Cinco, seis, siete y ocho de julio. Llevamos cuatro días aplicando una nueva tasa a los vehículos eléctricos chinos en su entrada a Europa. Esto se produce después de que la Unión Europea esté aplicando los "derechos compensatorios" o los, mal llamados, aranceles a los coches eléctricos chinos.
Esta figura es la utilizada por la Unión Europea para obligar a los fabricantes que producen en China (también a los europeos que fabrican allí sus coches eléctricos de la mano de una joint venture) a elevar el precio de sus productos y dinamitar lo que consideran una ventaja competitiva conseguida a través del respaldo del Estado chino.
Según las investigaciones de la Unión Europea, estos fabricantes venden sus coches a un precio más bajo que la competencia porque cuentan con una red salvadora llegada desde China. Así, pueden moverse en márgenes de beneficio muy bajos o mejores que los de los rivales porque el Estado chino les otorga financiación con créditos blandos, cesión de terrenos para instalar fábricas o ayudas económicas más o menos directas.
No se trata de vender por debajo de coste, pues eso sería dumping. En este caso, la Unión Europea cree que los fabricantes chinos pueden ganar cuota de mercado porque los precios ofrecidos son, sencillamente, más bajos a igualdad de tecnologías.
Una de ellas es BYD, que tendrá que pagar un 17,4% sobre el precio de importación del vehículo como "derecho compensatorio". Este porcentaje se suma al 10% de arancel que ya pagan los fabricantes chinos y, por tanto, hablamos de pagar un 27,4% en sus importaciones. Con todo, está lejos del 37,6% de derecho compensatorio que tendrá que pagar SAIC, sumando un +47,6% en sus importaciones.
BYD, esquivando los "aranceles"
BYD es el mayor fabricante de vehículos "de nueva energía" o vehículos enchufables. Sus coches solo son eléctricos puros o híbridos enchufables, lo que en China consideran "de nueva energía" y contabilizan en una misma categoría.
La historia de la compañía es meteórica. Nació en 1995 como productora de baterías y en 2003 fundan la división de vehículos. Tres años después, en 2006, lanzan su primer coche al mercado y pese a que empezó siendo uno de los mayores fabricantes de coches eléctricos, su impulso se frenó en la década pasada.
En ese momento, Tesla también coge fuerza y empieza a aumentar las ventas. Pese a ello, BYD ha explotado en los últimos años. En 2022, la compañía consiguió ser el principal fabricante de China, superando a Volkswagen, y en 2023 se posicionó, de nuevo, como el mayor productor de coches eléctricos del mundo.
Para consolidar este crecimiento, BYD se ha propuesto aumentar su presencia en Europa. Realmente, la compañía está presente en nuestro continente desde 1998 cuando comenzó a vender sus vehículos en Países Bajos. A España, sin embargo, llegó el año pasado cuando comenzó su andadura con tres modelos en nuestro país. Hoy se pueden encargar hasta seis modelos completamente eléctricos y uno híbrido enchufable.
El despliegue en unos pocos meses da una idea de las intenciones de BYD respecto a Europa. Dotar al mercado de un híbrido enchufable para España deja claro que las intenciones de la firma pasan por aumentar su volumen y seguir ganando espacio en nuestro continente. Para ello, esta tecnología es clave en un país como el nuestro donde los coches eléctricos no terminan de romper la barrera del 5% de la cuota de mercado.
Ampliando las mirada más allá de nuestras fronteras, BYD también se está tomando en serio Europa en el resto de mercados. Para ello, confirmó que la primera planta productora de la compañía se situaría en Hungría, después de haber contemplado España como una posibilidad y un serio candidato a acogerla.
Ahora sabemos que Turquía está a punto de firmar una segunda planta de BYD en "suelo europeo". El país cuenta con un acuerdo comercial especial con la Unión Europea que permite a BYD saltarse los derechos compensatorios y, llegado el caso, un aumento en los aranceles, si la guerra económica entre China y Europa sigue agravándose.
Según Bloomberg, el coste de la fábrica se elevará a 1.000 millones de dólares. Pero el diario económico no sólo señala la ventaja de vender en Europa "saltándose" las barreras impuestas por la Unión.
Hace un mes, Turquía aumentaba los aranceles a los coches eléctricos chinos hasta un 38%, como recogían en BBC, pero Bloomberg recoge que el Gobierno quiere revertir la situación después de conversaciones con China, que habría acercado la posibilidad de que más fabricante se instalaran en su suelo.
En Fortune, además, ponen en el foco que Turquía es un país con 90 millones de habitantes donde el coche eléctrico está creciendo y, de hecho, alcanza el 7,5% de las ventas.
Foto | BYD
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