Desde hace casi una década, en España se emite un programa de telerrealidad llamado El Jefe Infiltrado. El programa da exactamente lo que promete con el título: el jefe de una empresa se hace pasar por un trabajador para conocer cómo funciona ésta, cuáles son los problemas que se observan desde dentro, las inquietudes de los trabajadores... un, supuesto, acercamiento a lo que vive un empleado raso.
Sin cámaras, pero con un periodista y una grabadora delante, Dara Khosrowshahi, CEO de Uber, ha contado su propia experiencia a The Wall Street Journal. En una entrevista al diario ha confirmado durante meses se ha hecho pasar por un conductor más de la compañía para conocer de primera mano las incomodidades que se encuentran sus trabajadores en el día a día.
Proyecto Boomerang
Según ha contado Khosrowshahi, el experimento se puso sobre la mesa a raíz de la pandemia de coronavirus. Hasta entonces, la compañía no había tenido problemas de mano de obra pero con la llegada del Covid-19 parecían faltar manos al volante. Para comprender por qué la empresa tenía dificultades para encontrar nuevos trabajadores, se estudió la posibilidad de vivir en primera persona cómo trabajaba un conductor de la compañía.
La prueba se denominó Proyecto Boomerang y se trataba de que Dara Khosrowshahi comprobara de primera mano si era cierto todo aquello de lo que se quejaban los empleados y que, al parecer, estaba complicando la contratación de nuevos conductores. Subido a bordo de un Tesla Model Y de segunda mano, Khosrowshahi asegura haber estado durante meses realizando viajes por San Francisco.
Durante ese tiempo, dice haber comprobado las complicaciones para darse de alta en la plataforma y, sobre todo, para mantener un nivel alto de satisfacción dentro de la compañía, con la propia aplicación de Uber castigándole por rechazar algunos viajes. Al estrés provocado por esta situación tuvo que sumar el de recibir las quejas de los propios usuarios en la plataforma.
"Creo que la industria en su conjunto, hasta cierto punto, ha dado por sentado que tendría conductores", señalaba Khosrowshahi. La experiencia ha confirmado que debían "reexaminar cada una de las suposiciones que hemos hecho", después de que Uber tuviera problemas para encontrar nuevos trabajadores.
La compañía no solo está teniendo problemas en San Francisco. En España, las compañías de VTC también están buscando empleados desesperadamente. Las condiciones de trabajo han vuelto a estar en el punto de mira, lo que ha llevado a Uber o Cabify a tener que mejorar sus ofertas y hasta premiar a los trabajadores por atraer a nuevos empleados a la compañía.
En el punto de mira
El Proyecto Boomerang no es la primera toma de contacto que Dara Khosrowshahi tiene con sus empleado rasos. En 2021 quiso sentirse un rider más de Uber Eats trabajando en San Francisco, pero el experimento no terminó con una mirada tan autocrítica.
En aquel experimento, Khosrowshahi intentó vender una imagen amable del trabajo como repartidor de comida. Aseguró que en total había ganado más de 100 dólares al final del día y que esta cantidad la había sumado con poco más de tres horas conectado a la aplicación. Decía que un rider de Uber Eats podía ganar más de 30 dólares al día, lo que levantó una gran polémica.
La experiencia, publicada en redes sociales por el propio Khosrowshahi, fue contestada por diferentes trabajadores de Uber Eats, quienes alegaron gastos como el mantenimiento de sus vehículos, las dificultades para cumplir con los tiempos esperados por la aplicación o lo lejos que estaba la experiencia del CEO de Uber de asemejarse a quienes tenían que transportar una pizza familiar en una bicicleta durante una tormenta de nieve.
Pero la compañía no sólo ha encontrado en las condiciones de sus trabajadores los problemas. El año pasado, The Guardian desvelaba una filtración de correos que demostraban cómo algunos directivos de Uber continuaban con la expansión de la compañía a sabiendas de que eran ilegales en algunos mercados.
En los correos electrónicos se aludía a presiones políticas para favorecer a sus servicios e, incluso, se alentaba a que los conductores siguieran trabajando cuando las protestas de los taxistas terminaban por agredir a los conductores de la compañía o emprendían acciones violentas contra los vehículos. Dejaban entrever que esas imágenes favorecían a la compañía de transporte de pasajeros.
En Xataka | Uber aspiraba a romper el mercado de la logística (hasta que se dio de bruces con la realidad)
Foto | Alexandre Boucher
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