Ante el coche eléctrico, dos bandos se han posicionado: los que quieren abaratar su precio y los que confían en vender menos pero por mucho más dinero. La duda es si los segundos conseguirán imponerse en un mercado donde Tesla y los fabricantes chinos empiezan a ganar fuerza.
El año ha comenzado con una batalla para rebajar los precios de los coches eléctricos. Una guerra que comenzó en China y que estaba soterrada a ojos del cliente occidental de este tipo de vehículos, pensando que los descuentos de finales de 2022 en el país asiático eran propios de la idiosincrasia de un mercado muy particular.
De China se saltó a Estados Unidos, con una importante rebaja de precios de Tesla que se ha replicado en Europa y que ha terminado por arrastrar a Ford, tanto en América como en nuestro continente. El movimiento no ha sido contestado por otras grandes firmas, como Volvo, Volkswagen. La duda es si estas empresas están actuando correctamente o, por el contrario, ven el partido como el jugador sancionado que no puede entrar al campo para ayudar a sus compañeros.
"El mercado podría colapsar"
Las declaraciones son de Arnaud Deboeuf, director de fabricación de Stellantis, el pasado verano. El conglomerado automovilístico apuesta claramente por una contracción en los precios de los vehículos y está tomando cartas en el asunto para que así sea. ¿Cómo? Recortando allí donde pueden.
Para hacer el coche eléctrico viable, los dirigentes de Stellantis llevan tiempo avisando que puede ser necesario el cierre de fábricas, con el objetivo de reducir costes drásticamente. Según Carlos Tavares, CEO del grupo, los costes del coche eléctrico son un 40% superiores en estos momentos que un homólogo de combustión, lo que sube el precio y limita el poder de las marcas para hacer campañas de ofertas y descuentos.
En líneas generales, son opiniones que sostiene Volkswagen o Renault. El fabricante alemán ya dejó claro que quería contar con un pequeño eléctrico de 20.000 euros de masas pero, con los costes actuales, le resulta imposible. Lo mismo alega Renault, cuyo CEO, Luca de Meo, apunta a que no hay un horizonte a corto plazo donde los precios de los coches eléctricos y de combustión se emparejen.
Estas opiniones han ido desembocando en una estrategia clara: vender menos pero a un mayor precio. De momento, es un movimiento que le ha dado resultados tanto a Volkswagen como a Mercedes o BMW. El problema es que están sacando un gran rendimiento a los vehículos de combustión a base de encarecer el producto, pero el coche eléctrico sigue siendo un lastre para la mayor parte de ellos.
Buscando cómo rentabilizar el producto
Aunque no hay muchos datos de la rentabilidad de los vehículos eléctricos en lo que a cifras se refiere, sí hay algunos detalles en los que merece la pena detenerse.
En primer lugar, ya hemos hablado de que a Volkswagen o Ford no les merezca la pena lanzar coches eléctricos de 20.000 euros porque no los consideran rentables. Para encontrar un coche eléctrico con estos precios es necesario irse a un Dacia Spring o un MG 4 Electric (con ayudas del Plan MOVES III).
Pero sí hay dos noticias que han brillado por encima de todo el ruido mediático. En agosto de 2021, Ford lanzaba un órdago, había conseguido que su Mustang Mach-E, el primer eléctrico de la marca, fuera rentable. En julio de 2022, la realidad era muy distinta: con cada Ford Mustang Mach-E vendido, el fabricante perdía dinero.
Y todo pese a un aumento en el precio que, en nuestro país, había superado los 16.000 euros en algunas versiones concretas desde su lanzamiento. En agosto de 2022, apenas un mes después del anuncio de Ford, Mercedes tenía otro bien distinto. Su Mercedes EQE es rentable. ¿Cómo? Con una estrategia muy sencilla: de salida, su eléctrico cuesta 18.228 euros más que su homólogo de combustión.
La realidad de los fabricantes europeos es testaruda: la mayoría han conseguido beneficios récord durante los últimos años pero no consiguen rentabilizar un producto que terminará por imponerse en los próximos años, al menos en Europa. Si los planes políticos continúan, no les quedará más remedio que vender coches puramente eléctricos. Y los consumidores piden que bajen los precios.
Tesla tienen las de ganar
Lo peor para los fabricantes tradicionales de vehículos de combustión es que Tesla y China están empujando muy fuerte en materia de precios. Como recoge Izan González en Electrip, la compañía de Elon Musk está en una posición privilegiada: vende mucho, a un coste bajo y con un amplísimo margen de beneficio.
No es ningún secreto que Tesla consigue sacar un enorme rendimiento a sus vehículos. Según Nikkei, Tesla gana seis veces más dinero con sus coches gracias al uso de la Gigapress, una enorme máquina de fundición que le permite simplificar mucho su producción y reducir los costes. El resultado: por cada coche vendido Tesla gana ocho veces más dinero que Toyota.
En Reuters, las cifras son distintas, pero la ventaja de Tesla sigue siendo muy evidente: con cada coche vendido, el margen de beneficios bruto es superior a 15.000 dólares. Aseguran que es el doble de lo que consigue Volkswagen, cuatro veces la conseguida por Toyota y cinco veces la de Ford.
Tesla ha conseguido que el beneficio neto por coche vendido entre el Q4 de 2020 y el Q3 de 2022 creciera de 1.495 dólares a 9.574 dólares. Salvo General Motors (que ha pasado de un beneficio neto por cada coche de 1.344 dólares a 2.150 dólares), Ford (que perdía 2.252 dólares por cada coche vendido y ahora gana 762 dólares) y Hyundai (de 840 dólares a 927 dólares), todos los grandes fabricantes ganan menos dinero que antes.
Según los datos de Reuters, Volkswagen ha pasado de ganar un beneficio unitario de 3.022 dólares a 973 dólares y Toyota ha pasado a ganar 1.197 dólares cuando antes ganaba 2.823 dólares.
Más complicada es la situación para NIO o XPeng. Los fabricantes chinos están demostrando que en Europa tienen un nicho de mercado en el coche eléctrico barato. El MG 4 Electric es el sexto coche eléctrico más vendido en España y en Francia, con una cuota de mercado superior al 13%, ya es el quinto modelo más vendido, superando a un veterano, como es el Renault ZOE.
Sin embargo, en China, Tesla está presionando duramente a sus competidores. La firma de Elon Musk está utilizando sus amplios beneficios para intentar sacar del mercado a sus dos grandes competidores. El resultado es que XPeng rebajó agresivamente sus precios para contestar a Tesla, pues el movimiento de los americanos había provocado un repunte en sus ventas y un descenso en las de la firma asiática. Sin embargo, XPeng ya pierde 11.735 dólares por cada coche vendido, según Reuters. En el caso de NIO, la cifra crece hasta los 19.141 dólares.
De momento, no hay nadie que consiga las cifras de Tesla en costes y beneficios. La inversión en su cadena de producción les ha llevado a conseguir que su margen de beneficios haya pasado del -15% al 15% entre 2017 y 2022. Los rumores apuntan a que una nueva plataforma (más barata) está en marcha. En estos momentos, están en una posición privilegiada.
Foto | Jannis Lucas
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