparo.
La gran promesa de Sony con la cámara de su Xperia flagship para este año era solucionar el procesado de imagen y con ello la calidad final cuando buscábamos detalle. ¿La ha mejorado?
Tenemos sensaciones contradictorias. Ciertamente hay momentos en los que la cámara del Z5 se comporta de forma excepcional. Esto ocurre especialmente en exteriores, donde hemos conseguido imágenes estupendas sin problema. También uno ha disfrutado mucho aprovechando la gran resolución de la cámara, gracias a la cual he podido recortar las imágenes y quedarme con los detalles sin que el resultado quede corto de resolución, algo impensable con terminales cuyo sensor dispone de una resolución inferior.
Por otro lado, hemos tenido ocasiones en que la pérdida de detalle ha estado por encima de la competencia, lo mismo que el exceso de ruido. Aquí nos hemos encontramos con el muro más alto para Sony: la proverbial necesidad de mejora en el procesamiento de Sony.
Me resulta difícil extraer un patrón general para este caso, pero las escenas muy contrastadas (el modo HDR no acaban de tenerlo bien resuelto del todo) y la foto nocturna son los dos escenarios en los que creo que el nuevo Sony Xperia Z5 no resulta el mejor móvil fotográfico.
El autoenfoque es como apunta Sony, muy rápido, aunque en ocasiones no tan preciso como nos hubiese gustado. El rango dinámico es muy bueno y la fidelidad de color bastante bien resuelta, lo que nos permite redondear una muy buena experiencia fotográfica pero que no llega a la excepcional que siempre esperamos de Sony.
En el campo de mejoras tenemos también la rapidez entre foto y foto, la cámara no es especialmente rápida en este momento en que nos encontramos disparando sin parar y aquí Sony tiene otra oportunidad para asombrados en la renovación que nos ha prometido para noviembre.
Donde Sony vuelve a cumplir con lo que esperamos de ella es en el modo de vídeo. Aquí la marca japonesa lo hace muy bien, tanto en la calidad de lo grabado con en las opciones en su modo dedicado (hablar de los modos de vídeo).
En los resultados finales nos ha parecido que en estabilización la del Sony Xperia está muy por encima de lo que hemos visto en móvil. Es éste el campo relacionado con la cámara donde la experiencia en vídeo de sus otras divisiones sí que le da un valor extra al apartado de movilidad.
Muchos de los aspectos de la cámara del z5 se pueden mejorar por software y ahí la actualización de Noviembre debería dar un nuevo empujón al terminal. En todo caso, lo que hemos probado hasta el momento nos ha dejado la sensación nuevamente del gran potencial de fotografía en el teléfono de Sony que no ha acabado de rematar.
Rendimiento: todo lo bueno (y malo) del Snapdragon 810
Sony no ha dudado en ofrecer en el interior de su Xperia Z5 la combinación estándar de la gama alta de este 2015: procesador Snapdragon 810 y 3 GB de memoria RAM.
Esa unión resulta muy potente, en la línea de la gama alta de este año, pero al menos un peldaño por debajo de quienes diseña su propio chip como son Samsung o Apple. Si quitamos a estos dos actores no hay gama alta que le supere.
LG G4 Snapdragon 808 |
HTC One M9 Snapdragon 810 |
Samsung Galaxy S6 Exynos Octa 7420 |
Sony Xperia Z5 Snapdragon 810 v2.1 |
Huawei P8 HiSilicon Kirin 930 |
|
---|---|---|---|---|---|
Antutu | 45866 | 56335 | 61050 | 59355 | 44545 |
PCMARK | 4796 | 4235 | 4980 | 5132 | 4501 |
3DMARK unlimited | 22100 | 22234 | 22350 | 23386 | 13422 |
En el ida a día esto se traduce en un rendimiento excelente, fluido y que mueve todo, haciéndolo además bien. En general hemos obtenido una gran experiencia de uso.
La gran (y necesaria) pregunta alrededor de la experiencia con el Xperia Z5 en el campo del rendimiento hay que hacérsela directamente al procesador. ¿Tenemos un problema con el calor? Sí, pero sólo en condiciones excepcionales: la versión 2.1 del Snapdragon 810 depura algunos casos y parece que los ingenieros de Sony han hecho un buen trabajo en su integración.
Lo cierto es que este Xperia Z5 lo maneja mejor que los primeros que adoptaron el controvertido SoC (recordemos la escasa suerte de HTC a principios de año con él), pero aún así hay situaciones donde podemos apreciar un calentamiento considerable al que no beneficia la trasera de cristal: ver vídeo un tiempo seguido (esto incluye por ejemplo hacer un hangout durante 10 minutos, que pone al z5 muy caliente) o jugar con títulos exigentes.
Las capas sobre Android: cuestión de cuándo se actualizarán
Sony, como otros grandes protagonistas en gama alta desde hace un par de años, ya no se enfrascan en una personalización importante sobre Android de serie y ya basan su capa en pequeñas modificaciones de la interfaz y la colocación de sus aplicaciones para determinados servicios o funciones sobre Android.
En la capa que Sony coloca sobre Android 5.1.1 hemos apreciado que esta vez es más leve, algo que notamos sobre todo en el área de notificaciones y el de ajustes rápidos. A lo que no ha renunciado es a la inclusión de todo su arsenal de aplicaciones asociadas en muchos casos a servicios de la compañía, y que a menudo chocan o doblan los que ya ofrece Google por defecto en su Android.
Esta capa más suave sobre Android ojalá signifique tiempos más rápidos de actualización a nuevas versiones del sistema operativo, algo con lo que los japoneses están poniendo especial interés en los últimos tiempos.
Por lo demás, hay un punto que merece la pena recordar, que es el juego remoto en el Xperia Z5 de juegos de la PS4. Se trata de un valor añadido para que todos los que tengan la consola disfruten de un incentivo extra para apostar por la gama Xperia.
Sony Xperia Z5: la opinión y nota de Xataka
Sony venía de un año sobresaliente en móvil con el Xperia Z3, con aciertos como la gama Compact, ser el mejor fabricante de sensores para cámaras y haber introducido innovaciones como el juego en remoto de PS4. El Xperia Z5 es un muy buen continuador del gran momento de la marca y ahonda en ese concepto de terminal muy bien equilibrado, al que es difícil poner una gran objeción en algún aspecto.
El máximo reproche que le podemos hacer es no acaba de ser el salto definitivo hacia delante que esperamos de Sony: en parte por la dependencia de Qualcomm y su 810, en parte porque no ha terminado de ser el móvil definitivo para fotografía y autonomía … aspectos en los que comparativamente sale muy bien parado, pero en los que no logra sacar el cuerpo de ventaja a la competencia que quiere Sony.
En todo caso el Xperia Z5 es un señor smartphone, una compra de la que difícilmente alguien va a salir descontento y una apuesta original por algunas funcionalidades –resistencia al agua, microSD - que muchos usuarios deseamos en nuestros teléfonos.
8,8
A favor
- 32 gigas + microSD: espacio a tope
- Un gran equilibrio en todas las líneas
- Gran diseño resistente al auga
- Resolución cámara con momentos excelentes
- Audio alta resolución
En contra
- Resolución pantalla por debajo competencia
- Marcos demasiado pronunciados
- Momentos en que la cámara no brilla como debería
- Sony ya no quiere que buceemos móvil en mano
El teléfono ha sido cedido para la prueba por parte de Sony. Puedes consultar nuestra política de relaciones con empresas
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