15 minutos. Pocas veces tan poco espacio de tiempo dieron tantas horas de conversación. ¿Qué tenemos al alcance de nuestras casas en 15 minutos? ¿Un centro de salud? ¿El supermercado? ¿El colegio de los niños? ¿Una estación de metro? La ciudad de los 15 minutos. Un concepto que se quiere impulsar en Europa y que ha provocado airadas discusiones en redes sociales hasta saltar a los medios de comunicación.
Los Juegos del Hambre. "La gente vive encerrada en barrios y el objetivo es que no se desplacen para reducir las emisiones". Con estas palabras definían en El Gato al Agua, programa de El Toro TV, la decisión de algunos municipios de apostar por las "ciudades de los 15 minutos". Un movimiento que desde la cadena de televisión igualaban con la famosa saga de películas y que definían como ejemplo de "ecologísmo a ultranza", "uno de los pilares del globalismo".
"Un futuro donde el derecho a la movilidad, no será un derecho", cerraban el reportaje en El Gato al Agua. Unas palabras que no son anecdóticas y que han calado en grandes opinadores de la derecha mediática. Cristian Campos, Jefe de Opinión de El Español, definía a las ciudades de los 15 minutos como "un intento de estabular a los ciudadanos y dividir las ciudades en ghettos identitarios, en focos de delincuencia y segregación, para facilitar el control social. Pura ingeniería social marxista".
"¿Cómo te atreves?" Es la pregunta que se hacía una niña en un discurso de Children’s Health Defense, una ONG estadounidense conocida por su movimiento antivacunas. "¿Cómo te atreves a robar mi infancia y mi futuro, y el futuro de nuestros hijos, esclavizándonos en tu loca prisión de vigilancia digital?", recalcaba.
Como ya ha sucedido en otras ocasiones, parte de la derecha española ha calcado un discurso que llega desde Estados Unidos (y más en concreto de algunos círculos del Partido Republicano) y que tacha a estas medidas para reducir el volumen del tráfico como "distritos distópicos". Una rápida búsqueda en Twitter arroja como resultado a quienes aseguran que la ciudad de los 15 minutos es comparable al comunismo o a Auschwitz.
Oxfordshire, el lugar donde se prendió la mecha. Los máximos críticos de las ciudades de los 15 minutos han tomado un nombre como bandera: Oxfordshire. En redes sociales y medios de comunicación como El Toro TV se ha lanzado el mensaje de que los vecinos de los seis condados de Oxford quedarán encerrados en sus barrios y que sólo podrán salir con una autorización pues estarán "vigilados con cámaras".
Lo cierto es que la medida tomada en la región de Reino Unido está destinada a reducir el volumen de tráfico y, con él, la contaminación. Se limita el movimiento el coche, no el movimiento. Pero aunque ha tomado fuerza en el último fin de semana, en España hace tiempo que se tacha a las medidas para reducir el tráfico en las Zonas de Bajas Emisiones de "ataque a las libertades de todos los ciudadanos", como aseguraba Isabel Díaz Ayuso, presidenta de la Comunidad de Madrid, poco antes de que se pusiera en marcha Madrid Central.
¿Qué es una ciudad de los 15 minutos? La idea final de la ciudad de los 15 minutos es que los ciudadanos puedan desplazarse a bici o a pie a todos sus servicios en apenas 15 minutos. Trabajo, centro comercial, transporte público, parques, colegios, centros de salud... Un modelo de ciudad en el que los barrios sean autosuficientes por sí mismos.
En España, la fotografía del debate se ha distorsionado. Cristian Campos ponía como ejemplo de ciudad de los 15 minutos a Brasilia, planificada desde cero y a la que califica como una de las ciudades "más horrendas, invivibles y deshumanizadoras jamás ideadas". Pedro Torrijos, arquitecto y divulgador, ha salido al paso de estas palabras señalando que esta forma de urbanismo es, exactamente, lo contrario.
Brasilia se creó con la intención de dividir todo el espacio disponible en zonas interconectadas pero independientes: un espacio para el trabajo, otro para el ocio y otro para el descanso. Un concepto para el que se emplearon inmensas avenidas donde el paseo se concibe como algo inasumible.
A pie. Uno de los grandes puntos conflictivos en los últimos años entre derecha e izquierda ha sido el uso del vehículo privado. La obligación de contar con Zonas de Bajas Emisiones, las limitaciones al tráfico rodado y una apuesta por el paseo y el trayecto en bicicleta no son medidas que únicamente se están tomando en España. París está apostando por ello. En Londres se estudia cómo favorecerla. En Barcelona se habla de "supermanzanas de 15 minutos".
Todas estas ciudades tienen un denominador común: municipios muy compactados, con una alta densidad de habitantes y donde los paseos son asumibles. Un forma de moverse de la que Carlos Moreno, colaborador de Anne Hidalgo en el Ayuntamiento de París, ha sido un ferviente defensor y que choca con buena parte de la movilidad estadounidense, con poblaciones mucho más dispersas y donde se "entrena" a los turistas para visitar las ciudades europeas.
A pie todo el rato. En Estados Unidos, apenas el 8% de todos los trayectos se realizan a pie, en bicicleta o en transporte público. De media, un ciudadano de este país camina 140 kilómetros anuales, mientras que un europeo eleva esta cifra a 380 kilómetros cada año. España, en ese sentido, lleva una gran ventaja no sólo a las ciudades estadounidenses, sino también a las europeas: el 42% de los trayectos diarios en Barcelona se hacen a pie, frente al 25% de Londres, el 15% de Estocolmo o el 3% de Los Ángeles.
Spoiler: ya vivimos en ellas. Por eso es sorprendente que la polémica, básicamente, haya llegado a nuestro país. España se caracteriza por tener ciudades hiperconcentradas con una gran densidad poblacional. Esto permite que la mayor parte de los barrios sean autosuficientes y que podamos alcanzar la mayor parte de los servicios en un paseo a pie o en bici.
Pese a ello, por todo el territorio nacional hay ejemplos de una mayor apuesta por el paseo y el trayecto en bicicleta. Hace años que se pone a Vitoria como ejemplo de urbanismo, Pontevedra se hizo famosa por dar la espalda al coche y, más recientemente, por su Metrominuto. Logroño, con una apuesta por el urbanismo táctico para dar espacio al peatón, justo como Milán, también ha sido premiada.
Valencia, Granada, Córdoba... son todos ejemplos que han salido en la redacción de Xataka. Pero también Barcelona o Madrid. Precisamente en la capital se puso el foco el pasado mes de enero, antes de que la bola de nieve de la ciudad de los 15 minutos alcanzara niveles de alud, pues el proyecto de Más Madrid para la ciudad en las próximas elecciones municipales apuesta por promover este concepto.
Foto | Veronica Deneanu
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