Las grúas llevaban décadas transportando coches prácticamente igual. Hasta que llegó el coche eléctrico

  • El coche eléctrico está obligando a que reciclemos nuestros conocimientos sobre el automóvil

  • Sus averías y accidentes obligan a poner en marcha nuevos protocolos de actuación

Grua
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El coche eléctrico está obligando a que aprendamos a marchas forzadas. Buena parte de los conductores no tienen claro de qué hablamos cuando nos referimos a los kW de potencia que soporta un coche o a los kWh de la capacidad de su batería. Tampoco de las diferencias entre la carga con corriente alterna o corriente continua.

Y es lógico porque, si no lo utilizamos en nuestro día a día, es fácil que muchos conductores todavía no hayan prestado especial atención a estos problemas.

Más problemático es cuando los profesionales todavía tienen dudas de cómo se debe enfrentar a un vehículo eléctrico. Cómo se debe actuar en caso de accidente o, en este caso, si tenemos que remolcarlo.

Ante estudios que aseguran que el coche eléctrico es más peligroso y otros que rechazan esta posibilidad (frente a los modelos de gasolina), lo cierto es que buena parte de los empleados que hasta ahora trabajan con automóviles de combustión todavía tienen que aprender todos los cambios que llegan con los coches eléctricos.

Lo veíamos hace solo unos días con las dos demandas que enfrenta Volkswagen por el incendio de un coche eléctrico en 2022 y el posterior hundimiento de todo un barco con 4.000 unidades de vehículos de lujo en las bodegas. Desde la naviera y las aseguradoras alegan que la compañía no dio la formación necesaria a los trabajadores para que éstos atendieran la emergencia de la mejor manera.

Y eso mismo es lo que señalan algunos gruístas.

El coche eléctrico y cómo atender una asistencia en carretera

Hace unos meses, desde la Alianza Nacional de Auxilio en Carretera lanzaron el aviso de que multitud de profesionales no sabe cómo operar ante un coche eléctrico accidentado o averiado en caso de una asistencia en carretera.

En su comunicado aseguraban que los trabajadores no tienen la formación suficiente para atender a un coche eléctrico accidentado y que eso produce una sensación de indefensión entre los trabajadores, ya que un cortocircuito en la batería puede acabar provocando un incendio que los gruístas no tienen claro cómo sofocar.

Pedían entonces a las aseguradoras que dieran la formación suficiente a los trabajadores peor también los equipos de protección individual correspondientes para limitar los riesgos. Unas reclamaciones que, finalmente, terminaron forzando a una reunión entre esta asociación y la Unión Española de Entidades Aseguradoras y Reaseguradoras (Unespa).

Los gruístas recalcaban, además, que los coches eléctricos son muy difíciles de manipular en caso de avería pues el vehículo corta toda la corriente eléctrica del mismo y tienen un verdadero problema a la hora de subirlo a la grúa pues el coche queda completamente inmovilizado y, para ello, se necesitan unas herramientas que no todas las empresas tienen.

En caso de accidente, "lo tengo claro, lo primero es llamar a los bomberos para que confirmen que no hay ningún riesgo con las baterías"

Preguntado sobre todos estos, Arturo Miguel Rojo, responsable del área de mecánica de RACE, nos confirma todos estos aspectos pero también quita cierto hierro al asunto. "Nosotros trabajamos con empresas que tienen un volumen suficiente para trabajar en exclusiva para RACE o bien trabajan con otras compañías. En cualquiera de los dos casos, tenemos un curso de concienciación sobre el vehículo eléctrico para saber cómo actuar".

"En caso de accidente, no tengo dudas, lo primero es llamar a los bomberos para que certifiquen que el vehículo se encuentra en condiciones de ser subido a la grúa. Puede haber elementos de alta tensión que estén dañados y es importante que lo compruebe un experto. También que, en caso de sacar de allí el vehículo, luego se mantenga en un espacio abierto y aireado, nos recalca.

Sin embargo, quita hierro a cómo se deben tratar las averías y considera que, en parte, los trabajadores deben reciclarse y que estamos viviendo un punto de inflexión. "Además del curso, nosotros también ofrecemos asistencia en remoto a los trabajadores de las grúas para saber como actuar con garantías".

Lo más importante, nos explica, es que el vehículo se desplace en una plataforma completamente horizontal. "Es importante que el coche no arrastre las ruedas en ningún caso. Si hacemos rodar el vehículo, estaremos generando electricidad como en una dinamo, por lo que podemos provocar una avería mayor al automóvil. Antes, hay que comprobar que el coche puede moverse, si está bloqueado, hay que quitar el freno de mano eléctrico, que suele tener un modo mecánico para desbloquearlo".

¿En caso de que el coche se encuentre en un aparcamiento? "Para sacar el coche de un garaje con varias plantas, hay que remolcar el coche. Se hace tan despacio que no se provoca un daño al coche y, una vez fuera, sí debe montarse en un vehículo con plataforma horizontal, así no generaremos ningún daño pues en la calle tendríamos que remolcar el coche a mayor velocidad", señala el responsable de RACE. "Incluso aunque el taller se encontrara a 400 metros", recalca.

El miedo, por tanto, a manipular vehículos eléctricos parece lógico en caso de accidente. "Los trabajadores deberían contar con guantes y botas específicos para estos casos", recalca Arturo Miguel, pero en caso de avería la cuestión pasa por una actualización de los empleados.

Imagen | Maxim Hopman y Vetatur Fumare

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