Decidieron apostar por el coche eléctrico y, en estos momentos, son el mayor mercado del mundo. Si hablamos de motos eléctricas, la fotografía no es muy distinta. China vuelve a liderar con mano firme. Sin embargo, la inmensa mayoría de motocicletas eléctricas que hemos visto hasta ahora han estado enfocadas al uso urbano.
Aunque la industria empieza a mostrar un interés más o menos serio por este tipo de motocicletas, en Xataka hace años que se viene explicando que la apuesta está siendo mucho menos seria que en la industria automotriz. Quizás por la mayor flexibilidad que se ha mostrado desde las políticas europeas y en las restricciones circulatorias en el centro de las ciudades.
Las scooter eléctricas son, sin duda, el tipo de moto preferida hasta ahora. El rendimiento de las baterías hace que, de momento, la ciudad sean su hábitat natural, pues los recorridos son cortos y permite tener un enchufe siempre a mano. Explicaba mi compañero Ricardo Aguilar que, sin duda, es uno de los grandes retos a solventar.
Si una scooter eléctrica se queda en 140 kilómetros de autonomía cuando prometía 200 kilómetros, no es un problema insalvable, pues siempre habrá a mano un punto de recarga. Pero sí es mucho más problemático cuando la potencia crece y la autonomía se reduce. Especialmente si somos ligeros con el puño.
Esto deja a motos como la Kawasaki e-1 en una situación complicada, con 72 kilómetros de autonomía y un concepto de motocicleta que invita a pensar que, en realidad, serán menos. Una Zero SR/S, sobre el papel, ofrece una mayor autonomía pero se queda en 187 kilómetros homologados en autopista. Es evidente que en un puerto de montaña, este colchón será bastante menos holgado.
Pero hay un tipo de motocicleta que podría ser muy aprovechable en formato eléctrico y donde la autonomía tiene menos importancia. Un tipo de moto donde China quiere volver a sacarle los colores a los europeos y japoneses: las motos más deportivas.
Una moto muy deportiva, china, eléctrica y que promete
La cuestión es que la moto eléctrica deportiva tiene, por tanto, dos problemas graves. El primero es que, de momento, son muy caras con precios que alcanzan los 20.000 euros en el caso de las Zero. Y, el segundo, es que su autonomía es pobre.
Con la segunda variable es más difícil jugar pues se necesitarán baterías más densas que, es de esperar, serán más caras. Pero con lo primero sí hay amplio margen de mejora. Y en CFMoto quieren aplicar la fórmula más sencilla: reconvertir una moto deportiva de combustión en una eléctrica.
Como han mostrado con algunas patentes, CFMoto está pensando en ofrecer la CFMoto 450SR S en formato eléctrico. Recogen en Motorpasión Moto que la solución es tan evidente que es raro que otros gigantes nipones o europeos no se hayan atrevido con ello. Se trata de utilizar el mismo chasis y "vaciarlo" del motor de combustión para situar el motor eléctrico y la batería.
Con esta decisión CFMoto consigue compartir la mayor parte de los componentes y el desarrollo a la hora de ensamblar las dos motocicletas. Esto le permite ahorrar costes y abaratar sensiblemente la moto. El proyecto parece que partirá con una moto pequeña pero deja entrever que la idea es escalable.
Y puede tener mucho sentido en una motocicleta deportiva para hacer tandas en un circuito. Si se dispone de enchufe, un circuito es un lugar perfecto para disfrutar de una motocicleta eléctrica pues se puede sentir todas las ventajas de la tecnología y, al mismo tiempo, disponer de un espacio donde poner la moto a punto en poco tiempo mientras el piloto se toma un respiro.
Queda por ver si Moto E consigue empujar este tipo de motocicletas y, sobre todo, su desarrollo para conseguir bestias que sean tan disfrutables como las de combustión. Aunque tengamos que renunciar a su sonido.
En Xataka | Un año y 30.000 km en moto eléctrica, mi experiencia
Foto | CFMoto
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