Cuatro accidentes y un peatón fallecido: Tesla vuelve a estar bajo investigación días después de prometer un robotaxi en 2026

  • Elon Musk asegura que espera tener el visto bueno de los reguladores antes de que termine 2026

  • Ford o Mercedes han dado pasos adelante en sus sistemas pero Tesla está constantemente vigilado

  • Todos los accidentes tienen en común condiciones de baja visibilidad

El pasado 11 de octubre, Tesla presentaba el Cybercab. Su prototipo de robotaxi se dejaba ver en formato de cabina biplaza, sin volante ni pedales y con la promesa de ser tan barato (o más) que el transporte público.

Todo ello se asentaba en una hoja de ruta que parecía lógica. La compañía de Elon Musk lleva años prometiendo la llegada de los robotaxis y en los últimos tiempos ha priorizado el desarrollo de software de sistemas automatizados. Hasta el punto que cabe preguntarse si Tesla quiere seguir siendo una compañía de automóviles o presentarse como una desarrolladora de este tipo de sistemas.

Con el público esperando desde hace tiempo un Tesla Model 2 que, al igual que el Model 3, sea el rival a batir en lo que a precio/autonomía se refiere, Elon Musk ha priorizado esta última pata del negocio. Esto demuestra, en parte, que el abaratamiento del producto no es sencillo y que la compañía se puede estar encontrando con problemas productivos difíciles de solventar.

Invertir más dinero y esfuerzos en el desarrollo de conducción autónoma e inteligencia artificial es algo en lo que viene trabajando Tesla desde hace tiempo, según Bloomberg. Pero, pese a todo, la gran sorpresa del evento no estuvo en el vehículo presentado. Estuvo en las palabras de Elon Musk quien aseguró que tendría listo el visto bueno de los reguladores muy pronto:

Probablemente, bueno, tiendo a ser poco optimista en los plazos, pero en 2026. Antes de 2027, permítanme decirlo así

La promesa de poner sus robotaxis en la calle en dos años choca frontalmente con la experiencia que han vivido Cruise y Waymo en lo que, todavía, son los primeros pasos de un servicio que les ha costado miles de millones de dólares y multitud de tiras y aflojas con los reguladores estadounidenses.

Además, hay que añadir que las leyes estadounidenses sólo permitirían poner a Tesla 2.500 robotaxis en las calles siempre y cuando superara el permiso para operar con ellos y, posteriormente, recibiera el visto bueno para alcanzar esta cifra máxima. La realidad se estrella, de nuevo, frente a lo anunciado por Elon Musk que prometió a los inversores fabricar este Cybercab "en volúmenes muy altos", en palabras recogidas por Bloomberg.

Todo esto llegaría, como decimos, después del visto bueno de las autoridades estadounidenses. Unos reguladores que han dado el visto bueno a algunas funciones de conducción autónoma (o casi autónoma) a algunos competidores pero que siguen siendo reticentes a dar el paso con Tesla.

Ahora, además, la empresa se enfrenta a una investigación de su Full Self Driving (FSD), su sistema de conducción semiautónoma más avanzado, por nuevos accidentes en los que se ha visto implicado.

El FSD vuelve a estar en el punto de mira

El jueves de la semana pasada, la NHTSA, encargada de la seguridad del tráfico en las carreteras de Estados Unidos, confirmó que estaban investigando el desempeño del sistema FSD de Tesla después de que se reportaran cuatro accidentes, incluido uno en el que resultó muerto un peatón.

Según explican en medios como el Washington Post, todos los accidentes tienen algo en común: la baja visibilidad. Según ha publicado la agencia de seguridad, los coches habrían entrado en zonas de baja visibilidad debido a la niebla, el polvo en suspensión o el vehículo habría sido deslumbrado. Esto pudo provocar los accidentes. En uno de ellos se reportó una lesión pero, sin duda lo más grave, en otro de los accidentes se atropelló a un peatón que acabó muriendo.

Son malas noticias para la compañía que en los últimos años ha ido retirando los sensores o los radares de sus modelos para confiar todo el funcionamiento de conducción autónoma a las cámaras y sus modelos de software. Aunque esto ahorra costes, está demostrado que el sistema no es tan efectivo en condiciones de baja luz. Lo que no se especificó en la información aportada por la NHTSA es si los coches implicados eran nuevos y, por tanto, sólo se manejaban con cámaras.

Tampoco es la primera vez que se acusa de mal funcionamiento del sistema a Tesla. The Wall Street Journal aseguraba hace unos meses que los vehículos se veían implicados en accidentes evitables por estas circunstancias. En diciembre de 2023, Tesla tuvo que lanzar una actualización de software a dos millones de vehículos para mejorar los sistemas de conducción semiautónoma, por orden de la NHTSA.

Los constantes problemas regulatorios que vive la compañía no dan confianza ante la promesa de que en dos años veremos robotaxis de Tesla en las calles. La conducción autónoma total es una promesa de Elon Musk que viene de lejos pero que parece lejos de conseguirse. Por el camino, Tesla ha visto cómo Mercedes puede operar en conducción autónoma bajo condiciones muy concretas y cómo Ford ofrece un paquete para conducir sin manos en miles de kilómetros de carreteras estadounidenses pero también europeas.

Foto | Pixilustration

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