El transporte de carga en España está empezando a experimentar una transformación importante con la llegada de los megacamiones o los dúo tráiler. Hasta ahora estaban permitidos en toda la geografía salvo en Cataluña, lo cual estaba frenando su implantación.
Con su integración en Cataluña, según explica El País, además de la aprobación a nivel europeo que está en camino, podemos prever una presencia cada vez mayor de estos colosos de la carretera: son camiones que pueden alcanzar los 32 metros de longitud y cargar hasta 72 toneladas.
Por qué es importante. La autorización catalana a los megacamiones son la llave para el impulso de esta figura en el sector logístico nacional, hoy residual: apenas suponen el 0,2% de los camiones que circulan por nuestras carreteras.
Sus defensores argumentan que son esenciales para el manejo eficiente de grandes volúmenes de carga, especialmente en sectores como la automoción o el consumo masivo.
El dilema. Su presencia no despierta un apoyo unánime. Entre sus detractores están las empresas ferroviarias y los movimientos ecologistas, que advierten de las consecuencias negativas de los megacamiones. Concretamente, de favorecer el transporte por carretera en detrimento del ferrocarril.
Argumentan que los megacamiones consumen más combustibles fósiles, generan más emisiones de CO₂ y causan un mayor desgaste en las infraestructuras viarias. Esto último dispararía la factura del mantenimiento vial.
El debate europeo. En Bruselas están considerando permitir la circulación de estos vehículos a través de las fronteras nacionales bajo configuraciones conocidas como Sistemas Modulares Europeos (EMS). Esto podría cambiar de forma radical la logística europea a medio plazo.
La respuesta ferroviaria. Desde este sector, que ya afronta bajo niveles de actividad en España en comparación con otros modos de transporte, ve en los megacamiones una amenaza a una parte de su existencia. Empresas del sector y asociaciones ferroviarias abogan por políticas que fomenten este tipo de transporte para alinearse con los objetivos de descarbonización de la Unión Europea.
Los megacamiones suponen una innovación significativa para el transporte de carga por carretera, sobre todo en términos de eficiencia, pero su adopción plantea desafíos en términos ambientales y de sostenibilidad, así como una incógnita sobre el futuro del transporte ferroviario.
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