La conducción autónoma de Tesla. La gran esperanza de la compañía y, al mismo tiempo, su dolor de cabeza continuo. Un proyecto del que ya en 2016 ya vimos unos primeros resultados increíbles. ¿Cómo de increíbles? Ahora menos de lo que parece, ya que uno de los ingenieros senior de la compañía ha confesado que no fueron del todo honestos.
En aquel vídeo de 2016, la compañía comenzaba con una primera imagen en la que se explicaba que una persona estaba sentada en el asiento del conductor, pero únicamente por motivos legales. El coche conducía por sí mismo en todas las situaciones que se mostraban. E incluso Elon Musk lo utilizó para presumir de su FSD, el sistema de asistencia a la conducción más avanzado de la compañía.
El problema es que Ashok Elluswamy, director de Software del piloto automático de Tesla, ha confirmado que el comportamiento del vehículo no fue exactamente como se muestra en el vídeo, según recoge Reuters. El responsable así lo declaró durante las investigaciones por el accidente que sufrió Walter Huang, ingeniero de Apple, mientras conducía uno de los coches de la compañía.
En la investigación se trataba de dirimir si la víctima había delegado una confianza excesiva en el sistema de asistencia a la conducción. En sus declaraciones, Elluswamy confirmó que el vídeo mostrado se consiguió en 2016 después de que la compañía mapeara en 3D el trayecto, una posibilidad que los potenciales clientes no podían disfrutar. Además, el responsable de software también ha admitido que, durante las pruebas, los conductores tuvieron que tomar los mandos en diversas ocasiones y que, incluso, un coche llegó a estrellarse contra una valla durante la maniobra de estacionamiento.
La eterna promesa
Según Elluswamy, el vídeo trataba de demostrar hasta dónde podía llegar a avanzar el FSD de Tesla. Sin embargo, la compañía no explicitó esto en ningún momento del vídeo y tampoco lo hico Elon Musk en una de sus publicaciones en Twitter, donde acompañó al vídeo con las siguientes palabras: "Tesla conduce solo (sin intervención humana en absoluto) a través de calles urbanas hasta la autopista, a continuación, encuentra un lugar de estacionamiento", según recogen en Reuters.
El problema para Tesla es que, en 2016, el coche no podía cumplir las expectativas generadas con el vídeo... y en 2023 tampoco. De hecho, la compañía ha sido señalada en reiteradas ocasiones por organismos estadounidenses como el IIHS y la NHTSA, quienes aseguran que la venta de sus capacidades pueden reducir la atención que el conductor debe mantener en la carretera. Unas acusaciones de las que el propio Elon Musk se ha reído.
Desde que se dieran los primeros accidentes de Tesla con sus sistemas Autopilot y FSD activados, la compañía ha reiterado que éstos no deben ser tomados como sistemas de conducción completamente autónoma. Lo que también avisan en su propia página web. Para que esto fuera posible, Tesla necesitaría que su coche fuera calificado, al menos, como un vehículo autónomo de nivel 3, algo que hasta ahora no ha sucedido.
Por el momento, Tesla ha estado en el ojo del huracán por sus frenazos fantasma y el uso de sus propios usuarios como beta testers. Pero también es cierto que ha recibido premios y que, como comprobamos durante la prueba del Tesla Model Y, tiene uno de los sistemas de asistencia a la conducción más avanzados.
Eso sí, su Autopilot y su FSD son eso: sistemas de asistencia a la conducción. Y Tesla tiene un problema con esta definición pues no termina de dar el salto definitivo para que el pasajero pueda desentenderse por completo de la conducción. Algo que Elon Musk lleva tiempo prometiendo y que ha reiterado con la posibilidad de lanzar al mercado un futuro robotaxi completamente autónomo.
Foto | Tesla
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