China quiere reinventar el tranvía quitando la catenaria, las vías y hasta el conductor. Y no es algo nuevo

China parece estar obsesionada con el tren. Hace unos meses nos hicimos eco de los avances que estaban experimentando en sus trenes bala que, próximamente, viajarán sin conductor. Pero no es el único avance que se ha experimentado en los últimos años. Monorraíles, tranvías sin catenarias y hasta coches sobre vías imantadas. Todo vale en China.

Más allá de los trenes bala, la congestión del tráfico terrestre en China sigue siendo un problema. Una de esas ideas alocadas la conocemos desde este mes de septiembre, cuando unos investigadores han intentado que los coches viajen a altas velocidades utilizando un sistema de levitación magnética.

El año pasado, el país asiático nos confirmó que el monorraíl podía ser una solución a los atascos: llevar el tráfico por el aire en lugar de la tierra para evitar las congestiones. Ahora, el tranvía que no es un tranvía quiere hacerse un hueco en sus carreteras. Un sistema que bebe de soluciones que ya se han puesto en marcha.

Un tranvía que tiene muy poco de tranvía

Lo sorprendente de este tranvía es que no tiene vías, no tiene catenaria y, por tener, podría ni tener conductor. De momento, eso sí, en las pruebas cuenta con una persona a los mandos para salvar los posibles incidentes que puedan ocurrir.

Tal y como recogen en Motorpasión, en la ciudad de Xianyang, en la provincia de Shaanx, están probando el que será lo que ellos llaman Autonomous Rail Rapid Transit (ART). O, lo que es lo mismo, una especie de tranvía con ruedas que circula por la calzada y que se mueve de forma autónoma.

En el fondo es una especie de autobús con forma de tranvía que puede trasladar a un máximo de 500 personas en cinco vagones (de momento están probando con tres vagones y un máximo de 300 personas en 32 metros) que recorre un trayecto delimitado por las líneas de la carretera en sentido de ida y vuelta, por lo que en ambos extremos tiene una cabina para el piloto.

Este piloto sólo supervisa el comportamiento del vehículo y toma los mandos cuando es necesario para salvar un imprevisto. Sin embargo, el tranvía hace una lectura de las líneas de la carretera para circular de forma autónoma y, teniendo un carril exclusivo para su espacio, no debería ser un problema los atascos.

La gran ventaja de esta solución es que se utiliza una infraestructura que ya está hecha y sólo se necesita segregar el carril dedicado para el pseudotranvía y repintar las líneas de la carretera. Una especie de urbanismo táctico que puede tener mucho sentido para descongestionar un espacio con opciones más rápidas de transporte.

La solución, sin ser ideal, se parece mucho a lo que ya se utiliza en otras ciudades, como Brisbane en Australia, que cuentan con viaductos exclusivos para que los autobuses circulen por ellos. Son espacios por los que sólo pueden circular este tipo de vehículos. Incluso esta especie de tranvía ya funciona desde 2017 en Zhuzhou.

Con un aparato menos flexible como este tranvía con ruedas, parece que puede quedar reservado a cubrir grandes avenidas en línea recta. Pese a ello, en Motorpasión también recogen dos de sus problemas principales. El primero es que la autonomía de este vehículo es, de momento, escasa, pues apenas puede recorrer 40 kilómetros.

El segundo es que es muy probable que el carril por el que circula necesite de un refuerzo estructural para evitar que el asfalto se pliegue a su paso, pues realiza el mismo trayecto una y otra vez sin apenas cambios en su pisada.

Foto | Wikipedia

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