El futuro Alpine A290 promete ser mucho más pequeño que el actual A110 pero, también, 300 kg más pesado
Lotus ha diluido parte de su atractivo con el Eletre y Mazda busca fórmulas alternativas para no acabar igual
Son tiempos raros para los amantes de los coches deportivos. Quienes no quieren despegarse de los vehículos de combustión tienen un horizonte complicado por delante. Europa está forzando a los fabricantes a pasarse al coche eléctrico y las grandes ciudades quieren sacar de sus calles a los vehículos más contaminantes.
¿Te gusta la potencia bruta? Te gustará el eléctrico. Buena parte de las firmas han querido convencer al amante del vehículo deportivo con una fórmula muy sencilla: si eres de los que le gusta la aceleración sin límites, aquí tienes un chorro de potencia (contados por cientos de caballos, si hace falta).
Pero si prefieres la agilidad, el coche pequeño y liviano, tenemos una muy mala noticia: no hay uno eléctrico a la vista. El último en confirmarlo es el futuro Alpine A290, la versión más deportiva y prestacional del Renault R5 eléctrico.
Eléctrico y liviano no entran en la misma frase
En los últimos meses hemos hablado de sorprendentes cifras de sobrepeso en los coches eléctricos. El Tesla Cybertruck es el caso más reciente pero, de momento, lo dejaremos a un lado pues no está nada claro que llegue a Europa. Sí veremos en nuestro continente los nuevos Volvo EX90 o Polestar 3, coches que se acercan peligrosamente a las tres toneladas de peso.
La tendencia choca directamente con las intenciones de las políticas europeas, que hablan incluso de imponer un nuevo carné de conducir para todos aquellos coches que superen las 1,8 toneladas. Eso, en los coches eléctricos, haría que la inmensa mayoría de lo ofertado en el mercado necesitara de esta licencia adicional.
Y es que los coches eléctrico, por pequeños que sean, siguen dejándonos cifras de peso para reflexionar. El último de ellos, como decíamos, ha sido el Alpine A290. Los primeros detalles de la versión más deportiva del Renault R5 eléctrico ya han llegado a la prensa y en medios franceses como L'Automobile se echaban las manos a la cabeza.
El nuevo deportivo eléctrico francés medirá 3,99 metros de largo y 1,82 metros de ancho. Pero sobre todo sorprende por su peso: 1.500 kg. Puede no parecer mucho visto lo visto pero hablamos de un coche que debería contar con una batería de entre 40 y 52 kWh de tamaño, pues son los datos que se manejan para el próximo Renault R5 eléctrico.
Hablamos de un coche que medirá casi 20 centímetros menos que el actual Alpine A110, con potencias que aún no han sido desveladas (esto no debería ser problema en un eléctrico) pero que pesará algo más de 300 kg más que el actual deportivo francés. Es un verdadero problema para un coche pensado para disfrutar en una carretera de curvas y cuya marca siempre ha apostado por lanzar al mercado los coches más livianos posibles, incluso sacrificando potencia.
Con una batería de ese tamaño, el gran problema para el Alpine A290 lo encontrará quien busque disfrutar de un buen tramo de montaña, pues se puede encontrar con autonomías de entre 150 y 200 kilómetros a un ritmo fuerte y en el mejor de los casos. Necesitaría tener siempre cerca un enchufe para poner la batería a tono antes y después de emprender la marcha.
En contra de nuestros principios
El problema, además de esta evidente limitación, es que los vehículos de mayor tamaño y autonomía también ven multiplicado su peso. Esto para fabricantes como Alpine es un verdadero problema, pues en la marca siempre se ha tratado de priorizar el disfrute de conducir un coche liviano aunque no fuera el más potente.
No es la única firma. Lotus no ha dado un peso oficial para el Eletre pero debería diferenciarse muy poco del Volvo EX90, con el que comparte tecnología y tamaño de la batería. Ambos ofrecerán enormes acumuladores de energía de más de 100 kWh y estarán entre las más grandes del mercado. En el caso del Lotus no sabemos todavía el peso pero el Volvo se moverá por encima de los 2.800 kg.
El Lotus Emira, su último vehículo de combustión, pesaba poco más de 1.500 kg en su versión de 366 CV. Eso sí, ni era un SUV, ni medía más de cinco metros ni, por supuesto, es eléctrico. Porque ese es el verdadero problema: en estos momentos es imposible crear un coche de menos de cuatro metros y medio, deportivo y eléctrico que se acerque a ese peso. Al menos con una batería que garantice su funcionalidad.
Y en la misma situación se encuentra Mazda. La firma japonesa es extremadamente recelosa con el coche eléctrico. Hace tiempo ya avisaron de que la producción de coches eléctricos con baterías enormes "no es sostenible" y por ello apuestan por un eléctrico de autonomía extendida, como presentaron en el último Salón del Automóvil de Tokio.
Allí, su Mazda Iconic SP atrapó miradas con su concepto de híbrido en serie y enchufable. Es decir, el coche tiene una batería de un tamaño suficiente para hacer en modo eléctrico unas decenas de kilómetros pero llega acompañado de un motor rotativo que actúa de generador aprovechando la gasolina para generar electricidad.
El concepto es una idea especialmente interesante para los deportivos pequeños. De esta manera, el usuario puede garantizarse la movilidad en el entorno urbano en modo eléctrico y aprovechar las virtudes del motor rotativo disfrutando en una carretera de montaña. Es, incluso, compatible con un futuro donde las ciudades obliguen a los conductores a moverse en modo completamente eléctrico dentro de los núcleos poblacionales.
Los nipones aseguraban que este concepto era capaz de generar 370 CV de potencia al tiempo que limitaban su peso a 1.430 kg de peso. La configuración es sensiblemente superior al actual MX-5, que en su versión más potente se mueve en menos de 1.200 kg pero que cuenta con un motor de 184 CV. Este prototipo está a medio camino entre el descapotable de Mazda y el Mazda RX-8, un deportivo de mayor tamaño, que se llegó a vender con 231 CV y que pesaba casi lo mismo, dejando la báscula en 1.425 kg.
Optar por un coche completamente eléctrico con una batería de gran tamaño, con el peso que ello conlleva, es un importante lastre para Mazda, como lo es para Lotus y Alpine, cuya identidad empieza a estar diluida con la llegada del coche eléctrico.
Foto | Alpine y Lotus
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