En los últimos años se ha asumido casi con resignación que los propios usuarios se conviertan en probadores de productos de lanzamiento. Especialmente en los sectores tecnológicos, con productos que se afinan con actualizaciones periódicas. Y el sector de la automoción no es menos. Al menos para Tesla.
Pagar por la prueba. Uno de los últimos grandes escándalos, por ejemplo, fue el lanzamiento de Cyberpunk 2077. Un juego que llegó con tal cantidad de errores que provocó su salida de la tienda online de Sony y hasta una campaña de devoluciones. Los primeros usuarios en hacerse con el juego sólo podían resignarse y esperar que futuras actualizaciones arreglaran el problema. ¿Estaban o no estaban pagando por ser auténticos probadores de un videojuego que a todas luces estaba sin terminar?
El caso Tesla. Vendido como una opción exclusiva, podemos decir que Tesla hace lo mismo en las calles con una suscripción mensual de 199 dólares para tener acceso al Full Self-Driving (FSD, por sus siglas en inglés), un sistema semiautónomo de nivel dos que apenas necesita de la intervención humana para que el vehículo llegue a su destino, tanto en zonas urbanas como en carreteras abiertas.
Seeing some issues with 10.3, so rolling back to 10.2 temporarily.
— Elon Musk (@elonmusk) October 24, 2021
Please note, this is to be expected with beta software. It is impossible to test all hardware configs in all conditions with internal QA, hence public beta.
Las actualizaciones. Con cada nueva actualización del Autopilot, Tesla pone a disposición de algunos conductores versiones Beta y utiliza sus datos para obtener reportes de cómo está funcionando el sistema. De hecho, el propio Elon Musk recoge en Twitter los pasos que se están dando con cada nuevo lanzamiento y ante fallos en las nuevas actualizaciones se defiende asegurando que "es imposible probar todas las configuraciones de hardware en todas las condiciones con control de calidad interno".
Todo un movimiento. Que tener auténticos probadores en la calle le está funcionando a Tesla es un hecho. No es difícil encontrar vídeos en Youtube, reacciones en Twitter e hilos en Reddit en el que los conductores se graban utilizando las nuevas actualizaciones, muestran sus resultados y discuten sobre el funcionamiento de las últimas novedades.
En uno de los hilos de Reddit, un usuario señala que durante la prueba de la Beta 10.11 de FSD sólo tuvo que realizar una intervención en un viaje de alrededor de un cuarto de hora y expone el comportamiento del vehículo en malas condiciones meteorológicas o con señalizaciones defectuosas en el suelo. Otro usuario le contesta haciendo mención a sus malos resultados cuando las líneas del suelo no son claras, reportando frenazos repentinos.
Además, en algunos artículos, como este de Vice, se pone en duda la objetividad de los vídeos publicados, señalando a contratos de confidencialidad y a que los probadores son auténticos fanáticos de la marca, lo que puede poner en duda la fiabilidad de los vídeos.
Todos formamos parte de la prueba. Comprar un videojuego o cualquier otro producto tecnológico de salida afecta única y exclusivamente a su dueño, lo que lo convierte en una decisión individual donde cada uno tiene que valorar si le merece o no la pena formar parte de esta fase de pruebas no contemplada oficialmente.
Pero en el caso de Tesla hace tiempo que se viene alertando de un problema. Utilizar una versión beta del FSD convierte en probadores a los peatones o cualquier otro agente del tráfico que se mueva junto al coche. Sin su consentimiento y arriesgándose a un atropello o accidente si el conductor no actúa adecuadamente. Es una fina línea en la que Tesla se cubre las espaldas.
"Estas características están diseñadas para ser más capaces con el tiempo; sin embargo, las funciones habilitadas actualmente no hacen que el vehículo sea autónomo. Las características habilitadas actualmente requieren un conductor totalmente atento, que tenga las manos en el volante y esté preparado para tomar el control en cualquier momento", destaca Tesla en su página web.
En el punto de mira. Para probadores o no, lo cierto es que estas betas de FSD se ponen en la calle paulatinamente y cuantos más usuarios tengan acceso a ellas, más probable es que se encuentren fallos. Es lo que ha sucedido con sus "frenazos fantasma", que ha provocado la apertura de una investigación por parte de la NHTSA (Administración Nacional de Seguridad del Tráfico en las Carreteras, por sus siglas en inglés). Hasta 107 denuncias en tres meses se registraron por malas lecturas de supuestos obstáculos en la carretera que provocan inesperados frenazos.
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