Alguien se ha propuesto lo que, en estos momentos, es una quimera: plantar cara a China en la producción de baterías. De hecho, tanto Europa como Estados Unidos hace tiempo que tratan de reducir su dependencia con el país asiático pero el control impuesto desde allí es férreo.
Pero, hasta ahora, los esfuerzos se han centrado en aumentar la producción de baterías de iones de litio. Un producto en el que China, que hace años que tomó posiciones, domina con mano de hierro. Incluso busca la manera de seguir ampliando sus fuentes de proveedores en África y empieza a tomar posiciones en Europa.
Cortar lazos con China, por tanto, puede pasar por un producto rupturista, uno que cambie las reglas del juego: las baterías de electrolito sólido. Este tipo de almacenamiento promete ser más seguro y eficiente que las opciones actuales pero, de momento, todo son promesas.
En él, Corea del Sur ve una oportunidad de volver a tomar las riendas. Hasta hace unos años, LG, Samsung o SK On, compañías del país, dominaban el mercado de las baterías pero han visto cómo CATL o BYD les han superado en producción, con compuestos que están íntimamente ligados al coche eléctrico.
Pese a todo, este trío de empresas sigue posicionado entre los cinco mayores fabricantes de estos compuestos a nivel mundial y suministran baterías a una cuarta parte de la industria de vehículos eléctricos. Ahora Corea del Sur se ha propuesto volver a asaltar las primeras posiciones.
15.000 millones de dólares
15.000 millones de dólares para convencerlos a todos. Esta es la cantidad de dinero que invertirá el Gobierno de Corea del Sur para impulsar el desarrollo de baterías de electrolito sólido hasta 2030, en colaboración con las empresas locales. El objetivo es volver a posicionarse como la gran potencia del sector.
"La inversión conjunta permitirá a Corea del Sur comenzar la producción comercial de baterías de estado sólido antes que otros", ha señalado el Ministerio de Industria coreano en un comunicado recogido por Reuters. Sin duda, sería un paso de gigante para superar la barrera de los ansiados 1.000 kilómetros de autonomía para coches eléctricos en condiciones reales.
Por el camino, LG, Samsung y SK On tendrán que levantar plantas donde hacer sus ensayos, de cara a investigar nuevos desarrollos de los productos actuales y, sobre todo, seguir avanzando para conseguir las futuras baterías de estado sólido. Un producto que CATL, sin embargo, dice no ser viable en estos momentos.
El país aspira a que la inversión multiplique su producción. En el anuncio, el Ministerio de Industria coreano puso cifras a los resultados esperados: triplicar sus exportaciones de equipo relacionado con la producción de baterías y cuadriplicar la producción de material catódico para baterías. Las líneas maestras del plan ya venían marcadas desde el año pasado, cuando se apuntó a las baterías, los semiconductores y la inteligencia artificial como tres pilares del futuro económico del país.
Los esfuerzos que Corea del Sur hace por seguir siendo el principal mercado productor de baterías se ejemplifica bien en Pohang, una ciudad de apenas medio millón de habitantes que ha destacado en los últimos años como proveedora de acero y que está pivotando a marchas forzadas para centrarse en la producción de baterías para coches eléctricos, como cuentan en este interesante reportaje de Bloomberg.
En este texto se recogía que Kang Byoungwoo, profesor de una de las universidades de la ciudad y que investiga el desarrollo de baterías, considera que Corea del Sur tiene la capacidad para convertirse en la TSMC de las baterías del coche eléctrico, ahora que los fabricantes europeos buscan reducir su dependencia de China.
En Xataka | La nueva batería de CATL es tan potente que ya no mira a los coches eléctricos: mira a la aviación
Foto | LG
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