Francia se ha mostrado muy hostil con los coches llegados de China pero abre los brazos a una fábrica
España es otro de los candidatos y vuelve a sonar con fuerza para hacerse con la segunda planta de BYD
Más o menos por estas fechas, en 2023 un rumor empezó a correr Europa: BYD buscaba fábrica en nuestro continente. La compañía china buscaba terreno para producir sus propios vehículos en suelo europeo y España era una de las candidatas ideales.
Nuestro país hace tiempo que muestra interés por el coche eléctrico aunque, de momento, la mayor parte de los avances se han quedado en la modernización de antiguas plantas, desde Seat en Martorell a Stellantis en Vigo y Zaragoza, pasando por la llegada de Chery al espacio barcelonés que explotaba Nissan hasta hace no tanto. De momento, el proyecto de Volkswagen y su Gigafábrica de Sagunto es el gran proyecto nacido desde cero.
Aunque el runrún sobre la posible llegada de BYD a suelo español ya sonaba un poco antes, durante la presentación de la compañía con sus tres primeros modelos, finalmente fue Hungría la elegida. Pero ahora, los rumores vuelven a crecer. La compañía se mueve y España está entre los países en la terna. No está solo.
España, Francia y una pelea
El interés de los fabricantes por traer modelos eléctricos a España no es casual. La industria del automóvil es una de las más importantes en nuestro país y como hemos comprobado en los últimos años, somos muy competitivos a la hora de producir automóviles.
Los motivos, eso sí, se presentan con dos caras. España es atractivo para los fabricantes porque los precios de la energía son más baratos que en el resto de Europa. El ahorro es considerable y, de hecho, ha sido uno de los motivos que más ha atraído a fabricantes como Volkswagen.
Desde el Gobierno se ha puesto mucho énfasis en los PERTE VEC, dinero llegado desde Europa que ha servido para poner en marcha algunas de las renovaciones antes mencionadas y que ha sido clave (y motivo de discusión) en la factoría de baterías de Volkswagen.
Otro factor que convierte a España en competitiva, y que no tiene una cara tan positiva para los trabajadores, es que la mano de obra es más barata que en otros países vecinos, como Francia. Esto ha sido clave para que Stellantis o Volkswagen hayan traído a nuestro país los modelos más pequeños, aquellos donde el margen de beneficios es más pequeño y con los que es más difícil ganar dinero.
El lado negativo, por supuesto, no solo es el dinero. Además, el tipo de trabajador que se requiere para ensamblar los vehículos está tendiendo a reducirse con la transición al coche eléctrico y nuestra mano de obra puede estar quedándose obsoleta.
A todo lo anterior hay que añadir las facilidades en la distribución y la logística que ofrece España a los fabricantes, con enormes puertos en Galicia y Barcelona que empiezan a ser usados como puerta de entrada tanto para el material necesario en las fábricas como para el desembarco de automóviles que, posteriormente, son distribuidos por Europa.
Todo esto vuelve a poner en el foco a España, como candidato a una segunda planta de BYD en suelo europeo. Una segunda planta que la propia Stella Li, Vicepresidenta de BYD, ha confirmado en recientes declaraciones a periodistas españoles y que ha recogido El Mundo.
Terminaremos la fábrica de Hungría y empezaremos la producción a final de año. Antes de 2025 anunciaremos también tres o cuatro fábricas más en diferentes regiones y llevaremos la tecnología a nivel local. Eso significa que instalaremos centros de diseño y de I+D en diferentes regiones, incluida Europa
Desde entonces, los rumores de una llegada de BYD a España han ido creciendo. Pero nuestro país no es el único "gran candidato" a recibir la planta de la compañía china. Francia también pone ojitos a la inversión del fabricante chino, después de haber levantado trabas a la venta de automóviles eléctricos chinos sacándoles de las ayudas públicas a la compra.
Lo que llevan tiempo defendiendo en Francia es que China hace dumping en la industria del motor y están compitiendo en condiciones más ventajosas contra los fabricantes europeos. Para "compensar" esta supuesta ventaja competitiva han creado unas ayudas a la compra que deja fuera a todos los coches eléctricos traídos de fuera de Occidente, alegando que su huella de carbono es muy superior a los vehículos fabricados en Europa.
El primero en mostrar entusiasmo por una posible fábrica francesa de BYD ha sido uno de los miembros de su gobierno. "Francia acoge con satisfacción todos los proyectos industriales. BYD y la industria automovilística china son muy bienvenidos en Francia", ha asegurado Bruno Le Maire, ministro de Economía, Finanzas y Soberanía Industrial y Digital de Francia.
Las declaraciones coinciden con la visita de Xi Jinping, presidente de China, en su primera visita a Europa en cinco años. En ella, ha elegido a Francia como el primer destino de su ronda de visitas.
Hay que tener en cuenta que los planes de BYD para Europa parecen contar con mucha fuerza. El año pasado ya se convirtieron en la marca que más vehículos eléctricos vendió en todo el mundo y esperan que en su planta de Hungría puedan producir unas 150.000 unidades anuales. Una capacidad que creen poder doblar con una ampliación de la misma, llegado el caso.
Además, la Unión Europea parece decidida a levantar aranceles a las marcas chinas que no produzcan sus vehículos en su suelo, lo que puede estar acelerando la llegada de estas compañías a nuestro continente, con el objetivo de tomar posiciones antes de estas posibles trabas.
Imagen | BYD
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