Tesla tiene un objetivo en mente: alcanzar los dos millones de vehículos producidos a finales de 2023. O, al menos, acercarse lo máximo posible a esta cifra. Las promesas, para 2030, son mucho más grandilocuentes y parecen mucho más complicadas de cumplir: fabricar 20 millones de coches eléctricos.
Pero, de momento, los números dicen que Tesla crece. Y crece a un ritmo endemoniado. En 2022 ya se convirtió en el fabricante con mayores beneficios de Estados Unidos y consiguió doblar sus ganancias, situándolas por encima de los 12.500 millones de dólares. No es casual que en el último año se haya puesto en marcha Giga Berlín, se haya confirmado una nueva planta en México y, ahora, otra en Shanghái.
La última noticia la confirmó el domingo nueve de abril la propia compañía: Nuestra próxima megafactoría estará en Shanghái. Podrá producir 10.000 megapacks cada año, se podía leer en el tweet con el que la compañía hizo público el anuncio oficial.
Baterías... más allá del coche eléctrico
Tesla tiene en el coche eléctrico su principal valor pero también utiliza su conocimiento en la producción de baterías para diversificar su negocio. Esta megafactoría será la segunda que ponga en marcha la compañía, después de la que tiene en California.
Sus megapacks son enormes acumuladores de energía eléctrica que, según Elon Musk, permiten dar soporte a la demanda eléctrica de 3.600 viviendas durante una hora. En Bloomberg recogían que, en 2020, en el mundo había instalados acumuladores capaces de 9,3 gigavatios-hora pero la Agencia Internacional de la Energía calcula que esta cifra aumentará hasta los 150 gigavatios-hora en 2026.
Tesla ha presionado en los últimos meses para dar salida a este tipo de negocio. Durante el Tesla Investor Day se habló de la necesidad de reducir costes en la producción de nuevos vehículos para seguir explotando la mina de los huevos de oro: sus coches eléctricos. Pero, además, también se puso encima de la mesa su Nuevo Plan Maestro, con el que Elon Musk asegura poder convertir la Tierra en un planea sostenible.
En estas líneas maestras del, sí, Plan Maestro, el futuro se asentaba sobre la producción de energía mediante fuentes renovables y acumuladores de energía que den soporte cuando la demanda eléctrica supere la producción de la misma. Según las cuentas de Musk, el almacenamiento estacionario de energía eléctrica debería aumentar en 46.200 gigavatios-hora durante los próximos 20 años.
La decisión de Tesla llega justo en un momento de tensas relaciones entre China y Estados Unidos que, además, pelean por atraer inversiones relacionadas con los vehículos y otros productos relacionados con la energía eléctrica. El país asiático, sin embargo, sigue siendo el mercado más importante para la empresa estadounidense y Elon Musk se ha mostrado favorable a seguir produciendo allí, o con socios del país, mientras que otras tecnológicas se están replanteando su inversión en China.
En Xataka | Tesla se encuentra en una situación que nunca ha vivido. Y la está afrontando como juró no hacerlo
Foto | Tesla
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