Las baterías de los coches duran, de media, alrededor de cinco años. Pero que un coche no arranque por un problema en la batería no quiere decir que ésta esté completamente muerta. En ambos, casos hay algunas soluciones que podemos poner en práctica.
Cuando un coche pasa mucho tiempo sin moverse, una batería puede perder la carga. Esto no supone mucho problema ya que, cuando el coche arranque y vaya haciendo kilómetros, ésta volverá a cargarse y podremos arrancar sin problemas en la próxima ocasión.
Pero además de descargarse, las baterías también mueren. Esto sucede porque los componentes, como cualquier otra pieza del coche, van deteriorándose y, pasado cierto tiempo tenemos que cargarla. El aviso más claro es que al coche le costará cada vez más arrancar. Esto se produce con ese giro de llave que genera un ruido que proviene del motor de arranque pero que no siempre consigue poner en marcha el vehículo.
En verano, con las altas temperaturas, estos problemas se multiplican y si ya teníamos una batería "tocada" es muy posible que con el calor la batería termine por morir del todo.
En cualquiera de los dos casos (batería descargada o muerta) hay opciones con y sin pinzas para arrancar el coche.
Cómo arrancar un coche sin pinzas a mano
Lo más sencillo cuando tenemos un coche con una batería descargada es utilizar las pinzas. Éstas se conectan a nuestra batería y a la de otro vehículo, pasando la corriente necesaria para que la batería descargada recupere la energía suficiente para arrancar.
Una vez puesto en marcha el coche, el paso de los kilómetros irá recargando la batería y podremos viajar con normalidad y hasta mantener la batería de nuestro coche mucho más tiempo. Hay que tener en cuenta que, en este caso, la batería se ha descargado, no se ha estropeado por el paso del tiempo.
Cuando una batería ha muerto, es probable que las pinzas no nos sirvan de mucho. En este caso, hay una manera de arrancar el coche peor hay que tener claro que la energía generada con el movimiento del vehículo sólo servirá para mantener encendido el coche hasta que quitemos el contacto. Cuando apaguemos el vehículo, lo más probable es que no vuelva a arrancar pues la batería apenas habrá conseguido mantener la energía suficiente para ese trayecto.
En este caso, lo más efectivo es arrancar el coche en movimiento.
Lo primero que necesitamos es alguien que nos eche una mano. Necesitaremos llevar el coche sin freno de mano hasta una pendiente, empujándolo. Una vez allí, ponemos el contacto y empujaremos el coche para que coja inercia por sí mismo. Ya en movimiento, trataremos de arrancar pisando embrague y metiendo segunda.
Cuando el coche coja unos 10-15 km/h, soltaremos poco a poco el embrague, con el objetivo de mantener el motor en movimiento y, así, que el vehículo pueda arrancar definitivamente. Eso sí, ten en cuenta que esto no puede hacerlo con vehículos automáticos.
Además, si el coche es diésel, es muy probable que estemos dañando el catalizador. Un arranque como este, excepcional, no debería provocar una avería pero hay que tenerlo en cuenta porque si ya está dañado podemos terminar de romperlo y su sustitución es cara. El precio de esta pieza está entre los 200 y los 700 euros, a los que hay que sumar la mano de obra.
Por último, recuerda que siempre tenemos que actuar en condiciones de seguridad y nunca en carretera abierta. Sin batería, el coche carece de dirección asistida y apenas podremos mover el volante. Tampoco contaremos con asistencia en la frenada y, por tanto, detener el vehículo puede ser complicado y requerir mucha fuerza.
Foto | Daniel @ bestjumpstarterreview.com en Unsplash
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