La alta velocidad llegará a Asturias en noviembre. Al menos eso es lo que ha prometido el secretario general de Infraestructuras, Xavier Flores, tras reunirse con el Gobierno asturiano. Eso, si se cumplen los plazos, algo que no ha sucedido en los últimos trece años, cuando el proyecto debía haber tenido lugar.
La situación de la alta velocidad asturiana la resume bien Ramón Díaz en el diario asturiano La Nueva España: "veinte años, cuatro presidentes del Ejecutivo central, cinco del Principado y unos 4.000 millones de euros han pasado desde que comenzó la obra, en febrero de 2004".
La apertura al tráfico comercial debería llegar, por tanto, justo antes de las elecciones generales, que si se agotan los plazos tendrán que llegar, como tarde, el próximo 10 de diciembre. Durante la rueda de prensa, Xavier Flores ha rechazado que la nueva fecha esté determinada por el calendario electoral, asegurando que el motivo de ésta es la culminación de las pruebas de seguridad que se realizarán hasta entonces.
La "alta velocidad" del AVE asturiano
El AVE asturiano es una de esas obras de nuestro país que parecen no tener fin. Desde su anuncio, los plazos se han ido retrasando una y otra vez. El primero se hizo en 2003 y los planes parecían alentarse con el inicio de las obras a principios de 2004. El objetivo era inaugurar la nueva línea de alta velocidad en 2010.
Trece años después, la alta velocidad todavía no ha pasado por Asturias. Por el camino, hasta 18 anuncios de una próxima apertura (incluido el que se ha realizado hoy, 3 de mayo) y un coste que se acerca a los 4.000 millones de euros. El importe se aleja mucho de los 2.312,8 millones de euros de los que hablaban las primeras estimaciones, en 2006. Es la línea ferroviaria con mayor número de retrasos del país, superando a los tramos Antequera-Granada y Olmedo-Orense, que llevan 12 años de esperas.
También está por resolverse cuáles serán los tiempos para viajar entre Madrid y Asturias en los nuevos trenes de "alta velocidad". En enero, antes de anunciar el último retraso, se hablaba de un tiempo mínimo de tres horas entre Madrid y Oviedo y otros 20 o 25 minutos para llegar hasta Gijón. Todo ello, a la máxima velocidad que permita la vía y sin paradas intermedias.
Actualmente un viaje en tren entre Oviedo y Madrid conlleva emplear cuatro horas y quince minutos, de las cuales más de dos horas se consumen entre León y Oviedo.
En La Voz de Asturias definían el nuevo AVE asturiano como "el más lento de España". Si la nueva línea comenzara a funcionar en el próximo mes de noviembre, el trayecto tiene que enfrentar algunas limitaciones importantes. Entre León y La Robla (de camino a Asturias) el tramo de alta velocidad llevará, al menos, un año más de obra. La alternativa en ese tiempo será avanzar por tramos de doble vía y vía única, trayectos compartidos con mercancías y zonas con ancho ibérico, otras estándar y otras de triple hilo.
Esto provocará que entre Madrid y Valladolid los trenes podrán circular a velocidades superiores a 300 km/h. Pero, a partir de aquí, el parón: Entre León y la Robla no podrán superar los 160 km/h. Desde Pola de Lena a Gijón no se podrán rebasar los 100 km/h y en algunos tramos no se superarán los 80 km/h. Además, este último tramo deberá ser reformado más adelante, según explican en La Nueva España.
Todo esto viene determinado porque llevar la alta velocidad hasta Asturias supone una de las mayores obras de ingeniería del país. La diferencia de altura que existe entre León y Asturias y el puerto de Pajares ha sido uno de las grandes dificultades que se han encontrado en estos últimos 20 años, buscando la solución para salvar 700 metros de desnivel.
De hecho, la variante de Pajares, uno de los puntos críticos del trazado, ha empleado a 4.000 trabajadores y cinco tuneladores para perforar la tierra y buscar un nuevo camino a 49,7 kilómetros de los cuales el 80% del trazado discurre dentro de túneles.
Fotos | Adif y Mitma
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