El precio de la gasolina "se ha hundido". Entrecomillado y con muchos matices porque lo cierto es que pagamos un 8,58% por el litro (y depósito) de la gasolina y un 24% si hablamos del diésel. Un contexto que ha permitido que se suavice una medida que posiblemente se lleve a cabo: el cambio en las condiciones para beneficiarse de la subvención de 20 céntimos/litro.
Uno de los motivos más evidentes es que el precio del barril de Brent ha caído (y mucho) en los últimos meses. Cuando escribo estas líneas, su cotización se sitúa en 81,78 dólares/barril, pero la semana pasada ha llegado a encontrarse a 75 dólares/barril, una situación inverosímil el pasado mes de marzo, cuando cotizaba a casi 130 dólares/barril.
Sin embargo, con sus subidas y bajadas, desde el mes de junio el precio del barril de Brent ha ido cayendo. Su precio durante el verano no fue tan alto como algunos analistas avanzaban, según los cuales podíamos llegar a ver el litro de gasolina a tres euros. De hecho, ha sido el diésel el que ha sufrido un importante aumento en sus costes, llegando a situarse por encima de la gasolina 98.
La tendencia la han intentado corregir los países de la OPEP+, quienes no han dudado en decidir que limitarían su producción con el objetivo de contener los precios por encima de los 100 dólares/barril. De momento, las consecuencias no se están dejando notar, pero hay analistas que avanzan que esto cambiará.
Una tendencia en J
Ha sido la Agencia Internacional de la Energía la que ha avisado que la caída en los precios del diésel y la gasolina está siendo solo un respiro. Sus perspectivas apuntan a que en los primeros meses de 2023 podemos esperar un cambio de tendencia.
Señalan que el precio del petróleo puede dibujar un "efecto J". La explicación es tan sencilla como gráfica. Tras una primera caída, los precios retoman un ascenso hasta dispararse. Normalmente se utiliza para explicar el comportamiento de las exportaciones cuando una divisa se devalúa, pero el organismo lo utiliza aquí para explicar el futuro del precio del petróleo.
"A pesar de la desaceleración estacional en la demanda mundial de petróleo y los continuos obstáculos macroeconómicos, los datos recientes de consumo de petróleo han sorprendido al alza. Esto ha sido especialmente evidente en las regiones que no pertenecen a la OCDE, incluidas China, India y Oriente Medio", apuntan en el informe de la Agencia, recogido por elEconomista.es
Los cambios de precio que se esperan vienen derivados del tope al petróleo ruso, así como por un aumento de la demanda china de este bien, una vez que las actividades en sus factorías se reactiven tras los últimos parones por brotes de coronavirus. Y la Agencia Internacional de la Energía no es el único organismo que lanza este aviso. Jorge León, vicepresidente de Rystad Energy, entrevistado por la BBC, apuntaba en los últimos días en la misma dirección, preguntado sobre las consecuencias del tope al petróleo ruso.
De una manera o de otra, podemos empezar a asumir que los precios que estamos pagando por los combustibles pueden ser la nueva normalidad. Todo indica que las ayudas gubernamentales a estos productos están a punto de acabarse, al tiempo que el mercado camina hacia la escasez de crudo.
Foto | WORKSITE Ltd.
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