Presentado en el Mobile World Congress, hemos tenido que esperar casi nueve meses para ver cómo Yotaphone 2 llegaba a las tiendas. Lo hace a lo grande, con apertura de tienda incluida en Londres, pero manteniendo su singular propuesta: un smartphone de dos pantallas donde una de ellas es táctil.
Lo conocimos en Barcelona y ayer lo pudimos volver a probar con más calma en su presentación en la capital de Inglaterra. Ahora bien ¿cuaja su apuesta por un formato diferente al nuestro? ¿Es capaz de aportar algo diferente y nuevo a lo que ya tenemos? Nuestra primera toma de contacto ya nos deja ver algunos matices.
Una buena idea no tan bien ejecutada
Cuando probamos un móvil por primera vez nos fijamos en la parte frontal pero el Yotaphone 2 es una excepción. Aunque en los renders parece que la pantalla integrada está más integrada con la tapa trasera, lo cierto es que hay una sutil, pero visible, diferente entre la superficie de tinta electrónica y la carcasa.
El diseño recuerda mucho a los terminales más básicos de Android donde las esquinas redondeadas predominaban. Bien acabado, el único elemento que destaca en la parte exterior es su doble pantalla. Esquinas muy redondeadas, peso y grosor correctos pero con un factor forma muy discreto hasta que le damos la vuelta. Una propuesta difícil de mantener si tenemos en cuenta que su precio precisamente no es de gama de entrada.
La integración entre ambas pantallas funciona bastante bien. De hecho, que de primeras ambas sean independientes y puedan mostrar información diferente es un punto muy a su favor. Ver por ejemplo Twitter en tiempo real mientras la pantalla AMOLED está apagada es una opción realmente útil.
Ahí Yota sabe sacarle provecho a las virtudes de su terminal: la segunda pantalla ofrece mucho valor a nivel de información pero nos queda por ver si es capaz de que nos acostumbremos a su singular uso, algo que puede llevarnos más tiempo y que resolveremos en nuestro futuro análisis.
Tanto si lo usamos con diferentes widgets como si fuera un espejo de nuestro móvil, es un elemento que llama mucho la atención. Eso sí, al ser tinta electrónica nos enfrentamos a una serie de limitaciones como, por ejemplo, una tasa de refresco bastante baja con los gestos táctiles y que en el algún momento ha sido frustrante para realizar ciertos movimientos con el dedo.
En cuanto a rendimiento la apuesta es buena pero por 700 hay tantas opciones mucho más potentes que resulta difícil justificar el elevado precio de este terminal. Es comprensible que hay un elemento de innovación grande que hay que pagar pero un Snapdragon 800 y 2GB de RAM a ese precio resultan insuficientes.
La gestión de aplicaciones y widgets en la pantalla táctil funciona muy bien a través de su propio gestor aunque a veces los reflejos dejan entrever que tanto en un panel como en otro nos encontramos con cristales gruesos que generan demasiados reflejos.
Android sin modificaciones es un punto a su favor pero partir dr 4.4.3 KitKat no es suficiente cuando Lollipop ya está disponible. Según responsables del fabricante ruso la actualización está en camino pero no será dentro de poco precisamente.
Primeras conclusiones tras probarlo
No hay duda de que Yotaphone es un producto singular. Su apuesta es atrevida y atractiva pero de momento se ha encontrado con una cortapisa que le va dificultar llegar a muchas manos: su precio. 700 euros es excesivo, especialmente si tenemos en cuenta la situación actual del mercado.
La idea es buena pero la primera sensación que tenemos es que no está tan bien ejecutada como nos hubiera gustado. Diseño simplón, especificaciones potentes pero correctas y alguna que otra incógnita como la cámara o el rendimiento que ofrece la batería.
Los rusos apuestan muy fuerte, quizá demasiado, por su segunda pantalla pero van a tener difícil justificar semejante precio. Nosotros, de momento, nos vamos preparando para cuando llegue a nuestras manos y podamos analizarlo.
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