El cielo de media España se ha teñido de cobre y ha derramado sobre nuestras casas y coches una fina capa de barro del color de la cerámica que puede perjudicar la carrocería y los cristales de los vehículos si no se toman precauciones. En este artículo te damos algunas recomendaciones para evitar que la calima deteriore tu automóvil.
Lo primero que hay que tener en cuenta es que es probable que la calima dure, al menos, un día más, por lo que limpiar a fondo el coche en estos momentos es inútil, a menos que se vaya a guardar por varios días en un garaje. Si, en cambio, se va a utilizar con asiduidad, hay que despejar los cristales con cuidado para tener una buena visibilidad, pero nada más.
Para limpiar los cristales no se deben usar los limpiaparabrisas directamente, ya que la tierra acumulada tanto en este mecanismo como en la luna acabarán rayándola. Y aunque no serán arañazos serios, deteriorarán el vidrio.
Por eso, antes de comenzar a circular es aconsejable rociar todos los cristales y espejos del coche con agua tibia, de arriba hacia abajo para que el propio líquido arrastre la mayor cantidad de arena posible. Acto seguido, se debe pasar un paño suave, preferentemente de microfibra, con mucha suavidad para terminar de lavarlos. También hay que limpiar las escobillas y, en la medida de lo posible, las gomas de las ventanillas con el trapo. Si no se pueden lavar estas últimas, es aconsejable no bajarlas hasta que no se acometa la limpieza a fondo del automóvil.
Cuando pase la tormenta
Una vez pase la tormenta será el momento de acometer una limpieza a fondo del coche para evitar que la acumulación de tierra cause daños permanentes en cristales y carrocería. Lo primero que se debe hacer es dejar que el exterior del vehículo se seque y, después de esto, aplicar aire a presión para tratar de retirar todo el polvo posible. Para esto se pueden usar los compresores de las gasolineras.
A continuación se recomienda utilizar agua a presión para eliminar la arena que se resistió al anterior paso, sin frotar. Una vez concluido esto, se debe utilizar una esponja especial para la limpieza de carrocerías con agua y jabón, o un paño suave de microfibra con los cristales, y frotar la superficie con mucho cuidado hasta que se consiga eliminar todo el polvo.
Por otra parte, no se recomienda meter el coche directamente en el túnel de lavado, ya que los rodillos con cerdas de plástico y algunos tratamientos pueden dañar la carrocería y los cristales si están llenos de arena. Es aconsejable seguir todo el proceso de limpieza manual mencionado con anterioridad y, una vez concluido, pasar por el túnel de lavado si se desea, pero sólo cuando se esté seguro de que todo el polvo ha sido eliminado del exterior del automóvil.
Imagen | Juan Carlos Rojas/AP
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